“Lula da Silva puede ganar la presidencia, pero el bolsonarismo ya venció”. Con ese título, los medios brasileños bosquejaron la sensación luego de las elecciones generales que tuvieron lugar el domingo. Si durante la última semana las encuestas le daban una victoria definitiva al líder del Partido de los Trabajadores (PT), sacándole hasta 13 puntos de ventaja al actual mandatario, el 48% a 43% decepcionó a unos y entusiasmó a otros. Con este resultado, los brasileños volverán a las urnas el domingo 30 de octubre.
En este contexto, el 4% que obtuvo Simone Tebet (Movimiento Democrático Brasileño), y el 3% de Ciro Gomes (Partido Democrático Laborista) componen un grupo codiciado de votos: cerca de 8 millones que podrían inclinar definitivamente la balanza. Aunque los dos se han mostrado críticos con el legado de Lula, se descarta que respalden a Bolsonaro en el balotaje.
Este último habría contado con una ventaja inesperada, a la que se conoce como el “voto avergonzado”. Si las encuestas le daban un 36% para este domingo, sepultando sus esperanzas de ser reelecto, el 43% conseguido se vivió como una victoria del bolsonarismo, que de paso se hizo con una cantidad histórica de parlamentarios y gobernadores.
No solo los candidatos, sino también los electores de la tercera y el cuarto candidato presidencial se inclinarían más a la izquierda. Según los últimos sondeos de Datafolha, el 38% de quienes votaban en primera vuelta por Gomes tenían a Lula como segunda opción, mientras que solo un 18% optaba por Bolsonaro. En el caso de los votantes de Tebet, la situación era similar.
Un poco después de conocerse los resultados de las elecciones presidenciales, Gomes, que consiguió un 12% en 2018, admitió estar “profundamente preocupado” con la situación vivida en el país. “Pido que me den unas horas más para conversar con mis amigos y mi partido, para encontrar el mejor camino, el mejor equilibrio”, dijo el candidato centrista frente a la prensa.
Un poco más tarde, Tebet asumió una postura similar, aunque dejando claro que “ya tiene un candidato a quien apoyar”. “Ya tengo mi opción, y me pronunciaré en el momento indicado. Es importante que nosotros durmamos, y miremos los resultados en cada estado”, complementó, prometiendo que en 48 horas iba a decir algo.
La candidata, que consiguió el tercer lugar, dejó el resto de su respaldo en manos de la coalición que la apoya: “Es la hora de que los presidentes de nuestros partidos para que se posicionen y se pronuncien”.
De todos modos, los resultados en las elecciones de diputados y senadores configuraron un Congreso claramente conservador, lo que complicaría las gestiones de un posible gobierno de Lula. En ese ámbito, el ganador del domingo fue Jair Bolsonaro y su Partido Liberal, que consiguió 99 de los 513 escaños de la Cámara de Diputados, siendo así la bancada más grande en un espacio particularmente fragmentado, con decenas de partidos con representación.
Entre los nuevos diputados que entran al Congreso, algunos han sido colaboradores cercanos de Bolsonaro. El exministro de Salud, Eduardo Pazuello, por ejemplo, fue el diputado más votado del estado de Río de Janeiro.
En tanto, en el Senado, que renovó un tercio de sus integrantes, la coalición bolsonarista aumentó su representación a 14 de los 81 escaños, sumando 8 en relación con la votación anterior. Uno de los nuevos senadores más conocidos fue el exjuez que condenó a Lula a la cárcel y después se volvió ministro de Justicia de Bolsonaro, Sergio Moro.
El Partido de los Trabajadores de Lula sumó nueve senadores, teniendo así la quinta mayor bancada. Con eso, el expresidente tendrá que negociar con el centro político si pretende cumplir su programa, en caso de triunfar el 30 de octubre.
Según el medio G1 de Globo, que entrevistó a integrantes del comando de Lula después de la votación, los petistas están conscientes de que Bolsonaro “llega fuerte” al balotaje, y que la disputa por la segunda vuelta va a exigir “mucho más” de parte de los aliados del expresidente. “El bolsonarismo es algo más grande que Bolsonaro. Es un fenómeno político que exigirá mucho de nosotros para derrotarlo”, consideró un coordinador de la campaña de Lula.
Otro coordinador comentó que el balotaje va a ser “mucho más difícil” de lo esperado: “Hubo una ola final bolsonarista, fuerte, que no estábamos esperando. Confiamos en que Lula sigue favorito, pero el escenario cambió para el inicio de esta segunda vuelta”.
“Creemos que los electores de Ciro nos elegirán a nosotros, y buena parte de Simone también, pero eso no cae de la gravedad: tendremos que hablar a esos electores para atraerlos”, consideró otro aliado de Lula. Simone Tebet consiguió el tercer puesto llamando la atención en los debates televisados, aún cuando tiene una experiencia política menor que la de sus tres principales adversarios en los comicios del domingo.
En el comando de Bolsonaro quedó la idea, según G1, de que el candidato del PL podría perfectamente empatar a Lula ya en la primera semana del mes. Un asesor directo del presidente señaló que el estancamiento de los precios “ya está llegando a las estanterías” de los supermercados, y que eso contribuirá a que el presidente continúe subiendo en las encuestas de intención de voto.
Asimismo, señalaron que la estrategia de Bolsonaro se va a enfocar en tres estados clave: Sao Paulo, Minas Gerais y Bahía. Los asesores creen que la onda conservadora paulista, donde el primer lugar para gobernador se lo llevó el candidato del PL, va a ser decisiva en la segunda vuelta.
G1 señala que Lula y Bolsonaro se disputarán casi 10 millones de votos en el balotaje, en donde una de las iniciativas que baraja el comando del petista es una “carta a los brasileños” dirigida a los conservadores. Otra línea de acción es la agenda religiosa. El balance de la campaña es que la fake news de que Lula cerraría iglesias pudo haber contribuido en los últimos días al crecimiento de Bolsonaro en relación a lo que indicaban las encuestas electorales.
Folha de Sao Paulo agrega que Lula planea alianzas con el centro e incluso pactos con bolsonaristas en la segunda vuelta. Asimismo, asegura que el PDT le pidió al PT avalar tres propuestas de Ciro Gomes y promete anunciar su posición este martes.
En tanto, Bolsonaro, según Andréia Sadi, columnista de G1, va a reforzar la guerra ideológica y prometer una cuota 13 de Auxilio Brasil a partir de 2023 para las mujeres, el nuevo programa social de transferencia de renta.