Ahorro de hogares cae a mínimos tras fin de liquidez por retiros e IFE y por el impacto de la inflación en salarios
Sin los giros de los fondos de pensiones ni las ayudas gubernamentales, la tasa de ahorro bruto de los hogares llegó en el segundo trimestre a 0,2% del PIB, registro más bajo de la actual serie, debido a un consumo mayor a los ingresos, impactados además estos por el alza del nivel de precios. De hecho, las remuneraciones reales cayeron en agosto por vigésimo primer mes consecutivo, situándose en su menor nivel desde diciembre de 2018.
La situación económica de los hogares chilenos está en un momento muy complejo. Los ahorros cayeron al mínimo, las deudas comienzan a subir y los sueldos cada vez están rindiendo menos, debido a la mayor inflación.
Todo ese panorama se evidencia en una serie de datos publicados este jueves por el Banco Central y el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), los cuales apuntan todos a la misma conclusión: los meses que vienen serán bastante duros.
El informe de Cuentas Nacionales por Sector Institucional del instituto emisor muestra que al segundo trimestre del año la tasa de ahorro de la economía chilena alcanzó 18,2% del PIB, menor en 0,2 puntos porcentuales (pp.) al cierre de marzo y el porcentaje más bajo desde que existe la actual serie, en 2013. Dicha tasa está lejos de los 23,3% que marcaba el ahorro bruto nacional hace 9 años.
El resultado del segundo trimestre del año fue determinado por un crecimiento anual del consumo (17,3%) por sobre el ingreso nacional (15,5%), es decir, la economía sigue gastando más que lo que ingresa.
Y ahí destaca la evolución que han tenido los hogares. De acuerdo al informe, su ingreso disponible bruto aumentó 3,6% respecto del mismo periodo del año anterior, explicado mayormente por las rentas de la producción (salarios e ingresos de independientes), con una incidencia de 9,7 pp., dada la recuperación del mercado laboral en relación al mal 2021. Además, las rentas de la propiedad –a través de los retiros de rentas– y las prestaciones sociales netas de cotizaciones aportaron positivamente con 4,9 pp. y 1,2 pp., respectivamente. Por el contrario, las transferencias corrientes netas incidieron negativamente con 11,2 pp., asociadas al término de las principales medidas de apoyo implementadas por el gobierno en el contexto de la emergencia sanitaria, como los IFE y también los ingresos por los retiros de los fondos de pensiones.
Mientras eso pasaba con el ingreso, el consumo final efectivo de los hogares creció 18,1% anual, lo que sumado al resultado del ingreso disponible, determinó que la tasa de ahorro del sector disminuyera a 0,2% del PIB, también su menor nivel de la serie, muy por debajo de 2,3% del primer trimestre y lejos del peak de 10,3% registrado en el tercer trimestre de 2020, cuando se concretó el primer retiro de fondos de pensiones.
Esta caída en los ahorros de las personas también se condice con la menor liquidez que tiene hoy la economía. De acuerdo a los datos de agregados monetarios del Banco Central, el M1, que es el concepto más líquido de dinero, que está compuesto por los billetes y monedas en circulación, las cuentas corrientes y cuentas a la vista, llegó en agosto a $61 billones (millones de millones), su monto más bajo desde agosto de 2020, es decir, en el tercer trimestre de ese año. Con el impacto del primer retiro y los posteriores, la liquidez llegó a un peak de $80,3 billones en julio de 2021, con las cuentas corrientes también en máximos.
Ya en ese entonces se venía diciendo que a medida que se gastara toda esta liquidez, se presionarían los precios de los bienes y servicios, con lo que los niveles de inflación seguirían escalando. Y así fue, lo que llevó a que otra variable clave para la economía familiar y personal se viera afectada: el poder de compra de los sueldos.
Salarios
El INE informó este jueves que el Índice de Remuneraciones Nominal subió en agosto 11,1% en relación a igual mes del año anterior, su mayor alza de la actual serie, que comienza en 2016. Sin embargo, a pesar de este fuerte incremento, la inflación estuvo por encima en el período, al llegar a 14,1% en el mismo lapso. Con esta corrección, el Índice de Remuneraciones real (es decir, descontada la inflación), cayó en el octavo mes del año 2,6%, completando 11 meses consecutivos de bajas. Tras esta seguidilla de caídas, hoy ese indicador se encuentra en su menor nivel (94,75 puntos) desde diciembre de 2018, es decir, el poder adquisitivo de las remuneraciones ha retrocedido casi cuatro años.
Esto, ya se comienza a sentir con fuerza en los bolsillos de los hogares, y la situación no se ve que mejore en el corto plazo, ya que el escenario para el mercado laboral se estima que seguirá a la baja, en línea con la evolución de la actividad económica, que en agosto marcó una variación nula y se anticipa que los siguientes meses solo veremos números negativos. En este contexto, en agosto se destruyeron más de 7 mil puestos de trabajo en relación al mes previo, de acuerdo a los datos desestacionalizados del INE y, en 12 meses, la desaceleración ha sido constante.
Los asalariados totales crecieron en agosto 7,6% en 12 meses, su menor variación desde febrero, con lo que la masa salarial subió en el mes 4,8%, su alza más acotada desde noviembre del año pasado.
“Eso conduce a la caída de -5,7% del consumo de las familias el próximo año. Esa es la contracción anual que será mucho más intensa en el primer semestre”, señala el economista de Libertad y Desarrollo y exsubsecretario de Economía, Tomás Flores, al analizar las cifras publicadas este jueves. El experto recuerda que en la crisis subprime de 2009, el consumo de las familias cayó solo 0,5% y en la crisis asiática lo hizo en 1,1%, por lo que el escenario actual pinta “sustancialmente complejo”, indica.
Por su parte, el director del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC UDP), Juan Bravo, sostiene que “la próxima recesión la enfrentamos en peores condiciones para los hogares que en recesiones previas: las cifras de cuentas nacionales indican que el ahorro de los hogares es casi nulo, el Banco Central está aplicando política monetaria contractiva para combatir la inflación con el consiguiente efecto de encarecer el acceso al crédito y además llevamos 11 caídas consecutivas de los salarios reales en términos anuales, con lo que los salarios hoy compran menos bienes y servicios que hace un año atrás”.
El economista agrega que “el empleo mensual desestacionalizado ya mostró su primera caída desde la segunda ronda de cuarentenas masivas, lo que marca el inicio del proceso de destrucción de empleo, lo que anticipa que en los próximos meses la masa salarial real -que mide los ingresos laborales totales de la economía ajustados por inflación-, debiera seguir desacelerándose”.
Deuda
En este contexto, los hogares continuaron aumentando su deuda o necesidad de financiamiento hasta un 2,4% del PIB, mayor en 2,2 pp. respecto al periodo anterior. Desde la perspectiva financiera, la necesidad de financiamiento se explicó por las liquidaciones de efectivo y depósitos, sumado a la contratación de préstamos. Lo anterior fue en parte compensado por aportes netos a los fondos de pensiones, luego de finalizado el plazo para realizar retiros parciales de ahorros previsionales durante este trimestre, señala el informe.
Así, la deuda del total de los hogares se situó en 47,5% del PIB, aumentando 0,6 pp. con respecto al trimestre anterior, destacando el incremento de los préstamos bancarios, principalmente hipotecarios, en línea con la reajustabilidad de esta deuda con respecto a la inflación observada en el periodo, ya que ese tipo de créditos son en UF.
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