El director Baz Luhrmann, el que ha creado mundos musicales y caleidoscópicos en Romeo + Julieta, Moulin Rouge y El Gran Gatsby, viene de un pequeño pueblo en Australia. Cuando decimos pequeño, nos referimos a un puñado de casas alrededor de una carretera, llamado Herons Creek, donde el papá de Luhrmann tenía una estación de bencina. La duda no es cómo llegó, desde ese fin del mundo, a ser un director poderoso en Hollywood -cuyo marcado estilo es tan amado como odiado-, sino que en qué minuto un chico de Herons Creek, blanco, que este día en un muy caluroso Nueva York tiene puestos jeans de diseñador arremangados, lleva la última década de su vida concentrado en recrear la historia de cómo nació el Hip Hop en el Bronx en los 70.

"Nunca esperé tener que concentrarme por varios años y no hacer nada más que esto", dice Luhrmann, en el edificio de Queens donde han construido los sets para la nueva serie de Netflix que se estrena el 12 de agosto (y donde fue invitada La Tercera por la compañía de streaming), The Get Down, sobre un grupo de adolescentes que serán protagonistas y testigos del nuevo lenguaje musical de tornamesas y MCs. "Esto nació en París, cuando vi una foto en Jame Shabazz, el fotógrafo urbano de la época, de dos chicos. Me pregunté cómo esos dos adolescentes, en un tiempo tan complejo, habían logrado hacer una creatividad pura y novedosa. Eso me atrajo. Mientras aprendía más, me di cuenta de que en un periodo donde la música disco reinaba, esto ya estaba sucediendo con el hip hop y nadie lo sabía".

Así fueron los inicios de The Get Down, la serie hasta hoy más cara de Netflix. Según reportes extra oficiales publicados por Variety, fueron US$120 millones, una complicada y conflictiva producción por años y Luhrmann, que en un principio iba a ser un productor más general, terminó estando a cargo de todo y dirigiendo el primer capítulo. The Get Down recrea el Bronx de 1977 con un toque Luhrmann: música, color, optimismo, incluso en medio del peligroso barrio de Nueva York donde en esa época arreciaban las pandillas y los incendios. La historia es contada a través de un grupo de adolescentes que se introduce al ritmo que recién nacía. Según explica el periodista experto en el tema, y guionista de The Get Down, Nelson George: "Yo tenía 20 años en el 77, y crecimos con todo lo que ves en la serie, pero también había una gran sensación de posibilidades. Los protagonistas están, después de todo, en la Gran Manzana. Había clubes en todas partes, así que si salías te cuidabas las espaldas, no digo que no lo hicieras, pero sabías que podías ir a bailar salsa, o ir a ver música negra, o podías ir a escuchar punk rock. Todo eso pasaba al mismo tiempo. Y es lo que Baz capta aquí, es esa sencación de 'Wow, estoy vivo y quiero ser alguien'".

Para poder contar la historia desde una perspectiva fresca, Lurhmann quizo a un grupo de actores novatos al centro; jóvenes negros o latinos, en medio de el ya conocido problema de diversidad en Hollywood. "No es sólo un elenco negro y latino, sino que insistí que tenía que ser gente joven, y eso significa un elenco de desconocidos. Eso puede asustar. Igualmente tengo un buen historial de descubrir talentos. No creo que elegimos mal a ni uno de esos chicos. Estaría muy sorprendido si no vemos un montón de grandes carreras comenzando".

I said a Hip Hop

Rapper's delight, la canción de The Sugarhill Gang es considerada la primera que le presentó al mundo el hip hop en 1980. Fue grabada un año antes, cuando ya el sur del Bronx hervía con esta nueva cultura, en fiestas de barrio donde bailarines usaban el suelo para comenzar un estilo que sería conocido como break dance, los maestros de las rimas se convertían en MCs, y los artistas pintaban la ciudad con sus graffiti. Al igual que el jazz, otro estilo de música fundamental creado en el siglo XX, el hip hop nacía de un lugar con pocos recursos, un barrio negro, lejos de la cultura oficial y sus registros. Y aunque hoy la cultura hip hop haya colonizando al mundo -desde rimas en toda canción existente a las zapatillas que se usan todos los días-, no había una fábula del origen del movimiento.

Los jóvenes protagonistas de The Get Down, de hecho, no tenían idea de quiénes habían comenzado rayando discos. "Yo solo conocía Rapper's delight", dice Justice Smith, quien interpreta a un joven poeta que se convertirá en rapero, llamado Ezekiel. "O Don't push me because I'm close to the edge, de Grandmaster Flash. Pero aparte de eso no tenía idea de dónde venía el hip hop. El equipo de Baz nos mandó un montón de documentales y libros, para sumergirnos en el ambiente de la serie. Y hay una cita que dice: 'El hip hop no inventó todo, sino que reinventó todo'. Me gusta eso: el hip hop fue evolución y no apareció de la nada. Hay movimientos del break dance que vienen de los Jackson five en los 70, o música que viene del jazz".

Yayha Abdul Mateen, quien interpreta a un joven bailarín y gangster llamado Cadillac, coincide: "Hay documentales, pero esta historia no ha sido contada de manera masiva. Yo no tenía idea de que el hip hop salió de la era disco, y que uno influenció al otro".

La historia central sigue a Ezekiel y su grupo de amigos, los hermanos Kipling (que incluyen al quizás único rostro conocido del montón, Jaden Smith, hijo de Will Smith), su interés romántico la joven cantante Mylene, y cómo se adentran en este nuevo ritmo. Ezekiel encuentra a su partner artístico en Shaolin, y tienen de maestro de tornamesas al mismísimo Grandmaster Flash.

Aunque tenga drogas, hip hop y balas -es, después de todo, el Bronx en los 70-, la serie tiene el "toque Luhrmann"; una realidad vista a través de una pátina de entusiasmo, música y color, un realismo mágico. "Baz nos dio instrucciones durante todo el proceso", explica Jaden Smith. "Todo esto es su visión. Cuando nosotros llegamos no sabíamos que iba a ser realismo mágico (le da ataque de risa y mira alrededor)".

Quizás lo único que puede amenazar el entusiasmo por este proyecto, después de años de espera, es el "fantasma de Vinyl", la serie de Scorsese y Jagger para HBO, sobre el punk rock en los 70, que no tuvo éxito de público ni crítica y fue cancelada tras una temporada. Pero según Luhrmann, no hay nada de qué preocuparse: "Realmente no pienso en eso. Conozco a mucha gente que estaba involucrada en Vinyl, vi el piloto y me gustó. Pero ellos estaban haciendo rock y punk rock. Aunque somos primos, también somos muy diferentes. Nuestra historia no es de una industria musical, sino la de unos chicos por los que nadie se interesaba".

Complementa Nelson George, guionista: "Es gente tratando de lograrlo y chicos tratando de ver qué hacer con sus vidas. Es sobre gente joven, no apaleados por la pobreza, sino que pensando en cómo surgir".