Una de las primeras escépticas fue la Reina Isabel II: “Todo el mundo habla de la COP26. Pero todavía no sé quién vendrá. No tengo idea. Solo sabemos de las personas que no vienen. Es muy irritante cuando hablan, pero no actúan”, señaló en un discurso en la apertura del Parlamento galés, la semana pasada.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de este año, conocida como COP26, tendrá lugar en Glasgow entre el 31 de octubre y el 12 de noviembre. En ella, representantes de países de todo el mundo se reunirán e intentarán llegar a acuerdos para detener la crisis climática: se les ha pedido a los delegados hacer sus mejores esfuerzos para, al menos, limitar el calentamiento global a 1,5 grados en comparación con los niveles preindustriales, y así evitar los daños más serios e irreversibles sobre el planeta.
Y aun cuando los informes de la ONU y su Panel Intergubernamental en Cambio Climático (IPCC) son cada vez más alarmantes, la cumbre de Glasgow está arriesgándose a repetir el fracaso de la COP25 en Madrid. En esa ocasión, los acuerdos a los que se llegaron fueron mínimos, y no se pudo adelantar la aplicación de los Acuerdos de París por falta de financiamiento. Además, países como China e India consideraron “innecesario” ampliar sus planes para reducir las emisiones.
Ahora, con los efectos del calentamiento global volviéndose visibles tanto en países ricos como pobres, la COP26 se ha vuelto crucial para que los líderes del mundo respondan de una manera coordinada y efectiva al desafío climático.
Pero este miércoles se confirmó un nuevo gran ausente en la cumbre climática: Vladimir Putin. El Presidente de Rusia anunció a través de su portavoz que no iría ni a Glasgow ni a la reunión del G20 en Roma, que también se realiza a finales de octubre. En cambio, tomaría parte en las discusiones a través de videoconferencia.
Este anuncio representa un revés significativo para el evento organizado por el gobierno del primer ministro británico Boris Johnson: Rusia es el cuarto mayor emisor de gases efecto invernadero en el mundo, según la base de datos de la Comisión Europea, y por lo mismo, las decisiones que tome o no respecto de reducir estas emisiones son cruciales para intentar apaciguar el cambio climático.
El gobierno de Putin se ha mostrado menos comprometido que otras potencias con el combate al cambio climático, según los expertos. Habiéndose integrado en 2019 al Acuerdo de París, Rusia tiene como objetivo alcanzar las cero emisiones netas el año 2060, mientras que la mayoría de los países de Occidente pretenden alcanzarlas en 2050.
La otra gran potencia que preocupa en la cumbre de Glasgow es China: el país responsable por el 27% de las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2) en el mundo es un jugador clave, y más bien reacio a la cooperación internacional. El Presidente Xi Jinping no ha mostrado sus ganas de salir del país, y por lo demás lleva años sin hacer viajes ni visitas internacionales, así que cuenta desde ya como baja en la cumbre.
Por otro lado, según el diario digital español El Confidencial, a las empresas con vínculos con Beijing se les ha dicho que no esperen nuevos compromisos en Glasgow después de que el gigante asiático no cumpliera con la fecha límite para entregar su Plan Nacional de Recorte de Emisiones. China, al igual que Rusia, pretende llegar a la neutralidad de carbono el año 2060.
Este jueves, en miras a la COP26, una enorme filtración de documentos realizada por Greenpeace descubrió que muchos países petroleros y ganaderos estuvieron haciendo lobby y presionando al IPCC, en miras a hacer menos graves sus informes sobre el cambio climático.
Las filtraciones, compuestas por más de 32 mil documentos enviados por gobiernos y empresas al organismo climático de la ONU muestran que productores de combustibles fósiles como Australia, Arabia Saudita, Irán y Japón estuvieron haciendo lobby en mira a eliminar ciertas recomendaciones del IPCC. Entre éstas, la necesidad de que el mundo avance a una fase en que no use combustibles fósiles.
De acuerdo con estos documentos, la Organización de Países Exportadores de Petroleo (Opep), respaldó esta negativa. Entre los miembros de este organismo se encuentran Irak, Kuwait, Libia, Nigeria, Emiratos Árabes Unidos y Venezuela.
Por su parte, según la filtración, naciones ganaderas como Brasil y Argentina también estuvieron haciendo lobby para intervenir en los informes del grupo de trabajo III de la IPCC: el foco de estos países habría sido evitar que el reporte informara respecto de los beneficios que traen al medioambiente las dietas basadas en vegetales.
Lo que sí es un avance para la COP26 es el anuncio de que, por primera vez en este tipo de cumbres, las grandes empresas petroleras no tendrán un rol o representación formal. Al respecto, Chris Garrard, de la organización Culture Unstained, dijo al diario The Guardian: “Durante años las compañías petroleras han tenido plataformas prominentes en las negociaciones climáticas de la ONU, promoviéndose como líderes mientras seguían vendiendo millones en nuevos combustibles fósiles, así que esto es un gran paso adelante”.
Mientras tanto, en Estados Unidos, tanto la Casa Blanca como el Pentágono y distintas agencias de inteligencia publicaron este jueves informes en los que evalúan los peligros que el cambio climático puede traer a la potencia norteamericana, no solo en cuanto a los desastres naturales, sino al mantenimiento de la seguridad global.
En conjunto, los reportes muestran una preocupación cada vez más profunda de los organismos de seguridad norteamericanos, ya que las consecuencias del cambio climático afectan directamente a los intereses estratégicos de Estados Unidos, ofreciendo oportunidades a rivales directos como China, e incrementando la inestabilidad en países con programas nucleares como Corea del Norte y Pakistán.
La Evaluación del Riesgo Climático en Defensa, documento emitido por el Pentágono, examina desde una perspectiva militar cómo China y otros países podrían tomar ventaja del aumento del nivel del mar y el derretimiento de los glaciares. El secretario de Defensa, Lloyd Austin, dijo: “El cambio climático influye en la mayoría de las cosas que este departamento hace, y esta amenaza seguirá teniendo peores implicaciones para la seguridad nacional de Estados Unidos”.
Por su parte, el informe en migraciones de la Casa Blanca examinó cómo los desastres naturales conectados con el cambio climático están forzando distintos movimientos humanos alrededor del mundo. En ese sentido, el desplazamiento forzado de grandes poblaciones, como el que actualmente están protagonizando habitantes de Centroamérica y Haití, desfavorecería a las potencias occidentales como Estados Unidos y la Unión Europea, dándoles ventajas estratégicas a China y Rusia.
Finalmente, un informe de la Dirección Nacional de Inteligencia asegura que la crisis climática supondrá un incremento de las tensiones geopolíticas en las próximas décadas. En ese sentido, indicó que existen 11 países particularmente vulnerables en caso de sufrir eventos climáticos extremos: Afganistán, Colombia, Guatemala, Haití, Honduras, India, Myanmar, Corea del Norte, Nicaragua y Pakistán.