La empresaria, modelo y personalidad mediática Ivana Trump murió este jueves, cerca de las 12.30, en Nueva York. Quien fuera la primera esposa del expresidente Donald Trump, y madre de sus hijos mayores, sufrió un paro cardíaco un poco después de la hora de almuerzo, señaló TMZ.

El exmandatario republicano lo informó en su red social, Truth: “Me entristece informarles a todos los que la amaron, que son muchos, que Ivana Trump falleció en Nueva York. Fue una mujer maravillosa, hermosa y asombrosa, que llevó una vida inspiradora. Su orgullo y alegría fueron sus tres niños, Donald Jr., Ivanka y Eric. Ella estaba tan orgullosa de ellos, como todos nosotros de ella. Descansa en paz, Ivana”, publicó Trump.

La familia Trump también hizo público un comunicado en que destacaron a vida de Ivana. “Es con una profunda tristeza que les anunciamos el fallecimiento de nuestra querida madre, Ivana Trump. Nuestra madre fue una mujer increíble: una fuerza en los negocios, una atleta de clase mundial, una belleza radiante, una madre preocupada y amiga. Ivana Trump fue una sobreviviente”, señalo el documento, recordando también los orígenes checos de la empresaria: “Huyó del comunismo y abrazó este país. Enseñó a sus hijos sobre la valentía y tenacidad, la compasión y la determinación”.

Ivana Zelnickova nació en 1949 en Gottwaldov, en la entonces Checoslovaquia, una ciudad al sur de Praga que venía de cambiar de nombre: antes de 1948 se llamaba Zlin. En su infancia empezó a competir como esquiadora, entrando a un campamento para atletas infantiles cuando tenía 12 años. Ya en la universidad, representaría al equipo checoslovaco de esquí, conociendo a George Syrovatka, que tenía nacionalidad canadiense.

Distintas versiones aseguran que Ivana participó de los Juegos Olímpicos de Invierno en Sapporo, en 1972, especializándose en descenso y slalom. Sin embargo, en 1989, Petr Pomezny, secretario general del Comité Olímpico Checoslovaco, negó esa información, señalando que a pesar de haber buscado extensamente el registro, no encontró nada que probase su participación en el evento.

Luego de graduarse con una maestría en educación física e idiomas, Ivana se mudaría a Canadá con Syrovatka, donde tuvieron una tienda de esquí y artículos deportivos. En Montreal, empezó a modelar, y luego de un viaje a Nueva York con su agencia, en el verano de 1976, conoció a Donald Trump. La pareja se casó al año siguiente.

Durante los 80, la pareja Trump se volvería pública y protagonista de las páginas sociales neoyorquinas. Según The New York Times, “la señora Trump atrajo casi tanta atención mediática como su esposo, y juntos ayudaron a definir los 80 como una era de llamativos excesos entre la élite social, una imagen que el señor Trump usaría para impulsar su giro como personalidad televisiva antes de su candidatura a la Casa Blanca en 2016″.

Perfilada varias veces como detallista y adicta al trabajo, Ivana trabajó junto a su marido en sus primeros proyectos, como el desarrollo de la Torre Trump en Manhattan, y el casino Trump Taj Mahal en Atlantic City, Nueva Jersey.

Pero del mismo modo en que su matrimonio fue público, lo fue su divorcio en 1992. Para ese tiempo, Donald Trump había conocido a su futura esposa, la actriz Marla Maples. Luego de un complicado proceso judicial para el divorcio, el diario The New York Times informó que el acuerdo le legó a Ivana 14 millones de dólares, una mansión de 45 habitaciones en Connecticut, un departamento en el Trump Plaza y el uso del resort Mar-a-Lago, en Florida, un mes al año.

A pesar del divorcio y los posteriores matrimonios de ambos, Ivana Trump ya tenía buenas relaciones con Donald cuando este se lanzó a la Presidencia de Estados Unidos, en 2016. Ese año, le contó al New York Post que era tanto una partidaria como asesora de su exesposo. “Le sugiero algunas cosas”, le contó al periódico. “Hablamos antes y después de sus apariciones, y él me pregunta qué opino”, detalló.

Con gran destreza comercial, inició una serie de proyectos: desarrollo líneas de ropa, joyería y productos de belleza, invirtió en bienes raíces tanto en Estados Unidos como en Europa, y escribió una serie de libros. En 1995 publicó The Best Is Yet to Come: Coping With Divorce and Enjoying Life Again (Lo mejor aún no llega: lidiar con el divorcio y disfrutar de nuevo la vida), y más recientemente, Raising Trump (Criando a Trump), una memoria de su matrimonio con el expresidente y en la que se explaya respecto de la crianza de sus tres hijos.