El nombre de Alfredo Rodas es uno de los más odiados por los hinchas de Universidad de Chile. El ex árbitro ecuatoriano dirigió la segunda semifinal de la Libertadores de 1996, cuando los azules cayeron 1-0 ante River Plate y perdieron la opción de alcanzar su primera final en el torneo.
Han pasado 14 años de ese evento y aún está fresco en la memoria del ex internacional del referato del Guayas. "Fue un partido muy intenso. Los argentinos trataron de sacar ventaja de su localía en algunos fallos, pero no me dejé influenciar", asegura Rodas desde Cuenca, donde reside.
La gran polémica del partido ocurrió cuando el marcador ya estaba 1-0 a favor de River, y el portero "millonario" Germán Burgos agredía a Esteban Valencia en el área, jugada que quedó sin sanción.
"No vi esa jugada , si lo hubiera hecho la habría sancionado. Después repasé el partido y no me pareció penal. Pero le digo que nunca me arrepentí de nada en mi carrera y esa no fue la ocasión. El fútbol es así y estos supuestos errores lo hacen un deporte entretenido. Pero le aseguro que no la vi, por lo mismo no me arrepiento y no hubo mala fe", aclara.
Sin embargo, está consciente de que su nombre genera rechazo entre los simpatizantes azules: "El odio es normal para un juez, es cotidiano. Para los hinchas es como si se muriera un familiar. No es para exagerar".
La respuesta a Orozco
Una de las repercusiones más grandes tras esa polémica fueron los dichos del doctor René Orozco. El entonces timonel de la "U" rebautizó al juez como Alfredo "Robas", según recuerda el propio referí. "Yo no conozco a ese señor (Orozco), lo respeto como profesional, pero si en ese momento lo hubiera tenido en frente, le hubiera dicho un par de verdades. Ahora es diferente, ha pasado el tiempo y no guardo rencores para nadie".