Ha pasado casi un año desde el inicio de los confinamientos a lo largo del país, pero la radical medida cada vez parece menos efectiva. Pese a que han sido decretadas casi ininterrumpidamente, alternadas en las ciudades más afectadas, con el correr de los meses la positividad en el testeo por PCR continúa al alza, a pesar de los encierros, provocando un vaivén entre las distintas etapas del plan Paso a Paso. Este martes, la positividad llegó al 9,78%.

Desde noviembre a la fecha, son varias las comunas que -según las cifras- se han vuelto inmunes al control del coronavirus. Santiago, Buin, El Bosque, La Reina, La Cisterna, La Florida, Lo Espejo, Lo Prado, Pedro Aguirre Cerda, Puente Alto, San Miguel o Temuco son lugares donde, una vez decretada la Fase 2 de Transición en su territorio, presentaron rápidamente alzas en los contagios.

En otras comunas el escenario ha sido aún más pronunciado. Por ejemplo, en Coronel y Talcahuano, en el Biobío, pese a estar durante varias semanas en el Fase 1 (confinamiento total), continuó aumentando la positividad de contagios.

El fenómeno es observado de cerca por el ingeniero Ernesto Laval, quien ha seguido la evolución de la pandemia a través de los datos. Para él, el problema radica en no apegarse al mismo plan de indicadores epidemiológicos delineado por Salud y La Moneda. “El diseño del plan Paso a Paso decía que si bajábamos en la positividad de contagios, subíamos de etapa; si no, debíamos volver a bajar. Eso en la práctica no se ha hecho, porque ha habido comunas que pese a tener índices en aumento, también subieron de etapa”, recalca.

Una laxa fiscalización y el cansancio de las personas ante las dilatadas medidas de confinamiento son para él y otros expertos parte de las principales razones de por qué, pese a estar en cuarentena, no se ha conseguido reducir las cifras de contagios. “No es que la cuarentena no sirva, sino que no es aplicada. Hay un efecto ‘yoyo’ que no le hace bien al país, porque se va y vuelve de fases, y la gente termina pensando en que al final esto nunca se va a terminar”, dice el ingeniero.

Endurecer la Fase 2

Concuerda con él la presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches. Ella afirma que el gobierno ha entregado una comunicación confusa, lo que ha provocado un efecto negativo en la población, que ha debilitado las medidas de protección en la lucha contra la pandemia. “Es necesario clarificar los indicadores de avance y retroceso del plan Paso a Paso. Es negativo que la ciudadanía y los equipos de salud desconozcan los criterios con los que se toman estas determinaciones. Queda la percepción de que otros intereses, más allá de los sanitarios, están siendo considerados en beneficio de uno u otro sector”, expone.

Para la médico internista, la solución está en dos puntos. “Centrar los esfuerzos principalmente en fortalecer y rigidizar la Fase 2, pensando en disminuir la cantidad de casos antes de tener que implementar medidas de confinamiento completo (Fase 1), y fortalecer la estrategia de testeo, trazabilidad y aislamiento (TTA)″, explica.

“Todas las medidas tienen utilidad si es que la población comprende para qué sirven y si es que hay una fiscalización adecuada, y creo que en las dos medidas hemos estado fallando”, dice la infectóloga Claudia Cortés. Ella también apunta a la trazabilidad como una de las herramientas más efectivas a un año del virus: “Tiene que haber una adecuada fiscalización de que las personas, una vez notificadas como positivas, deben cumplir con una cuarentena estricta. Esa trazabilidad no se está cumpliendo”.

“Las cuarentenas sí son útiles, pero después de un año, todos están cansados. Se ve poca fiscalización y conciencia de las personas. La forma de atacar este problema es mejorando la comunicación de riesgo. No puede ser que el ministro (Enrique) Paris diga ‘parece que no hicimos una comunicación de riesgo adecuada con los permisos de vacaciones’, cuando todas las entidades técnicas le dijeron que no eran correctos y que iba a ocurrir lo que está ocurriendo”, critica la infectóloga.

Toque de queda estricto

Así, parece ser que la masiva vacunación es la gran esperanza que tiene el gobierno para controlar la pandemia. “Tenemos una gran esperanza en la vacunación. Pero en principio, no afectará las cifras de contagiados, en marzo seguirán las altas cifras”, dice el exministro de Salud Jaime Mañalich. “Es muy difícil sacarle más provecho al confinamiento. Ya nadie puede continuar fiscalizando. La gente ya está cansada o, necesariamente, no puede vivir”, argumenta el médico.

Desde su punto de vista, “el confinamiento es una medida necesaria cuando hay una positividad como la que hay en varias regiones, pues impide que esas personas salgan de la región, pero es mucho más importante una vigilancia más estricta. Las horas de toque de queda deben volver, quizás desde las 22 horas al principio y luego a las 20 horas, porque esa sí que es una medida efectiva, pues evita el contagio en los hogares, donde se ha demostrado que ha ocurrido la mayoría de los contagios”.

Además, el exmandamás de Salud es enfático en señalar a los viajeros. “La situación latinoamericana debe apuntar al control de fronteras, que debe ser mucho más estricto y efectivo. No digo cerrarlas, pero sí aplicar test de antígenos a todos los que entran al país, pues ese test en media hora te dice si tienes o no el virus, a diferencia de un PCR, que demora mucho más y se puede adulterar”, concluye.