En momentos en que Colombia atraviesa una crisis social por una ola de manifestaciones en protesta contra las políticas económicas del Presidente Iván Duque, la ministra de Relaciones Exteriores, Claudia Blum, renunció a su cargo, informó el jueves la Cancillería, sin ofrecer una explicación. Duque pierde así a su segundo ministro en medio de la convulsión social. El primero fue el responsable de Hacienda, Alberto Carrasquilla, quien dejó el cargo acosado por las críticas a su propuesta de subir impuestos a la clase media en plena pandemia.
Blum, de 72 años, asumió como canciller el 12 de noviembre de 2019, luego de que Carlos Holmes Trujillo, quien falleció en enero de este año por coronavirus, asumiera la cartera de Defensa. Y los rumores de su renuncia se escuchaban desde hace varios meses, según apunta la prensa local. De hecho, la revista Semana había anticipado el domingo pasado que Blum dejaría el cargo.
“En medio de la peor crisis que enfrenta el gobierno de Duque, la decisión está tomada”, apuntó entonces la publicación, que asegura que el pasado 3 de mayo, en el consejo de ministros, “la situación con la canciller Claudia Blum se puso tensa y prácticamente el Presidente Iván Duque le jaló las orejas”. “El viernes se tomó la decisión”, agrega el medio.
“Blum se había convertido en una de las funcionarias menos calificadas de la Casa de Nariño, incluso con poca conexión con el gabinete y la opinión pública, que casi nunca supo en qué andaba la diplomática”, señaló Semana.
Por esto, la salida de la canciller, cercana al expresidente Álvaro Uribe y al ala radical de Centro Democrático, “es aplaudida por una oposición que aprovecha para sacarse el clavo”, ya que Blum habría divulgado a través de WhatsApp un video en inglés a la comunidad extranjera donde acusaba al senador Gustavo Petro de terrorismo urbano, agrega la revista colombiana. El izquierdista marcha como favorito en las encuestas de intención de voto de cara a las elecciones presidenciales del 29 de mayo de 2022.
Precisamente, la excandidata presidencial Clara López afirmó que Blum, al difundir un video que contiene calumnias contra Petro y pedir a terceros que lo difundan, comete abuso de poder, además de delito contra el buen nombre del líder de oposición. “Renuncie, canciller”, pidió. Y minutos después se conoció su salida del cargo.
El congresista Sergio Marín, del Partido Comunes, expresó que han caído dos ministros en 11 días (Carrasquilla renunció el 3 de mayo), en un país donde nunca pasaba nada. “Empezó a pasar. Y ahora tienen un costo político la ineptitud, corrupción y holgazanería del régimen que empieza a desmoronarse. El paro no se detiene”, aseguró.
La decisión de Blum, consigna The Associated Press, se conoce en medio de una tensión interna generada tras 15 días consecutivos de protestas masivas y en su mayoría pacíficas contra el gobierno, que comenzaron contra una impopular reforma tributaria que fue posteriormente retirada y derivaron en un reclamo generalizado contra las políticas de Duque y la violencia policial.
La ONU, Estados Unidos, la Unión Europea y ONG internacionales denunciaron graves excesos cometidos por la policía colombiana en manifestaciones y disturbios que dejan al menos 42 muertos (41 civiles y un policía) y más de 1.500 heridos, según cifras oficiales y de la Defensoría del Pueblo. La fiscalía concluyó que en tres casos los presuntos responsables fueron policías.
La Cancillería al mando de Blum había asegurado días atrás que estaba garantizada la protesta pacífica en el país. No obstante, agregó, había “vándalos y actores violentos” que agredían “a la ciudadanía y a la fuerza pública”. Ante los pronunciamientos de varios embajadores de otros países, el 5 de mayo la Cancillería informó que en una reunión con el cuerpo diplomático acreditado Blum les explicó “en forma contundente que Colombia es un Estado de Derecho con instituciones democráticas sólidas”.
El Sistema de Naciones Unidas en Colombia pidió el 7 de mayo en un comunicado la garantía del derecho a la libertad de reunión pacífica y la protesta y el respeto de los derechos humanos. Ese mismo día, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, condenó “los casos de tortura y asesinato cometidos por las fuerzas del orden”.
Pero la Cancillería colombiana se pronunció nuevamente el viernes pasado y señaló que el país rechazará “los pronunciamientos externos que no reflejan objetividad y que buscan alimentar la polarización en el país” y que “Colombia es un Estado de Derecho (...) y seguirá siendo un país abierto al escrutinio internacional”.
Pese a las declaraciones de Blum, Estados Unidos, principal aliado de Colombia, también se ha pronunciado en defensa de la protesta pacífica y ha pedido garantías. El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, dijo el martes que condena la violencia y el vandalismo e hizo “un llamado a la policía a respetar los derechos de los manifestantes pacíficos”.
Roces con Bachelet
Incluso, la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, se pronunció contra lo que calificó de uso excesivo de la Fuerza Pública en las manifestaciones, en especial tras los ataques a la comisión de dicha organización en Colombia. “Estamos profundamente alarmados por los acontecimientos ocurridos en la ciudad de Cali, en Colombia, donde la policía abrió fuego contra manifestantes que protestaban contra las reformas fiscales y, según informes, mataron e hirieron a varias personas”, señaló la organización la semana pasada.
Las múltiples denuncias de agresiones por parte de la policía y algunos vándalos en contra de la población civil, uniformados y funcionarios llevó a varias personalidades a pedir intervención de la ONU en el país. Así lo hicieron 30 congresistas de la oposición, quienes enviaron una carta a Bachelet para solicitar una misión de verificación internacional.
“De manera respetuosa solicitamos la conformación urgente de una misión internacional de verificación presidida por usted para documentar, dar seguimiento riguroso y formular recomendaciones en relación con las graves violaciones de derechos humanos que están teniendo lugar en el marco del paro nacional”, escribieron los congresistas de la Bancada Alternativa.
Tras ello, la Cancillería le hizo duras críticas a Bachelet por publicar informes sobre actos de violencia en Cali sin contrastar con fuentes oficiales, asegura el diario bogotano El Tiempo.
Además, la vicecanciller, Adriana Mejía, le envió una carta a Bachelet, según el periódico, y sentenció que “al proceder de esa manera se vulnera de manera grave la confianza entre el gobierno y la oficina, y se dificulta la comunicación y la cooperación que constituyen la esencia del mandato que permite la presencia de la oficina en Colombia”.
Según Semana, “Colombia necesita una Cancillería muy activa que logre concientizar al mundo de lo que sucede en el país”. “El cambio en esa cartera será positivo, porque se hace urgente contrarrestar la avalancha internacional que puede venirse a raíz del lobby de algunos políticos de la oposición más radical en Europa y EE.UU., así como en organismos como la ONU”, señala la revista.
“Por ejemplo, Michelle Bachelet ha sido muy crítica en Ginebra. La embajadora de Colombia, Alicia Arango, deberá estar más que atenta. Se necesita una figura de peso en la Cancillería que haga un trabajo diplomático intenso, que tenga una comunicación fluida con los mandatarios de los diferentes países”, agrega Semana.
Por ahora quedará como titular del Ministerio de Relaciones Exteriores la vicecanciller Mejía. Esto significa que Blum no irá a Europa, un viaje que tenía previsto para el fin de semana, en el cual iba a lanzar una ofensiva para contrarrestar la imagen negativa entre varias autoridades que señalan al gobierno de violar los derechos humanos, indicó El Tiempo.
Vicente Torrijos, profesor de Ciencia Política, dijo a La Tercera que la renuncia de Blum “es apenas el reflejo de la grave crisis que se vive al interior del gobierno: inconsistencias, rencillas y falta de compromiso de los ministros”.
“La falta de empatía entre el Palacio de Nariño y la sociedad se refleja también en el concierto internacional. El vacío de liderazgo exterior ha llevado a que la ONU, la OEA, la Unión Europea o el gobierno de Biden se muestren ácidos frente a Duque”, sostiene el académico colombiano.
A juicio de Torrijos, “las piezas del tablero caen una a una y él (Duque) ha pretendido solucionarlo todo con enroques ministeriales, en vez de remodelar por completo el gabinete mediante un pacto de ‘reconstrucción nacional’”. “En síntesis, el vacío institucional es un factor que explica buena parte de la crisis”, concluye.