Durante más de tres semanas, el puerto ucraniano de Mariupol se ha convertido en el blanco de los ataques rusos, siendo una de las localidades más bombardeadas y dañadas. Ha estado sitiado por las fuerzas rusas y se estima que entre 100.000 y 200.000 de sus habitantes, de un total de 430.000, siguen atrapados en la ciudad, que es clave para la campaña militar de Moscú en Ucrania.

La ofensiva rusa ha convertido la vida en Mariupol en una lucha por la sobrevivencia. Se han cortado los suministros de electricidad, agua y alimentos, así como la comunicación con el mundo exterior.

Ucrania rechazó el lunes las demandas de Moscú de entregar la ciudad. Poco después los bombardeos rusos alcanzaron una escuela de arte donde se refugiaban civiles, el segundo ataque contra un edificio público en menos de una semana. Un teatro en Mariupol donde se refugiaban más de 1.000 personas fue arrasado en un ataque el miércoles de la semana pasada. Un hospital de maternidad en la ciudad también fue bombardeado el 9 de marzo.

El Consejo Municipal de Mariupol dice que miles de personas fueron trasladadas a Rusia contra su voluntad. Intentos previos de evacuación se vieron frustrados por los continuos combates, con los que Moscú intentaba doblegar la ciudad. La agencia de refugiados de Naciones Unidas dijo el martes que más de 3,5 millones de personas han huido de Ucrania desde que Rusia invadió el país. Los que lograron salir de Mariupol describieron un panorama desolador. “Ya no tiene edificios”, comentó Maria Fiodorova, de 77 años, a la agencia The Associated Press, después de cruzar el lunes la frontera con Polonia luego de cinco días de viaje.

Ben Barry, investigador principal de guerra terrestre en el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres y exdirector de personal del Ejército británico en el Ministerio de Defensa, dijo que si cae Mariupol, Rusia podría avanzar en dos direcciones.

“Es muy posible que una vez que caiga Mariupol, eso liberará a las fuerzas rusas de las dos repúblicas para avanzar hacia el oeste, hacia Odesa, o hacia el norte en un esfuerzo por amenazar la retaguardia de las fuerzas ucranianas que operan en el Donbás, lo que plantearía al alto mando ucraniano una decisión difícil sobre si continuar luchando allí o si busca retirarse”, indicó a NBC News.

Keir Giles, director de investigación del Centro de Investigación de Estudios de Conflictos en Londres, también advirtió a la cadena estadounidense que Mariupol estaba atando a un número significativo de fuerzas rusas que podrían ser liberadas para otras operaciones.

“La triste realidad es que cuando las personas que se refugian en el teatro de Mariupol escriben la palabra ‘niños’ a cada lado del edificio en letras lo suficientemente grandes como para ser vistas por los agentes de vigilancia rusos, en realidad están convirtiendo el edificio en un objetivo en lugar de protegerlo”, sostuvo.

La caída de Mariupol sería un golpe económico para Ucrania y una victoria simbólica para Rusia, indicó The Guardian. “Mariupol tiene un significado práctico y simbólico para Rusia”, dijo al el diario británico Andrii Ianitskyi, director del centro de excelencia en periodismo económico de la Escuela de Economía de Kiev.

Si bien geográficamente la ciudad de Mariupol ocupa solo una pequeña área en el mapa, ahora se interpone en el camino de las fuerzas rusas que han irrumpido en la península de Crimea.

En ese sentido, el general Sir Richard Barrons, excomandante del Comando de Fuerzas Conjuntas de Reino Unido, dijo a la cadena BBC que capturar Mariupol es vital para el esfuerzo de guerra de Rusia. “Cuando los rusos sientan que han concluido con éxito esa batalla, habrán completado un puente terrestre desde Rusia a Crimea y verán esto como un gran éxito estratégico”, indicó.

En 2014, Mariupol, la segunda ciudad más grande de la región de Donetsk, soportó una breve ocupación por parte de las fuerzas prorrusas. Después de que Ucrania perdiera el control de la capital regional, Mariupol acogió a la mayor cantidad de desplazados internos de las partes ocupadas del Donbás: más de 96.000 personas en 2019.

Mariupol no solo se encuentra en el territorio reclamado por la llamada República Popular de Donetsk, un área reconocida por Rusia antes de la invasión, sino que también es parte de la visión del Presidente ruso Vladimir Putin de “Novorossiya” (Nueva Rusia), un territorio que se extiende por el este y el sur de Ucrania, a lo largo de la costa del mar Negro, que Putin considera “tierras históricamente rusas”.

Si se apoderara de Mariupol, Rusia también terminaría con el control total de más del 80% de la costa del mar Negro por parte de Ucrania, cortando su comercio marítimo y aislándolo aún más del mundo.

“Es una gran ciudad portuaria y una base para las Fuerzas Armadas ucranianas. Entonces, si los rusos quieren tener un corredor terrestre (desde el Donbás) hasta Crimea, necesitan controlar la ciudad”, indicó Ianitskyi.

Desde 2014, menos de 30 kilómetros han separado a Mariupol de los territorios separatistas controlados por Rusia en el Donbás.

Por otro lado, Mariupol es un centro metalúrgico de fabricación de maquinaria pesada y reparación de barcos. Las plantas siderúrgicas más grandes de Ucrania, propiedad del principal grupo metalúrgico del país, Metinvest, están ubicadas allí. Uno de ellos, Azovstal, resultó gravemente dañado por los bombardeos rusos esta semana.

El Batallón Azov enseñando técnicas de autodefensa a civiles ucranianos. Foto: Reuters

Ianitskyi dijo The Guardian que el Ejército ruso había estado apuntando no solo a la infraestructura civil, sino también a la infraestructura económica, con el objetivo de causar el mayor daño posible.

Mariupol también alberga el puerto comercial más grande del mar de Azov, desde el que Ucrania exporta cereales, hierro y acero y maquinaria pesada. En 2021, los principales destinos de las exportaciones ucranianas desde el puerto de Mariupol fueron países de Europa, como Italia y otros como Turquía y Líbano.

Después del comienzo de la guerra del Donbás, el puerto había visto resentida su actividad, al perder el tráfico de carga en tránsito de algunos mercados, incluido Rusia. Después de la anexión de Crimea, el Kremlin construyó un puente que conectaba la península con su territorio continental e impuso unilateralmente restricciones a los barcos que pasaban por el estrecho de Kerch.

La cadena BBC recuerda que Mariupol es el hogar de una unidad de la milicia ucraniana llamado Batallón Azov, denominado así por el mar de Azov que une Mariupol con el resto del mar Negro. El grupo es acusado de albergar a extremistas de extrema derecha, incluidos históricamente neonazis.

Aunque forman solo la fracción más pequeña de las fuerzas de combate de Ucrania, el Batallón Azov ha sido una herramienta de propaganda útil para Moscú, dándole un pretexto para decirle a la población rusa que los jóvenes que ha enviado a luchar al vecino país están allí para librarlos de neonazis.