El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, comenzará este miércoles su primera gira como jefe de Estado por Medio Oriente, que lo llevará primero a Israel y Cisjordania, para luego visitar Arabia Saudita. El mandatario enfrentará una serie de desafíos en momentos en que Washington está revaluando su papel en la región, debido a que el foco se ha desplazado hacia Europa y Asia.
Biden asumió el cargo con la intención de reformar la política exterior de Estados Unidos en Medio Oriente, dando prioridad a la promoción de la democracia y los derechos humanos. Pero, en la práctica, ha luchado en varios frentes para diferenciar considerablemente su estrategia de la del expresidente Donald Trump.
El portal Politico dice que en los últimos meses la postura del gobierno de Biden ha cambiado, de formas sutiles y no tan sutiles. Ahora el mandatario y su equipo han llegado a la conclusión de que deben aumentar la presencia de Washington en Medio Oriente para que China y Rusia no llenen un vacío del tamaño de Estados Unidos, para que Irán pueda mantenerse a raya, para que un alto el fuego en Yemen pueda mantenerse y para que se lleven adelante modernizaciones en la sociedad saudita.
En un artículo de opinión del sábado en el diario TheWashington Post, Biden describió por qué se dirige a la región. “Viajaré a Medio Oriente para comenzar un capítulo nuevo y más prometedor del compromiso de Estados Unidos allí”, escribió. “Un Medio Oriente más seguro e integrado beneficia a los estadounidenses de muchas maneras. Sus vías fluviales son esenciales para el comercio mundial y las cadenas de suministro de las que dependemos. Sus recursos energéticos son vitales para mitigar el impacto en los suministros globales de la guerra de Rusia en Ucrania”, agregó.
Si bien no existen mayores expectativas sobre los logros de la gira, sí se realizarán algunos anuncios: 100 millones de dólares para hospitales palestinos y, potencialmente, un acuerdo mediante el cual Arabia Saudita permita que las aerolíneas israelíes sobrevuelen su espacio aéreo. También puede haber una discusión sobre un sistema integrado de defensa aérea en Medio Oriente que incluiría a Israel y los países vecinos trabajando al unísono para frustrar los misiles iraníes.
A continuación, las claves de la gira del presidente norteamericano a Medio Oriente.
Una histórica relación
Biden tiene una larga relación con Israel. En una columna de Alon Pinkas, excónsul general israelí en Nueva York, en el diario Haaretz, se señala que el actual presidente estadounidense se ha reunido y trabajado con todos los primeros ministros israelíes desde Golda Meir (1969-1974). El perfil “biográfico no refleja el alcance completo de la relación de Biden con Israel. Su historial de votación confiable, declaraciones, firma en cartas y proclamaciones, y presencia en el circuito en intersecciones clave de la política de EE.UU. en Medio Oriente y durante eventos decisivos en la relación de Estados Unidos con Israel, pintan una imagen de un dedicado, comprometido y amigo genuino de Israel”, señaló en la columna.
Biden llega a Israel solo unas semanas después de una gran agitación en el gobierno que derrocó al primer ministro Naftali Bennett y desencadenó la realización de otras elecciones que se llevarán a cabo en noviembre, las quintas en menos de cuatro años. En lugar de Bennett, Biden se sentará con Yair Lapid, quien se desempeña como primer ministro interino y, según los expertos, podría usar la reunión para ayudar a reforzar su imagen mientras hace campaña para el puesto permanente como jefe del gobierno de Israel.
El portal de la cadena NBC News señala que Biden buscará reafirmar el compromiso de Estados Unidos con la seguridad de Israel y los esfuerzos para normalizar las relaciones en todo Medio Oriente, incluso cuando ha caído más abajo en la lista de prioridades en la agenda de política exterior estadounidense, dijeron altos funcionarios de la administración.
“Voy a ir a Israel para reunirme con líderes israelíes para afirmar el vínculo inquebrantable que tienen Israel y Estados Unidos”, dijo Biden a los periodistas el mes pasado. “Y parte del propósito es, en el viaje a Medio Oriente, profundizar la integración de Israel en la región, lo que creo que podremos hacer y que es bueno, bueno para la paz y bueno para la seguridad israelí”, añadió.
Cuando Biden visitó Israel por última vez en 2016, como vicepresidente, el país tenía vínculos diplomáticos con solo dos estados árabes, Egipto y Jordania. Pero ahora está cada vez más integrado en el ecosistema diplomático de Medio Oriente después de varios acuerdos históricos negociados por la administración Trump que normalizaron las relaciones entre Israel y otros tres estados árabes: Bahrein, Marruecos y los Emiratos Árabes Unidos.
Israel ha estado buscando mejorar las relaciones con otros países de la región, incluida Arabia Saudita, un esfuerzo que Biden podría ayudar a facilitar durante su visita. Un tema que ha estado sobre la mesa es permitir vuelos directos desde Israel a Arabia Saudita para que los musulmanes israelíes realicen la peregrinación del Hajj y levantar otras restricciones aéreas para los vuelos israelíes sobre el país.
Biden también planea reunirse con el exprimer ministro Benjamin Netanyahu, ya que es costumbre que los presidentes visitantes también se reúnan con el jefe del partido de oposición israelí, dijo Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional del presidente, en una sesión informativa con los periodistas el lunes, recogida por NBC.
Biden y Netanyahu, quien fue un aliado cercano de Trump y está luchando para recuperar su antiguo trabajo en las próximas elecciones, tienen una historia compleja que se remonta a 40 años, a los días de Biden como senador.
Durante su visita a funcionarios israelíes también se recordará la muerte de la periodista palestino-estadounidense Shireen Abu Akleh, por la cual los grupos defensores de los derechos humanos y de periodistas han presionado para que Biden responsabilice a Israel. Estados Unidos concluyó a principios de este mes que Abu Akleh probablemente murió por disparos desde posiciones militares israelíes, pero los investigadores estadounidenses dijeron que no podían llegar a una conclusión definitiva sobre el origen de la bala que la mató, señaló el Departamento de Estado.
Las investigaciones de las Naciones Unidas y organizaciones de medios occidentales independientes encontraron que el fuego israelí provocó su muerte.
Sin mayores expectativas
Durante su visita a Cisjordania, Biden también se reunirá con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, a quien conoce desde hace décadas.
Si bien las relaciones de la administración Biden con los palestinos han mejorado mucho con respecto a las sostenidas bajo Trump, que cortó casi todas las comunicaciones, los líderes palestinos tienen bajas expectativas de movimiento sobre cualquiera de sus solicitudes clave, dijeron analistas de política exterior.
Los líderes palestinos han estado presionando a la administración de Biden para que reabra el consulado de Estados Unidos en Jerusalén Este y para que Biden se oponga más abiertamente a los asentamientos israelíes en Cisjordania, junto con el tema más amplio de abordar el deseo palestino de un Estado independiente con una capital en Jerusalén Este.
En una posible señal de progreso antes de la visita de Biden, Lapid habló con Abbas por teléfono el viernes, el primer contacto reconocido públicamente entre los líderes israelíes y palestinos en cinco años.
“La participación de Estados Unidos, y mucho menos la participación presidencial, en el conflicto israelí-palestino ya no es una prioridad”, dijo a The New York Times Alon Pinkas, excónsul general israelí en Nueva York. “Estados Unidos ha vuelto o ha cambiado a la gestión de alianzas, razón por la cual una coalición israelí-Golfo contra Irán es mucho más importante para Estados Unidos que resolver el conflicto”, añadió.
El diario The Times of Israel señala que Israel está dando una serie de señales de cara a la visita de Biden. Luego de una reunión entre el ministro de Defensa, Benny Gantz, y Abbas, en Ramala la semana pasada, Israel legalizará el estatus de 5.500 palestinos indocumentados y extranjeros que viven en Cisjordania y Gaza, dijo el coordinador de Actividades Gubernamentales en los Territorios (Cogat).
Además, Israel aprobará seis proyectos de viviendas palestinas en Cisjordania, aumentará el número de permisos de trabajo para los palestinos de Gaza en 1.500, para llegar a un total de 15.500, y abrirá el cruce de Salem, en el norte de Cisjordania, para que los árabes israelíes entren en la ciudad palestina de Jenín, según Cogat.
Todos los ojos en Riad
La visita a Riad es, sin duda, la más controvertida de toda la gira. Biden es el primer presidente estadounidense que vuela hacia Arabia Saudita directamente desde Israel. Y no estaba claro si el príncipe heredero Mohammed Bin Salman, que -según fuentes de inteligencia estadounidense- aprobó el asesinato en 2018 en Turquía del periodista disidente saudita Jamal Khashoggi, lo estaría recibiendo en el aeropuerto cuando llegue.
Durante meses, Biden y su círculo íntimo debatieron sobre si hacer o no el viaje, indicó el portal Politico. El mandatario, por un tiempo, rechazó airadamente reunirse con el príncipe heredero, argumentando que la presidencia “debería representar algo”, según dos personas con conocimiento de su pensamiento. Eventualmente cedió, pero la administración ha estado a la defensiva con respecto a su viaje y jugó con su compromiso de aprovechar el momento para sacar a la luz los abusos contra los derechos humanos. Todavía no está claro si Biden hará algún comentario sobre Khashoggi en público, aunque se espera que dé a conocer su enojo por el brutal asesinato en privado.
Como candidato, Biden se había comprometido a recalibrar la relación de Estados Unidos con Arabia Saudita, a la que describió como una nación “paria” tras la postura más complaciente de Trump, que pasó por alto el historial de derechos humanos del reino y aumentó las ventas militares a Riad. Pero ahora Biden parece estar pensando que se gana más cortejando al país que aislándolo.
El viernes aterrizará en Jeddah para una reunión del Consejo de Cooperación del Golfo, un grupo de autócratas que escucharán las súplicas de Biden para mejorar la seguridad energética, indicó Politico. Pese a que viaja a un país rico en petróleo mientras los precios de los combustibles suben en Estados Unidos, Biden ha tratado de minimizar cualquier intento de abordar los precios del crudo durante su viaje y dijo que no haría ninguna solicitud específica al régimen con respecto al aumento de la producción de petróleo.
“No, no les voy a preguntar”, dijo Biden a los periodistas el mes pasado, cuando le consultaron si pediría a los sauditas que aumentaran la producción durante la visita. “Todos los estados del Golfo se están reuniendo. Les he indicado que pensé que deberían aumentar la producción de petróleo, en general, no para los sauditas en particular, y creo que verán por su propio interés que tiene sentido hacerlo”, sostuvo.