A más de cuatro años de la quiebra de Lehman Brothers el 15 de septiembre de 2008 y que marcó un hito de la peor crisis económica desde la Gran Depresión, Estados Unidos aún no logra recuperarse por completo. Con un crecimiento moderado, baja creación de empleo y afectada además por la crisis de deuda en Europa, la Reserva Federal (Fed) decidió llevar a cabo un tercer programa de estímulo monetario cuantitativo o "Quantitative easing" (QE3).
Tras varios meses de señales, el Comité de Mercado Abierto de la Fed (Fomc) anunció que comprará US$ 40.000 millones al mes en títulos respaldados por hipotecas de manera indefinida y señaló que podría ampliar el plan, dependiendo del desarrollo del empleo.
"Si el panorama del mercado laboral no mejora en forma sustancial, el comité continuará con sus compras de valores respaldados por hipotecas, efectuará compras adicionales de activos y empleará sus otras herramientas de política según corresponda hasta que se logre tal mejora", dijo el Fomc tras su reunión de dos días.
La medida fue una inyección de optimismo a Wall Street. El índice Dow Jones avanzó 1,55% a 13.539,9 puntos su mayor nivel de desde el 26 de diciembre de 2007. Por su parte, el S&P 500 subió 1,63% y el Nasdaq lo hizo en 1,33%.
Las flexibilizaciones cuantitativas son herramientas no convencionales de política monetaria utilizadas para aumentar la oferta de dinero, por lo general mediante la compra de bonos, reduciendo las tasas de interés de largo plazo. Suele ser utilizada cuando los métodos tradicionales de estímulo son inefectivos o se agotaron. Estados Unidos tiene hoy una tasa de interés cerca de cero.
La Fed decidió además mantener las tasas en un rango de 0% a 0,25% hasta 2015, un año más de lo anunciado la vez anterior.
Adicionalmente, la Fed agregó que continuará con el programa conocido como "Operación Twist", a través del cual vende bonos a corto plazo y usa los fondos para comprar bonos a largo plazo, otra medida que busca reducir las tasas largas.
En total, la Reserva Federal comprará US$ 85 mil millones al mes en valores a largo plazo hasta fin de año, un incremento respecto de los US$ 45 mil millones en bonos a largo plazo que compra mensualmente con la Operación Twist.
"Al comité le preocupa que, sin una acomodación adicional de la política monetaria, el crecimiento económico no sea lo suficientemente fuerte para generar una mejora sostenida en las condiciones del mercado laboral", indicaron.
La economía de EEUU creció sólo 2,3% anual en el segundo trimestre y los analistas no creen que eso vaya a mejorar sustancialmente con estos anuncios. Asimismo, también ponen en duda un impacto importante en el mercado laboral, que según las últimas cifras disponibles, creó solo 96.000 empleos en agosto, aunque la tasa de desempleo bajó a 8,1%, debido a que muchos ciudadanos dejaron de buscar trabajo.
Impacto de los anuncios
Analistas señalan que era "inevitable" que la Fed presentara medidas tras las cifras de creación de empleos. Kevin Cummins, de UBS, señala que la medida tendrá un "pequeño impacto positivo sobre el crecimiento y el empleo" y es sólo "una forma inteligente de la Fed para expandir su balance antes de las elecciones. En otras palabras, mediante la compra de papeles hipotecarios en lugar de bonos del Tesoro pensamos que será menos probable que sean acusados de la monetización de la deuda federal".
En la misma línea, Joseph Trevisani, de Woodcliff Lake, dijo a Reuters que "el efecto económico, particularmente en el mercado laboral, será marginal. La Fed no puede curar a la economía, sólo Washington puede hacerlo". "A largo plazo, mucha gente tiene que estar viendo esto como algo inflacionario", advierte Thomas Villalta, de Jones Villalta Asset Management.
Por su parte, tanto Mitt Romney como Paul Ryan, la dupla presidencial republicana, se mostraron contrarios al QE3.