Las brechas de género en el ingreso laboral son mayores entre los ocupados informales, llegando a un 30,1% en desmedro de las mujeres. Mientras que en los trabajos formales, esta diferencia alcanza un 18,8% a favor de los hombres. Estas son las principales conclusiones a la que llegó el “Zoom de Género: Brechas de ingreso y otras brechas de género” desarrollado por Fundación ChileMujeres y el Observatorio del Contexto Económico (OCEC) de la Universidad Diego Portales (UDP).
El informe, fue dado a conocer en un evento online organizado por Pulso-LT y ChileMujeres, que contó con la presencia de la ministra del Trabajo y Previsión Social, Jeannette Jara; y el subsecretario de la misma cartera, Giorgio Boccardo, quienes junto a Lorena Matamala, presidenta del sindicato N°3 interempresas de Gasco; Juan Bravo, director del Observatorio del Contexto Económico (OCEC) de la Universidad Diego Portales y Francisca Jünemann, presidenta ejecutiva de la Fundación ChileMujeres, aprovecharon de analizar los resultados y hablar de otras temáticas referentes a la diversidad e inclusión con mirada de género.
Los resultados de esta quinta entrega del “Zoom de Género” están basados en la Encuesta Suplementaria de Ingresos (ESI) 2021 y la Encuesta Nacional de Empleo (trimestre abril-junio 2022) del INE. Así, los datos revelaron que para un empleo formal, la mujer tiene en promedio una remuneración de $700 mil y un hombre, $863 mil. En el caso de ser un empleo informal, el hombre percibe $420 mil y la mujer $294 mil. Según el estudio, este indicador es clave, ya que la tasa de ocupación informal es mayor en las mujeres y son empleos de menores ingresos.
El estudio también reveló que la presencia de menores de edad en el hogar ejerce influencia en el comportamiento laboral de las personas, especialmente en materia de cuidados, lo que puede afectar las decisiones en materia laboral. Las cifras dan cuenta de que si bien no hay grandes diferencias en los ingresos laborales entre hombres y mujeres, dependiendo de la edad de los niños, niñas y adolescentes, sí hay una diferencia considerable cuando en los hogares no hay presencia de menores a 18 años. En concreto, el ingreso promedio es 28,6% menor para las mujeres que viven en hogares donde hay presencia de menores a 18 años en comparación al ingreso de los hombres, cifra que se reduce a 14,2% cuando en los hogares no hay presencia de menores de edad.
“Las diferencias que tenemos entre hombres y mujeres en cuanto a ingresos tienen que ver con diferencias culturales, normativas y sociales. Y es ahí es donde la política pública tiene que incidir y la sociedad pide avanzar”, comentó la ministra del Trabajo, quién agregó además: “Ese es el caso del derecho a la sala cuna (que el gobierno del Presidente Gabriel Boric ha comprometido) y para eso el Estado debe tener la capacidad de generar los recursos fiscales, porque son gastos permanentes. El compromiso con la niñez tiene que ser sostenible en el tiempo, de ahí la necesidad de avanzar con la reforma tributaria”.
Para Juan Bravo, director del OCEC-UDP, “mientras persistan elementos estructurales como una legislación laboral que replica la lógica cultural de la asignación de roles por género y, por ende, de ausencia corresponsabilidad en el cuidado de los hijos, se seguirá encareciendo la contratación femenina y con ello, persistirán las brechas laborales de género. En ese sentido, urge reformar el diseño de la sala cuna y avanzar decididamente hacia el postnatal igualitario”.
Coincide con esta mirada, Francisca Jünemann, presidenta ejecutiva de la Fundación ChileMujeres, quien señala que “mientras la brecha de género de ingresos es del 14% cuando no hay niñas, niños o adolescentes en el hogar, la brecha se duplica, llegando al 28% si hay menores de edad. Por lo tanto, para reducir la brecha de género de ingresos es urgente aumentar la formalidad laboral de las mujeres y nivelar los derechos maternales y paternales; porque los costos laborales asociados a los hijos e hijas los está pagando sólo la mujer con menores ingresos”, dijo.Pensiones
Un tema que surgió en la conversación es la brecha que hay en las pensiones entre hombres y mujeres. Jünemann señaló la necesidad de igualar la edad de jubilación, ya que es un factor que afecta en los montos, castigando la cantidad de años que viven las mujeres. Al respecto la ministra comentó: “si la mujer gana menos y además tiene lagunas (previsionales), porque se dedicó al cuidado, todo eso se va reflejando (…) El hecho de que la mujer viva más no tiene que ser algo perjudicial para su pensión”.
Jara sostuvo además que “el envejecimiento en Chile se ha asumido individualmente y se quiere avanzar en eso, con la reforma previsional, que debe perseguir dos objetivos centrales: mejorar las pensiones a los actuales jubilados, para lo cual queremos la solidaridad contributiva, no solo la solidaridad de los impuestos; y el segundo, es superar el modelo individual y pasar a la seguridad social”.