No mentía cuando les decía que la lucha contra la pandemia era difícil. No había otra forma de preservarse que no fuera quedándonos lo más lejos del otro y a la mayor distancia. El tiempo me está dando la razón”, dijo el Presidente de Argentina, Alberto Fernández, durante un acto el martes. Y es que el país, aseguró, está enfrentando uno de los “momentos más difíciles” de la pandemia, que mantiene a Argentina liderando la tasa de decesos diarios por Covid-19 en la región, con 16,46 muertes por millón de personas, superando incluso a Brasil (11,82), y con más de 35 mil nuevos casos por tercer día consecutivo

Según cifras oficiales del Ministerio de Salud, hay 3,4 millones de contagios y 72 mil fallecidos por el virus. Al ingreso de las variantes brasileña y británica se añadió hace dos semanas la presencia de la cepa de India y de Sudáfrica, lo que terminó por generar un descontrol del coronavirus, lo que sumado a un relajamiento de las medidas sanitarias dio como resultado un salto en los casos, pasando de alcanzar 5.000 infectados diarios en marzo a un récord esta semana de casi 40 mil contagios en una jornada. De hecho, este jueves Argentina registró 35 mil casos de Covid-19 por tercer día consecutivo.

La Sociedad Argentina de Cuidados Intensivos (Sati) alertó que las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) están al límite, superando el 90% de las camas en Buenos Aires, Córdoba y Neuquén. Ante esto, los equipos médicos han debido implementar otras áreas de los hospitales para recibir la oleada de pacientes, mientras que en algunas zonas los enfermos deben esperar en los pasillos.

Por ello, las autoridades evaluaban desde hace días la implementación de nuevas restricciones para el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba), especialmente ante el crecimiento exponencial de la curva de contagios. Sin embargo, los confinamientos se han transformado en un tema que polariza a los argentinos, divididos entre la salud y la apertura.

Según el diario La Nación, el gobierno se había dado un plazo de 48 horas para evaluar la evolución de la situación epidemiológica, mientras que algunos sectores rechazaron la posibilidad de volver a la Fase 1, que significa un confinamiento total y un cierre a la economía.

Un manifestante contra las restricciones sanitarias camina frente a la Casa Rosada. Foto: Reuters

No obstante, los contagios no han podido ser controlados y la Casa Rosada alertó estar frente al “peor momento de la pandemia”. Por esto, tras casi tres horas de una reunión por videoconferencia con 12 gobernadores del país, este jueves Alberto Fernández alcanzó un consenso político para ordenar un confinamiento total en las zonas de alto riesgo.

En un mensaje grabado en la Casa Rosada y emitido por cadena nacional, Fernández informó el detalle de las medidas. Así, anunció un confinamiento de nueve días en las zonas de alto riesgo, que comenzará este sábado a las 00.00 hasta el domingo 30 de mayo inclusive, al que agregó un cierre total de actividades el fin de semana del 5 y 6 de junio.

Fernández dijo que “la confusión debe terminarse” y exhortó a los gobernadores y al alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, a que fijen estrictos controles. “Más allá de lo que cada uno piense, debemos asumir la gravedad de este momento y debemos unirnos para superar esta catástrofe”, agregó.

Actualmente la normativa contra la pandemia se basa en tres indicadores: el promedio de casos en los últimos 14 días, la incidencia del virus en la población y la ocupación de camas de Unidad de Tratamiento Intensivo (UTI).

Con estos datos, se divide al país en cuatro grupos, dependiendo del riesgo epidemiológico entre bajo, medio, alto riesgo y alarma. En las zonas de “alarma” rige una inmovilización total desde las 20 horas y una suspensión de las clases presenciales.

El Presidente de Argentina, Alberto Fernández, durante una conferencia de prensa.

“Vemos que se adelantó la tercera o cuarta’ ola y los próximos 15 días van a ser muy tensos”, señaló Horacio Rodríguez Larreta, jefe del gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Ante esto, la administración porteña planteó la posibilidad de imponer una cuarentena “total” para los fines de semana.

A pesar de esto, los gremios de trabajadores sanitarios se han enfrentado con el Ejecutivo para exigir mejoras en las condiciones laborales y un aumento en el sueldo, pero además han solicitado detener la atención presencial en restaurantes, cerrar el comercio no esencial y volver a las clases virtuales.

Un grupo de personas con mascarillas espera locomoción en Buenos Aires. Foto: Reuters

Este último punto ha sido centro de las polémicas después de que el opositor alcalde porteño llegó hasta la Corte Suprema para pedir la revocación del decreto presidencial que ordenó el cierre de los colegios en la ciudad como parte del paquete de restricciones. Finalmente, el máximo tribunal falló a favor de las clases presenciales en la Ciudad de Buenos Aires.

Según Clarín, la Casa Rosada apuntó a que si decreta un cierre estricto será para bajar la curva de contagios y acelerar la vacunación. La ministra de Salud, Carla Vizzotti, señaló hace dos semanas que este fin de semana deberían llegar alrededor de 840 mil dosis provenientes del mecanismo Covax y que la próxima semana arribarían otros cuatro millones de AstraZeneca.

La lentitud en la llegada de las vacunas a Argentina ha retrasado la campaña a nivel nacional. Según datos de Our World in Data, a la fecha solo un 18,3% de los argentinos, o sea 8,28 millones de personas, han recibido al menos una dosis de la vacuna.