La sorpresiva victoria de Nueva Zelandia sobre Francia, en el cierre de la fase grupal, cambió los planes de Grecia, en los octavos de final. Los helenos habían perdido contra Rusia, en un partido en que el técnico de los euroasiáticos asegura que sus rivales entraron a perder, por lo que esperaban a los galos. Sin embargo, los oceánicos cambiaron todo el panorama y provocaron que la final del Mundial de 2006 se reedite en el inicio de los octavos de final.
Los campeones planetario llegan como amplios favoritos, pese a que en la fase inicial cayeron dos veces. A su favor juegan los últimos antecedentes frente a los griegos: victorias en la definición en Japón, por un contundente 70-47, y también en los Europeos de 2007 y 2009, por 82-77 y 82-64, respectivamente.
Pese a eso, España no se confía. Su técnico Sergio Scariolo declaró que "de los dos equipos que nos podían corresponder, Grecia y Rusia, nos ha tocado el más fuerte, el más experto y el más duro mentalmente. Les ganamos el año pasado en las semifinales del Eurobasket, pero ahora no tenemos a Pau (Gasol) y ellos sí tienen a su mejor jugador, (el escolta Dimitris) Diamantidis".
No es lo único que preocupa a los monarcas, que deben hacer frente a un trío de jugadores robustos en la zona pintada, como Ioannis Burusis, Sofoklis Schortsanitis y Kostas Tsartsaris.
Los griegos saben que no han hecho un gran torneo y son conscientes de que deben cambiar para seguir en carrera. "Tendremos que estar más preparados y jugar mucho mejor de lo que lo hemos hecho ante los rusos si queremos pensar en seguir", dijo Diamantidis.
La segunda fase comienza con el duelo entre Serbia y Croacia, un choque que en cualquier disciplina levanta polvo dentro y fuera de la cancha. Los favoritos son los serbios, que con un equipo joven y de buen juego terminaron la primera ronda ganándole a Argentina el primer lugar del Grupo A.
De conseguir el triunfo, podrían toparse con España e intentar tomarse revancha de la derrota en la final del Europeo pasado.