"No soy una desagradecida, pero mis padres han ejercido un control y una protección que me ha anulado en muchos momentos cruciales de mi vida" , fue una de las frases que lanzó muy emocionada la ex tenista profesional española Arantxa Sánchez Vicario (40), durante la presentación de su biografía en la Casa del Libro de Barcelona.

Las tres veces campeona de Roland Garros y de un US Open comentó algunos de los episodios que se pueden hallar en sus memorias tituladas "Arantxa: ¡Vamos!", en una conferencia de prensa, en la que atendió sólo preguntas desarrolladas por la editorial a cargo de la publicación, pero que contó con la presencia de cerca de 80 periodistas, quienes intentaron averiguar más detalles sobre la polémica relación de la tenista con su familia, a quienes ha acusado de gastar gran parte de los cerca de US$ 59 millones que ganó la hispana durante sus 17 años de carrera como profesional, tanto a nivel de premios como por concepto de auspicios.

El libro detalla la vida de la actual capitana de España en la Copa Federación, en la que narra la difícil historia familiar, de quien aseguró que hoy en día "la relación con mis padres hace mucho que es inexistente". Además, los capítulos abordan su infancia, la tremenda carrera profesional que forjó en el circuito y su romance con su segundo marido y actual pareja, el empresario catalán Joseph Santacana, a quien la familia de la ex número uno del mundo ha sindicado como el principal responsable del deterioro en el vínculo con la menor de los Sánchez Vicario.

El conflicto surgió durante el romance entre Arantxa y el empresario, debido a que los ingresos de la mejor tenista española de todos los tiempos eran administrados por el padre de la tenista, Emilio Sánchez. En dicha gestión, la deportista recibía cerca de US$ 5.300, mientras que todo el resto iba a parar a las arcas de su progenitor. Ante esto, Santacana orientó a Sánchez Vicario y puso en orden todas sus finanzas, las cuales ya comenzaban a desmoronarse desde mucho antes, luego de que la tenista fuera multada a pagar cerca de US$ 4,5 millones por evasión de impuestos desde los años 1989 a 1993. Este fraude se debía a que Emilio Sánchez tributaba a nombre de su hija en Andorra, cuando vivía en España, lo que no fue aceptado por el Tribunal Económico Administrativo Central español.

Una gestión que tiene sumida a la tenista en una mala situación, en la que la propia deportista aseguró que "nunca dudé de la gestión de mi padre con mi dinero. Pero hoy me encuentro en la ruina".

El conflicto tiene a la familia de los Sánchez Vicario con demandas por malversación de fondos y apropiación indebida. Por lo pronto, la deportista afirmó que "sigo siendo la misma, sólo que ahora decido lo que quiero decir y no quiero esconderme". Una frase que avisa que esta disputa recién muestra sus primeros episodios.