En la cuenta pública que este jueves presentará el Presidente Gabriel Boric, se espera que algo diga sobre el futuro de la reforma tributaria. El ministro de Hacienda, Mario Marcel, ya anticipó que espera tener un acuerdo amplio a fines de junio para poder intentar nuevamente presentar un proyecto en el Senado, luego del rechazo que sufrió la iniciativa original en la Cámara de Diputado.
Alberto Cuevas, hoy socio de Tax & Legal de KPMG, fue coordinador de Política Tributaria en el segundo gobierno de Michelle Bachelet, donde tuvo un rol importante en la tramitación de la reforma impositiva que esa administración impulsó.
En el caso de este proceso recomienda avanzar rápidamente en temas donde haya consenso, como la elusión y evasión, y cerrar el debate lo más pronto posible.
¿Cómo ha visto este “segundo tiempo” de la discusión tributaria?
-Cuando ocurrió la sorpresa del rechazo del proyecto en la Cámara de Diputados, hubo un momento inicial de bastante impacto. El ministro hizo una declaración dura, pero rápidamente se conectó con la necesidad de darle viabilidad al proyecto, y se abrió a comenzar nuevamente un debate.
Dado el escenario político, ¿qué espacio ve para llegar a un acuerdo en junio?
-Hay un consenso importante en lo que significa el control de la evasión y la elusión. Ese debate está bastante maduro para poder avanzar y cerrarlo. Hay bastante disposición de prácticamente todos los sectores políticos de poder avanzar en la profundización en el control de la evasión y elusión. Ahora, tiene un matiz importante, que se relaciona con cómo se han movido la informalidad y la seguridad. El control de la evasión y elusión está fuertemente ligado con el control del contrabando, del crimen organizado y otras materias con acceso a la información bancaria. Es una agenda que tiene un valor mucho más allá del sólo control de la evasión y elusión. Es un debate que está bastante maduro para avanzar.
¿Y el resto?
-Hay otros temas que tienen un nivel de madurez mucho menor y algunos que derechamente desde el punto de vista pragmático no tienen mucho sentido. El informe del Banco Central de la semana pasada muestra algo que también será interesante para la discusión. El Banco Central dijo que es muy importante para esta coyuntura internacional que haya estabilidad, financiamiento y avanzar rápido hacia medidas que promuevan el ahorro y la inversión. Entonces, cualquier medida que vaya en contra del ahorro y la inversión es mejor no perseverar, y dentro de eso, desde luego, se debería descartar rápidamente cualquier aspecto relacionado con la tributación a las utilidades acumuladas, el impuesto al patrimonio, u otras medidas de esa naturaleza que tienen un impacto, a lo menos en el corto plazo, en el ahorro. Estos dos impuestos tienen que estar fuera desde un principio.
En cuanto al sistema dual, ¿tiene sentido perseverar en él?
-Lo que ocurre con la desintegración es una discusión que pierde actualidad. Creo que tiene mérito técnico esa discusión, pero en una mirada de más largo plazo y dado que no recauda tanto y que tiene una implementación compleja, entonces no sé si vale la pena invertir tiempo en ese tema que, en un momento como ahora, no tiene viabilidad política. Esto deja reducido el debate a pocos temas. Yo creo que a todo lo otro le falta madurez en el debate, por lo que uno escucha.
El mantener la idea de subir el impuesto global complementario a los tramos medios y altos, ¿lo ve pertinente?
-Falta conversar un poco más. Por dos razones: no recauda demasiado y lo otro es que pondría en evaluación la situación del mercado laboral, ya que no está tan dinámico y agregar un costo adicional a las rentas del trabajo podría afectar los ingresos. Ese debate también lo postergaría, dado que no recauda tanto.
¿Tampoco plantearía la idea de ampliar la base del impuesto a las personas?
-No, las personas ya tienen un impuesto alto por el IVA, entonces sumar a la base imponible a quienes ganan $700 mil no me parece, ya que esas familias destinan todo lo que ganan para consumo y pagan IVA. No es el mejor camino para lograr recaudar.
La nueva meta de recaudación ahora será del orden de 2% del PIB, ¿le parece factible?
-Es desafiante llegar al 2% del PIB. Si los elementos exógenos nos ayudan, como un mayor crecimiento, los planes para reducir la evasión y la elusión pueden rendir un poco más también por la vía de la informalidad. Creo que se puede, pero no es una meta sencilla de lograr.
Entonces, ¿el gobierno debería cerrar el debate con elusión y evasión, y nada más?
-Eso es lo que tiene más madurez y consenso político. El cerrar este debate tiene un valor. Se debe avanzar rápidamente, ser pragmático. Tiene mucho más valor. No da para más de fines de junio tener cerrado lo que se pueda avanzar y cerrar el tema tributario.