"Desapareció Pumanque". Esta es la frase que más se repite entre los 3.400 habitantes de este pueblo de la provincia de Colchagua (VI Región), que como muchas otras localidades de esta zona, rica en viñedos, quedó destruida por el terremoto. Allí la devastación es especialmente dramática, ya que el poblado era conocido por su valor patrimonial, con pintorescas casas y corredores que datan de la Colonia y una historia particular: fue aquí donde Manuel Rodríguez, figura clave de la Independencia, tuvo a su hijo, Juan Esteban, y donde falleció su mujer, Francisca de Paula Segura.

Marco Brito, dueño de la panadería San Pedro, estaba durmiendo en su casa de adobe cuando la tierra comenzó a moverse. "La puerta se trabó. Tuve que golpearla y luego saqué en brazos a mi madre, Dorila, quien está postrada", cuenta Brito, quien calcula que el 80% de las viviendas se vino abajo, "porque el adobe no resistió". Parte del hogar de Brito quedó en el suelo, pero no su almacén, que se ubica en una calle que lleva el nombre de su más famoso habitante: Manuel Rodríguez.

Al día siguiente del "megasismo", este pumanquino puso a sus panaderos a trabajar pese a la falta de suministro eléctrico y logró sacar pan, algo que trajo cierto alivio a Pumanque, "tierra de cóndores" en mapudungún.

"Hay máquinas sacando escombros, pero no hemos recibido ayuda, estamos desesperados", dice Brito a La Tercera. A la vuelta de la esquina, en la calle Luis Baraona -donde se ubica la municipalidad-, el panorama es aún más desolador. Ahí el terremoto destruyó los coloridos corredores -similares a los de Lolol, otro pueblo afectado-, los techos de tejas y la iglesia, donde está sepultada la mujer de Manuel Rodríguez.

"Necesitamos pilas y velas", comenta otro vecino, que como muchos ha debido dormir bajo los árboles, en patios o camionetas. Hasta ahora, han arribado 10 militares a Pumanque -ubicado 20 kilómetros al sur de Población, desde la carretera que une Santa Cruz con Pichilemu-, ya que los cuatro carabineros del pueblo están sobrepasados. Tampoco se salvaron dos lugares emblemáticos: la ferretería "Don Chuma" y el bar "El Tufo". La misma suerte corrió el restaurante "La Carreta". A falta de otro tipo de señalética, estos lugares ahora lucen guirnaldas con la bandera de Chile a modo de valla de seguridad.

"Apenas sentí el terremoto salí en ojotas. Se me cayó un pedazo de adobe en un pie y luego en el otro", cuenta Arturo Galaz, del predio Las Barrancas. El movimiento telúrico mató a dos personas. "Eran de afuera (no pumanquinos)", dice Galaz. "Pumanque no será más Pumanque", agrega Brito, quien piensa que los corredores deben reconstruirse.

Si bien la tierra de Manuel Rodríguez está desolada, parte de su historia se salvó. El empresario Carlos Cardoen asegura que los objetos del guerrillero y su familia, que forman parte del Museo de Colchagua, no sufrieron daños.