TIM Farrell (62) miró por el lente de su cámara fotográfica cómo el leopardo que recién había liberado de su jaula se acercaba hacia él. Estaba dentro del vehículo, con las ventanas cerradas, pero eso no detuvo al animal: en un par de segundos estaba sobre su hombro. Le dio un rápido,y casi inocuo mordisco a uno de los turistas que estaba en al asiento de atrás, y escapó por una de las ventanas del vehículo.
"Nunca he tenido miedo, porque no hay tiempo para tener miedo", reflexiona hoy Tim, después de 41 años de comenzar su trabajo en Wilderness Safaris, una de las empresas de turismo más exclusivas de Africa. Su padre estaba ansioso porque se fuera de la casa, relata, y cuando vio un aviso en el diario para postular a ser ranger (guías de safaris que a punta de rifle protegen a los turistas), no dudó en persuadirlo de ir. Allí aprendió a rastrear a los animales y a disparar a matar si es necesario para sobrevivir.
Desde entonces Tim es un bushman (o un hombre de la naturaleza). Hoy recorre el mundo como representante de Wilderness, pero en sus inicios guió por desiertos, sabanas, bosques y praderas a personajes como Charlton Heston, el presidente del Mobil Oil, y Paul Newman. "Conocí gente muy interesante. Te relacionas con ellos de forma muy especial, por allí en la sabana son vulnerables, y es tu tarea cuidarlos. No hay mejor recuerdo que el de una persona cuando ve por primera vez un elefante", dice.
Los imperdibles
Para Tim, Africa es mucho más que una camioneta, unos leones posando y unos turistas listos para "paparazearlos" con sus cámaras fotográficas. Su empresa cree en una naturaleza real, cercana y por sobre todo exclusiva. Por eso, a diferencia de la mayoría de los safaris africanos, Wilderness posee terrenos privados y no lleva a sus pasajeros a las reservas nacionales, donde un grupo de elefantes puede estar fácilmente rodeado de diez camionetas con turistas.
Un ejemplo de esto es la reserva MalaMala en Sudáfrica, estratégicamente ubicada al límite oeste del Parque Nacional Kruger y a una hora en avión desde Johannesburgo. Fue donde Tim comenzó y desarrolló su trabajo como ranger y existe desde 1927, siendo la reserva privada más antigua del país. En ella se puede ver casi todo el año a "los cinco grandes" animales de Sudáfrica: león, leopardo, búfalo, rinoceronte y elefante.
Con habitaciones de lujo y completa privacidad, la experiencia de MalaMala ha ganado numerosos premios, como estar incluida en el Top Ten de hoteles del Fodor's Choice List en 2006. Para Tim este es un premio particularmente importante, porque la gente tiene la impresión de que ir a Africa es acampar en tiendas precarias, lo cual no es necesariamente cierto: "No tienes que estar incómodo en Africa", afirma. Además han innovado, no solamente ofreciendo safaris en vehículo, sino también a pie y en bicicleta.
Para los más intrépidos e interesados en experiencias outdoors, Tim recomienda viajar a Botsuana, famoso por su delta del Okavango, donde se vierte el agua del desierto del Kalahari atrayendo a una gran cantidad de especies salvajes. Con una flora nutrida y aguas transparentes, por el delta se puede navegar en bote y hacer canotaje, además de observar a los hipopótamos. Allí también las tribus locales enseñan sobre su cultura y actividades tan básicas y desafiantes para los turistas, como hacer el fuego.
La gran novedad: gorilas
Pero los safaris en Africa no son solo leones y elefantes. El proyecto emergente de Wilderness, y que en su primer año (2011) solo tuvo a sesenta afortunados turistas, se ubica en la República del Congo, en el Parque Nacional Odzala-Kokoua. Allí se encuentra la mayor población mundial del gorila occidental de tierras bajas, una especie enormemente amenazada, así como su hábitat, la segunda extensión más grande de bosque tropical del mundo.
En Odzala-Kokoua se les puede observar de manera libre, acompañados por científicos expertos que saben exactamente su ubicación y comportamiento y que se encuentran trabajando permanentemente en su estudio y protección. Tim recomienda este destino especialmente a quienes ya han viajado a Africa anteriormente, "sin duda los deslumbrará, es muy distinto a otros safaris", dice.
Él ve en este proyecto, y en general en el trabajo de su empresa, una oportunidad de sustentabilidad para su continente. Sudafricano de nacimiento, está convencido de que así como sus safaris "cambian las vidas de los turistas", también deben beneficiar a las comunidades locales y ser un motor de protección para la flora y fauna del lugar.
La mayoría de la gente ama a los animales, afirma Tim. No por nada un 70% de sus pasajeros vuelve en algún momento a Africa: "Estar en un safari, en plena naturaleza, saca a relucir la emocionalidad de la gente, vendemos libertad pura y nada puede competir con eso", concluye.