"Por respeto a las víctimas, familias y amigos, anularemos el evento. El Love Parade ya no volverá a celebrarse", afirmó, categórico, Rainer Schaller, organizador de la principal fiesta de música electrónica del mundo. La decisión fue anunciada luego de que se confirmara la muerte de 19 personas durante la última versión del festival, realizado el sábado en la ciudad alemana de Duisburgo.
La policía germana informó que 11 de las víctimas fatales son alemanas, dos españolas, mientras que también habría una procedente de China, Italia, Australia, Holanda y Bosnia. Sus edades fluctuarían entre los 20 y 40 años.
La tragedia, en la que 342 personas resultaron heridas, ocurrió la tarde del sábado en el túnel de acceso a la explanada donde se desarrollaba el evento, cuando miles de personas intentaban salir del lugar tras la caída de un grupo de asistentes desde una escalera no habilitada. "Fui y volví al infierno. No puedo asimilar lo que pasó, la gente pisaba sobre las cabezas de otros, no atinamos a hacer nada", explicó Martin Hahn, quien participó en la "fiesta", realizada en una antigua estación de trenes.
Las causas del accidente aún no están claras, pero todo apunta al pánico y a problemas de seguridad. "Los muertos son víctimas de los intereses materiales del organizador, que presionó al gobierno local para que autorizara el evento a pesar de las dudas persistentes sobre la seguridad. La policía y los bomberos habían advertido sobre los peligros", recalcó Wolfgang Orscheschek, del sindicato de policías.
Por su parte, la prensa alemana cuestionó la falta de organización y la utilización de un espacio que sólo cuenta con una vía de acceso (un túnel). La decisión de realizar el festival en Duisburgo también fue cuestionada e incluso se hizo alusión a los problemas económicos que enfrentaría la ciudad y, que habrían hecho que las autoridades aceptaran la realización del mismo.
La fiscalía inició una investigación y dijo que cuenta con toda la documentación relativa al sistema de seguridad utilizado.
"Estamos hechos polvo"
"Estamos hechos polvo", declaró al diario El País una compañera de las estudiantes españolas muertas. De acuerdo con su versión, las jóvenes se alejaron del grupo debido a la multitud. En medio de la estampida perdieron sus bolsos e identificaciones. Otro testigo del accidente afirmó que "el túnel fue una verdadera trampa, yacían cadáveres por todas partes".
La canciller alemana, Angela Merkel, reiteró sus condolencias. Lo mismo hicieron diversas autoridades europeas, que pidieron esclarecer los hechos.