"Queremos que el sitio llegue hasta el último arquitecto del mundo", dice David Assael (34), y a cualquiera que haya seguido su historial y el de su socio David Basulto (33), la afirmación no debiera parecerle tan pretenciosa. Hace seis años la dupla de arquitectos de la Universidad Católica fundó el sitio Plataforma Arquitectura, porque querían mostrar nuevos nombres y proyectos en su área. Lo que pasó después es, según ellos, "una película". En dos años el portal se convirtió en el sitio de arquitectura más visto en español y el cuarto más visitado del mundo. En 2010 lanzaron una versión en inglés, Archdaily.com, que los llevó al número 1 de los más vistos, del que no se han movido más.

La página publica entrevistas, concursos en muchos países y es un catálogo bastante exhaustivo sobre lo que se está construyendo en distintas partes. Gracias a la difusión que tiene es una excelente vitrina para los arquitectos, chilenos y extranjeros; los pone en contacto entre ellos, con clientes y con revistas internacionales. Hoy suman 300 mil visitas diarias, tienen el sitio en tres idiomas (español, inglés y portugués), cuentan con oficinas en Chile y México -además de presencia en Estados Unidos y Brasil-, están por abrir otra en Colombia, y la idea de conquistar el mundo avanza con la inauguración de Archdaily en China (archdaily.cn), para el que tienen ocho personas trabajando en Beijing.

"En un viaje que hicimos a China nos dimos cuenta de que Archdaily era el sitio más visto por los arquitectos de allá, aunque la mayoría de ellos no habla inglés. Vimos que había clones que estaban bajando nuestra información, traduciéndola al chino y poniéndola en otros sitios. Entonces nos dimos cuenta de que los arquitectos chinos estaban pidiendo que Archdaily estuviera en su idioma. A eso se suma que la mayor cantidad de construcciones que se van a hacer en el mundo en los próximos años serán en China, entonces la responsabilidad es estar allá", dice Assael quien usa la palabra "responsabilidad" casi tan seguido como "arquitectura". "Partimos con la idea de mejorar la arquitectura chilena y mostrar a los arquitectos locales, pero cuando uno cumple la meta que se propuso, aparecen nuevos desafíos. Ahora tenemos el sitio más importante, entonces no pensar lo que hacemos con eso sería una irresponsabilidad", explica.

Su meta actual, entonces, no es sólo seguir sumando clicks. La proyección dice que la población mundial que vive en ciudades se va a duplicar en los próximos 40 años, lo que se traduce en 3.300 millones de personas "nuevas" en las urbes. "Eso no va a pasar en Europa ni en Estados Unidos, sino que va a suceder principalmente en Asia y en África, y se va a tener que construir para todas esas personas. Esa es pega de arquitectos y es una oportunidad y una responsabilidad impresionante para ellos. Nosotros estamos tratando de hacérselos ver", explica.

Después de China vendrá Archdaily en India y Rusia, y otras áreas de desarrollo más ambiciosas, pero que todavía son incipientes: "En Estados Unidos hay 200 mil arquitectos para 300 millones de personas. En China hay cerca de 50 mil para 1.300 millones. Hay un desbalance supergrande y Archdaily puede ayudar a movilizar esos arquitectos y hacer una tremenda bolsa de trabajo. Pero todavía estamos en una meta previa, que es la expansión y el llevar a más países el modelo de negocios que hemos implementado muy bien en Chile y México", indica. Ese modelo no se sustenta en hacer publicidad directa, sino que en generar un catálogo de productos en el sitio. Es decir, no existen en Plataforma Arquitectura los tradicionales banners publicitarios, sino que hay una sección del sitio llamada "materiales", en que están categorizados distintos productos para equipamientos, obra gruesa e instalaciones, y es ahí donde se colocan las marcas.

La dupla sigue siendo dueña del total de su empresa, aunque dicen, sin especificar, que han tenido varios interesados en comprar el sitio o al menos una parte. También han tenido apoyo de Corfo, "que da plata para innovar. Nos han ayudado a apurarnos en un montón de procesos y a experimentar, porque nosotros no podemos quedarnos solamente con las tecnologías que están haciendo en otras partes, porque tenemos necesidades distintas. El software sobre el que trabajamos, por ejemplo, lo hicieron ingenieros chilenos aquí en esta oficina, y ya se lo quisieran un montón de publishers en el mundo", dice orgulloso Assael, y agrega que además han recibido apoyo de Endeavor, una ONG que orienta y conecta a empresas de alto potencial en países en desarrollo.

Actualmente, Basulto y Assael pasan aproximadamente un tercio de sus días de viaje, en reuniones con decanos, presidentes y hasta miembros de la realeza española y de Arabia Saudita, en conferencias y dando charlas. Pero el centro de operaciones de la empresa sigue en Santiago, a pasos del campus universitario de Lo Contador de la UC, donde estudiaron. Ahí trabajan ellos y más de la mitad de sus cerca de 60 empleados. Aunque han considerado partir a Nueva York, capital de la arquitectura, o Silicon Valley, capital del mundo web, por el momento se quedan en Chile. "Al estar en Santiago tenemos una visión periférica del mundo, que es superrelevante. Si estuviéramos en Estados Unidos nos importaría llegar a sus 50 estados primero que nada. Al estar aquí, ese es un mercado más y podemos priorizar otro si nos parece más relevante. Además, las distancias que hay respecto de tecnología no son tan importantes", explica Assael.

Gracias a su trabajo, Assael y Basulto son testigos privilegiados de la situación por la que pasa la arquitectura chilena, que ha logrado empezar a posicionarse en el mundo con proyectos importantes. "Se está pasando por un buen momento", dice y pone como ejemplos a Smiljan Radic, que realizó el pabellón de verano de la Serpentine Gallery en Londres, o el caso de Alejandro Aravena como jurado del Pritzker, que es como el Nobel de la arquitectura. "Tenemos gente que se está poniendo en lugares importantes. Pero también Chile ha producido otro tipo de innovaciones destacadas, como lo que hace Elemental, que trata de mejorar la vivienda social para el mundo. No se ha hecho suficiente énfasis en eso, que a mi parecer es lo que el país debiera estar exportando, más que proyectos genéricos, como puede ser un buen edificio o un arquitecto que se destaca en un estilo", analiza.

Assael cae entonces otra vez en el tema de la responsabilidad, esta vez no suya sino que de su gremio en general: "El arquitecto tiene un poder enorme para cambiar la calidad de vida de la gente. Lo más importante que puede hacer no es un edificio que se destaque por lo bien que se ve o por su retorno económico, sino que lo que le ofrece a quienes van a habitar sus obras", indica. Y explica que tanto él como su socio han visto cómo se enseña esta profesión en distintos lugares del mundo, por lo tanto puede decir con propiedad que le parece que la escuela que está enseñando la mejor arquitectura con mirada social es la de la Universidad de Talca, "porque reconoce que la mayor parte de sus estudiantes viene de un contexto social con papás no profesionales, y se dan cuenta de que si les entregan las herramientas típicas, les va a costar tener un trabajo. Entonces lo que hacen es enseñar emprendimiento. Los obligan a construir un proyecto de título y convencer a alguien de hacerlo, o solucionar un problema para una empresa, una institución o lo que sea. Y con eso lo que generan son las habilidades para que ese arquitecto sea un profesional que hace lo que la sociedad necesita".