El lema “cada voto cuenta” recobró un nuevo significado para los peruanos. A medida que las horas avanzan y la Oficina Nacional de Procesos Electorales (Onpe) entrega nuevas actualizaciones, la incertidumbre vuelve a instalarse en Perú en uno de los balotajes más infartantes del último tiempo. Con un 95% de las actas escrutadas, el izquierdista Pedro Castillo aparece en la delantera con un momentáneo 50,24% de los votos frente a la derechista Keiko Fujimori, que alcanza un 49,75%. El recuento final de la votación podría extenderse hasta este martes, mientras el estrecho margen de diferencia entre ambos candidatos podría desencadenar una eventual judicialización de los resultados.
Aunque ambos presidenciales han convocado a la “calma” y la “prudencia” a sus simpatizantes, la crispación se transformó en un nuevo ingrediente del clima de incertidumbre reinante en el país. El fujimorismo, tras una breve celebración el domingo por la noche, hizo un llamado a los personeros de Fuerza Popular (FP) a “defender los resultados”. Horas después, desde Tacabamba, el abanderado de Perú Libre pidió a través de un comunicado “la presencia del fiscal de prevención del delito del Ministerio Público, para que el guardián de la legalidad pueda dar seguridad jurídica”.
Además, el líder del partido Perú Libre, Vladimir Cerrón, exigió “el escaneo y la revisión de todas las actas para transparentar y garantizar la verdadera voluntad popular del pueblo”, al tiempo que convocó a “cuidar los votos rurales como oro”.
“Estamos en una elección muy cerrada y similar a lo que ocurrió en la segunda vuelta en 2016, cuando Keiko Fujimori perdió ante Pedro Pablo Kuczynski por 0,2 puntos porcentuales, o sea, por 42 mil sufragios. La diferencia total entre Fujimori y Pedro Castillo podría llegar a ser de 0,4%, con entre 70 mil y 80 mil votos de distancia, un escenario de tanta cercanía que pone nervioso a cualquiera. Dos factores importantes a observar es el voto rural que beneficiaría a Castillo, y el voto en el extranjero, que favorecería a Keiko”, señala a La Tercera Daniel Zovatto, director para América Latina y el Caribe del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA).
Según el experto, desde el cierre de las mesas el domingo a las 19.00 comenzó el proceso de escrutinio en el que se cuentan todos los votos recepcionados en las urnas y luego se llena un acta con los porcentajes obtenidos por los candidatos. En este punto, los partidos políticos a través de personeros o fiscales pueden impugnar un acta, con lo que se deja constancia del motivo de reclamo. Al momento en que un acta pasa sin objeciones llega al centro de cómputo y los votos se “destruyen”. Este mecanismo se utiliza debido a que en algunos países de la región “después del conteo, las urnas se guardaban y en algunos casos se modificaban los votos para posteriormente pedir un recuento”.
De esta manera, solicitar una revisión total de los votos “es imposible”. Por el momento, la Onpe señala que han recibido 454 votos impugnados, 384 con error de material por inconsistencias en los datos numéricos consignados, 52 con ilegibilidad, 79 incompletos, uno con solicitud de nulidad, 123 actas sin firmas y 192 con más de un tipo de observación.
Según el medio peruano RPP, tras procesar las actas de los centros de votación urbanos llegan por vía aérea las de la selva, mientras que las de los peruanos en el exterior podrían arribar entre este lunes y martes.
Para el politólogo Eduardo Dargent, “en Perú las elecciones nunca han llegado a ser un tema que se decida en la mesa con actas impugnadas, han sido un número marginal”. “Si llega a pasar que los votos en el extranjero se ajusten más, la discusión en mesa podría volverse interesante, aunque es remoto. Hay que esperar a que termine de llegar el voto rural y el del extranjero”, comenta.
En esto coincide Luis Benavente, director de la encuestadora Vox Populi. “No tenemos antecedentes de que un proceso electoral haya sido judicializado, pero por supuesto el sistema contempla la posibilidad de abrir o aceptar una denuncia por cualquier tema. Por parte de Keiko no ha tenido movimientos por el momento que conduzcan a pensar que va a judicializar el tema. Por Perú Libre han existido declaraciones y movimientos que pueden ser tomados como preparación de terreno para un eventual desconocimiento del resultado electoral en el caso de que pierdan”, concluye.