En abril de 1945, el cortejo fúnebre a bordo de un tren con el cadáver del Presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt tardó tres días antes de cruzar nueve estados para llegar finalmente a Hyde Park, lugar de la sepultura. El periodista Robert Klara revela en un libro episodios inéditos de ese funeral, incluida la presencia de un espía soviético.