Después de más de un mes de negociaciones, Alexis Sánchez será jugador de Barcelona por las próximas cuatro temporadas. De no mediar un imprevisto, entre hoy y mañana el cuadro de la Ciudad Condal oficializará la noticia de su nuevo refuerzo, el primer chileno de la historia en llegar al equipo blaugrana.

El martes, el optimismo del vicepresidente Josep Maria Bartomeu era evidente. Fue el propio dirigente quien adelantó que las conversaciones estaban avanzadas y ya el viernes se ajustaron los detalles. Claro que el club catalán tuvo que hacer una oferta importante para llevarse al chileno: más de 54 millones de dólares.

La opinión del jugador era clave. Y ese fue el principal aval de los españoles, quienes, a sabiendas del deseo del tocopillano, buscaron primero el acuerdo con el futbolista.

Por eso, hace poco más de 15 días, el representante del "Niño Maravilla", el argentino Fernando Felicevich, cerró un preacuerdo de cuatro años a razón de 4,4 millones de dólares.

El primer punto ya estaba cerrado. Con el sí del chileno sólo faltaba convencer a los obstinados dueños del cuadro friulano, quienes ya tenían un ofrecimiento de Manchester City por más de 50 millones de dólares y esperaban que el club catalán, al menos, se acercara a esa cifra.

Pero hasta ese momento, las fórmulas presentadas por los "culé" nunca llegaron a satisfacer las pretensiones de los friulanos. Primero se habló de US$ 40 millones más el pase de Bojan Krkic, pero el juvenil de origen serbio no tenía en sus planes marcharse a Udine, menos rebajar su sueldo de 4,5 millones de dólares para recalar en un cuadro como el de Veneto.

En ese escenario, el presidente catalán Sandro Rosell debió volver a sacar cuentas y meterse la mano en el bolsillo. En paralelo, el City subía otra vez la puntería y Giampaolo Pozzo insistía a los medios que "no vamos a regalar al jugador".

Entonces, la inminente venta de Bojan a la Roma, en 14 millones de dólares, le aporta dinero fresco a los blaugrana para satisfacer los pedidos del elenco italiano.

Así, con esa carta bajo la manga, Barcelona presentó el viernes una última oferta por quedarse con Sánchez, transformado en la principal obsesión de Josep Guardiola.

Con 38 millones de euros en la mesa, más el acuerdo con el jugador, todo se agilizó aún más, para que, a partir de la próxima temporada, el tocopillano sea el primer chileno en la historia del Fútbol Club Barcelona.

Negocio redondo para los friulanos, que lo compraron en 2,8 millones de dólares en 2006 y que, cinco años más tarde, prácticamente multiplicaron por 20 esa cifra. Un premio a la paciencia que tuvieron con el chileno, al que primero mandaron a foguearse a Colo Colo y, más tarde, a River Plate.

Faltan sólo detalles, pero la voluntad de las tres partes está comprometida. De no mediar un problema de proporciones, el jugador será oficializado entre hoy y mañana como nuevo fichaje del cuadro más importante del planeta, el del fútbol lírico, el monarca de la Champions League que logra un nuevo intérprete para ese fútbol que encanta. Un chileno: Alexis Sánchez.