Camilo Cid es licenciado en Ciencias Económicas de la Universidad Arcis, tiene una Maestría en Economía en la Universidad de Georgetown y un doctorado en Economía de la Salud de la Universidad de Duisburg-Essen de Alemania.

Hasta finales de marzo pasado era oficial de Asuntos Sociales y asesor regional de la Cepal, pero el 1 de abril de este año asumió como director de Fondo Nacional de Salud (Fonasa). En ese contexto, el economista recalca que su gestión está dirigida a transformar el fondo actual en uno universal y que integre a todos los habitantes del país.

Algo parecido es lo que ha quedado instalado en el borrador de la Convención Constitucional en materia de salud, ya que se propone un único sistema integral para todos. Sin embargo, el director de Fonasa asegura que ”independientemente de lo que ocurra con la Convención, nuestra voluntad es que esta reforma se realice”.

¿Cómo cree que debería ser la reforma a Fonasa?

La reforma está contextualizada en el programa de gobierno, y apunta a un sistema universal de salud que tiene varios componentes. En el componente del financiamiento, la reforma propone la conformación de un Fondo Universal de Salud. Entonces, en esa línea, Fonasa está convocado a ser la base de ese fondo universal, como la primera piedra. Fonasa tiene una experiencia amplia en administración de los recursos del sistema de salud, eso es muy valioso y se puede aprovechar. Veo a Fonasa funcionando en ese rol, haciendo el rol de financiamiento del sistema de salud, que significa no solo tener recursos, sino que también darles sostenibilidad a esos recursos. Va a administrar los riesgos de la población, también va a asignar los recursos de manera eficiente y equitativa entre los proveedores que van a formar parte del sistema.

¿Los seguros complementarios serán necesarios?

Probablemente sean necesarios, sobre todo al comienzo. Pero esto no es estático, es un proceso que comienza en un momento y que está ligado a un aumento del financiamiento fiscal. Chile tiene que avanzar a mayor gasto para poder acceder a un sistema universal de salud que pueda aumentar su calidad y niveles de acceso. Al comienzo, sí va a haber una relativa necesidad de complementar con un seguro, pero se espera que en el proceso el sistema nivele, tanto el financiamiento como la calidad y el acceso, de manera que pueda ir solucionando la gran parte de los problemas de salud de los chilenos.

Según las cifras, las personas de Fonasa igual acceden al sistema privado. ¿Por qué?

Hay que ponerlo en su justa medida. Primero, hay que decir que el gasto que el sector público hace en las personas que acceden al sector privado es cercano al 7% del total del presupuesto de Fonasa, es decir, el 93% se destina a prestadores públicos. Segundo, también hay un problema con cómo se cuentan las prestaciones, en el sentido de que, si bien un gran porcentaje asiste al sector privado, la gran mayoría de las prestaciones son específicas, que no es lo mismo que contar, por ejemplo, con una prestación de solución a un problema de salud, que puede sonar aún a una atención, pero que tiene muchas prestaciones dentro. Hay que hacer ese ajuste para poder comparar, y cuando se hace, el sistema público da como 150 millones de prestaciones al año, es decir, la envergadura es mucho mayor. Dicho eso, efectivamente hay grupo de Fonasa que puede acceder a la Modalidad de Libre Elección y a otros mecanismos y eso se da porque hay que cubrir una brecha.

Pensando en el Fondo Nacional Único de Salud, ¿seguirá existiendo la Modalidad Libre Elección?

La idea es que en la transición los elementos que operan para acceder al sector privado sigan existiendo. No obstante, hay que decir que en el programa se apunta a que no tenga que existir esta modalidad de saltarse la fila, que no sea necesario que existan estas modalidades, sino que el sistema se desempeñe de tal manera que pueda estar organizado en red y ya no exista esta necesidad. Pero eso requiere de un proceso y un plazo largo.

En este sistema, ¿cómo se deberían organizar los prestadores privados y públicos?

La reforma plantea que el Sistema Nacional de Salud debe organizar a los proveedores en una red integrada de servicios de salud apoyados en la estrategia de atención primaria. La atención primaria de salud no es solamente el dispositivo, sino que es internacionalmente conocida como una estrategia de desarrollo de todo el sistema de salud. Lo que nosotros buscamos con esta reforma es llevar el sistema chileno a estos estándares internacionales. Entonces, tanto los prestadores públicos como los privados que participen en esa red organizada tienen que hacerlo de forma desconcentrada, más cerca de la gente, donde el acceso se da a través del primer nivel de atención, y se produzca a través de protocolos, estándares y priorizando objetivos sanitarios en los territorios.

¿Es funcional lo que está aprobado hasta ahora en la Convención, en cuanto a salud?

No voy a referirme a la Convención. Soy funcionario público y no me corresponde en este momento referirme a eso. Por eso hablo del programa de gobierno. Lo que puedo decir es que el programa de gobierno es el programa de gobierno, y está hecho para cumplirse. Independientemente de lo que ocurra con la Convención, nuestra voluntad es que esta reforma se realice.

Este cambio de sistema de salud, ¿afectará las listas de espera?

Eso es parte de la falacia. No afectaría, porque este cambio se trata de reorganizar el sistema de salud de manera que no haya listas de espera. Tiene que existir un primer nivel de atención sólido, resolutivo, que logre responder a la gran mayoría de los problemas de salud, que tienda a reducir las listas de espera. En términos concretos de las listas de espera que hay ahora, dependen de las herramientas del sistema actual. No hay un raciocinio en ese argumento de por qué aumentarían las listas.

¿Cuál es el norte de su gestión?

Nuestro norte es transformarnos en el Fondo Universal de Salud que financie el sistema de salud de manera eficiente e igualitaria, y eso es lo que estamos desarrollando ahora explícitamente con planificación estratégica. Ese es el sello de esta gestión, transformarnos en un Fondo Universal de Salud y, aunque no termine su transformación en este período, tenemos confianza en que esta sí perdure como una política de Estado, porque va a ser aprobada una reforma que va a establecerse finalmente.

¿Qué otros modelos de salud miran?

Fundamentalmente, aquellos que tienen fondo único y un sistema universal de salud, como por ejemplo el de Reino Unido. También es muy interesante para nosotros el de España, el de los países nórdicos que están muy avanzados con el sistema de salud. También, nos interesan algunos dentro de la región, particularmente tres. Brasil que conformó un sistema único de salud en 1988 a partir de una discusión constitucional. El otro caso interesante es el de Uruguay, que hizo una reforma financiera en 2005 y que comenzó a aplicar en 2008, y es interesante porque ellos tenían 30 fondos y conformaron uno único, un fondo común que se llama Fonasa. Ahora, el otro caso interesante es el de Costa Rica, que tiene un fondo universal de salud hace muchos años y no adoptó los modelos que se promovían en América Latina en la década de los 90, sino mantuvo su fondo único y hoy se destaca en el contexto latinoamericano por tener uno de los mejores sistemas de salud en las condiciones de nuestra región.

En sistemas como el de Inglaterra la gente igual emigra al sector privado...

Lo que ocurre en Inglaterra es que siempre existió un pequeño porcentaje de sector privado, pero que equivale a menos del 5% del sistema en su conjunto. No hay migración, todo el mundo va al sistema público, hasta la Reina Isabel. En los otros casos europeos de seguridad social de salud, como en Francia o Alemania, los sectores privados también son pequeños. En el caso español también existen seguros privados, pero son marginales.