"No estacionar, excepto un vehículo con credencial del Registro Nacional de Discapacidad (RND). Ponte en su lugar, no en su sitio". Eso se puede leer en algunos avisos instalados en aparcamientos para personas con movilidad reducida y que poseen la certificación.

Sin embargo, pese a que según la Encuesta Nacional de Discapacidad en el país existen 2.606.914 personas con movilidad reducida, solo 103.801 han realizado el trámite para obtenerla la credencial, lo que implica que apenas un 4% puede acceder a beneficios específicos (ver infografía).

Se trata de un registro que permite a los beneficiarios acceder a subsidios habitacionales y rebajas arancelarias en la importación de vehículos, entre otros.

"Con la credencial se puede postular para conseguir ayudas técnicas en los fondos concursables, además que en el Serviu es obligatorio tener la certificación para poder postular a subsidios habitacionales adicionales para personas con discapacidad", explica Daniel Concha, director del Servicio Nacional de Discapacidad (Senadis). Añade que por eso "es muy importante que la mayor cantidad de personas logren hacer este proceso".

El RND nació por medio de la Ley de Inclusión Social de Personas con Discapacidad -N.° 20.422-, que creó el registro y que apunta a mejorar las condiciones de vida de las personas en esta condición. Para esto, la persona con discapacidad -mental, física o sensorial- debe acudir a un médico de la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez (Compin) o centros de salud familiar para ser evaluado.

El segundo paso consiste en la certificación de la Compin, proceso que dura 21 días hábiles y en el que se remiten los antecedentes al Registro Civil, que procede a la inscripción. Luego de ello, la credencial es enviada al domicilio de la persona, en no más de cinco días.

La Senadis difunde el RND por medio de la página web, teléfonos de ayuda e informaciones en consultorios y otros centros. Sin embargo, para algunos no es suficiente: "Hay dos líneas de acción que deberían tomarse: por un lado, la información hacia las personas con discapacidad, ya que todavía hay familiares y personas que no conocen esta ley. Por otra parte, está la dificultad que representa sacar la credencial, porque suele ser un trámite engorroso que desincentiva a las personas", sostiene Alejandro Hernández, presidente de la Fundación Nacional de Discapacitados (FND).

Adriana Forestani (71) padece artritis y artrosis, lo que le ha causado reducción de movilidad. Hace semanas acudió al consultorio, donde por primera vez le informaron sobre la existencia del registro. "Ahora estoy esperando que llegué la tarjeta, pero me da un poco de pena saber que podría estarla usando hace tiempo, pero no sabía que existía",

Uno de los beneficios más importantes es precisamente el estacionamiento. Desde la Corporación Ciudad Accesible, que trabaja en difundir la credencial, la coordinadora, Andrea Legarreta, dice que ésta "certifica que la persona está registrada y valida su discapacidad. Sin ella no se pueden, por ejemplo, estacionar en esos aparcamientos, lo que es bueno para que no se utilicen de manera ilícita".

Desafíos

Aunque ya existen diversas ayudas para quienes están inscritos en el RND, los expertos apuntan a que el número podría crecer si se incluyeran otros con fines más prácticos. "Deberían haber otras ayudas, para que las personas puedan tener descuentos en servicios. Beneficios que tengan un impacto en el día a día", asegura Hernández.

En la misma línea, Legarreta afirma que "si hubiese beneficios más consistentes, habría más gente certificándose. Si sirviera para andar en locomoción colectiva, ya que son puntos que a la gente le importan. Es una deuda que aún está pendiente".

Concha puntualizó que "el RND será parte importante dentro del registro social de hogares, será un coeficiente en el denominador del cálculo, por lo que si la persona está en situación de discapacidad, ayudará en los beneficios que se entreguen en este registro".