Después de recorrer el mundo. De tocar en el Taj Mahal de la India y en la Ciudad Prohibida de China, a Yanni le faltaba Sudamérica como escenario para esos shows que, en algunos casos, han sido editados en video o DVD, y han llegado a vender siete millones de copias y vistos por televisión en 65 países, como el Yanni Live at The Acropolis, de 1994. Por eso, el pianista y tecladista griego de 55 años, cuyo estilo ha recibido la etiqueta de new age -aunque a él no está de acuerdo-, dice que llegar a Chile es una "de sus metas cumplidas". Está aquí desde el viernes. Y desde entonces ha ensayado junto a sus 13 músicos y 2 coristas para brindar en el Movistar Arena, mañana a las 21 horas, un recital que él define como "un show con lo mejor de Yanni. Voy a tocar música de mi carrera completa, para que el público pueda escuchar todas las canciones de Live at the Acropolis, del Taj Mahal, de la Ciudad Prohibida, hasta lo que he hecho ahora".
Yanni ha vendido más de 20 millones de discos. Ha tocado para más de dos millones de personas, en total, en más de 20 países. Y, según revistas cuya especialidad son estudios en medicina, algunas de sus melodías tienen el "efecto Mozart", termino para referirse a los beneficios que provoca en la salud escuchar melodías del compositor austríaco. Y el músico asegura que la fórmula para todos estos logros es utilizar la música para unir culturas. "Trato de tocar los corazones, de emocionar... La música es muy pura, por eso sobrepasa la lógica y llega a tu alma y toca tu corazón", explica Yanni. "Cuando hago una buena canción, en el momento justo, con la melodía y el ritmo correctos, y en unos pocos segundos te hago experimentar una emoción, es que mi trabajo está bien hecho", agrega. Luego cuenta qué hay detrás de sus shows que van de un extremo a otro del planeta: "La música es la lengua del mundo. El lenguaje hablado es una barrera entre las culturas, pero la música cruza todas las fronteras muy fácilmente. En mis conciertos busco que la gente escuche y se sienta más fuerte y mejor. Que vengan y se vayan sintiéndose inspirados, aparte de que ahora cuento con algunos de los mejores músicos del mundo".
A pesar de esta espiritualidad en el discurso y de que su estilo es calificado de "new age", Yanni lo niega. Prefiere no tener etiquetas: "Cuando comencé mi carrera me llamaron 'músico electrónico' porque usaba sintetizadores. Pero un día, unos años atrás, a un tipo se le ocurrió poner el nombre 'new age' y ni siquiera sé lo que eso significa, porque realmente lo que hago es música. Cuando me siento a escribir una pieza de música no digo 'voy a hacer rock&roll, voy a hacer algo clásico o voy a hacer jazz'. Hay demasiadas influencias en mi trabajo y en lo que me gusta, porque crecí en Grecia escuchando muchos ritmos, italianos, españoles, africanos, del este, rock&roll inglés, y también me gusta lo clásico. Y todo eso está en la música, ni siquiera sé cómo llamarme a mí mismo, porque lo único que hay es música".