Aunque las decisiones adoptadas recientemente por la OPEP+ permitirán contener el incremento del precio del petróleo para lo que resta del año, “las vacunas deberían permitir una mayor recuperación para 2022″, de acuerdo a los pronósticos de Bank of America (BofA).

En ese marco, el banco estadounidense apuesta a que al menos el crudo Brent, referente para Europa, logrará alcanzar en algún momento del próximo ejercicio los US$100, nivel que no alcanza desde septiembre de 2014.

Según explica el equipo liderado por Francisco Blanch, estratega de commodities de la entidad, “hay muchas ventajas en la demanda de viajes aéreos en los próximos meses y los PMI manufactureros apuntan a una recuperación continua de la actividad industrial. Estas tendencias en los viajes y la industria deberían respaldar el mercado de destilados en 2022″.

En ese marco, el mundo en vías de desarrollo jugará un rol fundamental en el impulso del próximo año. “Presumiblemente, la aceleración de las tasas de producción de vacunas en los próximos meses permitirá a los mercados emergentes acelerar las campañas de inmunización hasta fines de año y el primer trimestre de 2022, lo que conducirá a una reapertura más extensa de los viajes internacionales”, se lee en el reporte.

De todas maneras, en el mismo banco reconocen que este escenario “es poco probable que se produzca un gran repunte en la grieta de diésel, debido al mantenimiento limitado de la refinería, la mayor capacidad y los inventarios equilibrados”.

Leves bajas para el resto de 2021

De esta manera, aunque el petróleo Brent -actualmente en US$71,12- alcanzaría en un momento dado los US$100 el barril en 2022, la cotización promedio del próximo año marcaría US$71, con su punto más alto en el tercer trimestre en US$ 83.

Lo anterior, sobre la base de estimaciones que apuntan a una disminución en el valor del crudo para lo que resta de este 2021, dinámica en la que también de incluye al WTI que se usa como referencia en Chile y que actualmente está en US$ 68,91. Mientras el Brent cerraría el año con un promedio de US$ 68, tras ceder a US$ 65 en diciembre, el WTI acabaría con un promedio de US$ 65, para que en 2022 avanzara hasta cerrar el ejercicio en US$ 71, con un máximo de US$ 79 en el tercer trimestre.

El leve descenso que se espera para el resto del año obedece a “una combinación de capacidad de reserva OPEP+ y riesgos de demanda”, como lo han venido señalando en BofA desde hace algún tiempo.

Con las definiciones del cartel petrolero sobre la mesa, en esta ocasión detallan que “con la OPEP + acordando expandir las líneas de base de producción en 1,6 millones de barriles por día a partir de mayo de 2022 , los precios del petróleo han retrocedido. Después de todo, los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Rusia, Kuwait e Irak simplemente acordaron producir más petróleo el próximo año, enviando una señal bajista al mercado”.

La estrategia de la OPEP+, de acuerdo a lo que explican los expertos, tiene bastante que ver con el análisis que hacen de su competencia. “En nuestra opinión, la expansión de la línea de base es una advertencia para los productores de esquisto de Estados Unidos y ha creado riesgos a la baja a corto plazo para el petróleo”, indican en BofA.

En ese marco, indican que el “nuevo acuerdo también extiende los controles de suministro hasta diciembre de 2022. En cierto modo, el nuevo acuerdo respalda y simultáneamente reduce los riesgos al alza (y a la baja) de los precios mundiales del crudo, y pone a la OPEP+ en el asiento conductor para los mercados de petróleo en los próximos 18 meses”.