¿Hay margen para que el acuerdo entre el gobierno, Chile Vamos y la oposición se selle antes de las elecciones del próximo 15 y 16 de mayo? Carlos Montes, senador socialista y miembro de la Comisión de Hacienda de la Cámara Alta, sostiene que no lo ve posible, aunque acusa algo que en la centroizquierda asumen como una verdad: que La Moneda busca apurar un pacto justamente para aplacar el costo electoral que podría afectar a su coalición en esos comicios tras la decisión del TC de no acoger a trámite su requerimiento para impugnar un tercer retiro de fondos previsionales y cuando el Mandatario registra un mínimo histórico de aprobación (9%).

Pese a eso, subraya que la oposición -más allá de los costos- debe ponerse a disposición del diálogo para que las ayudas lleguen a la gente en el corto plazo. “Nosotros no hemos estado nunca en eso de patear la mesa, porque tenemos una responsabilidad, pero la verdad es que tampoco estamos para salir a defender a Piñera”, dice.

“Algunos quieren ponerse a conversar con La Moneda. Otros creemos que no es llegar y sentarse a la mesa”. La frase es suya y la dijo la semana pasada después de una reunión con senadores en que se optó por no acorralar a Piñera tras la decisión del TC. ¿Por qué defendió esa tesis y cómo lo habría hecho usted?

No voy a plantear que se podría haber hecho de otra manera. Pero creo que el eje para la oposición tiene que ser, en primer lugar, defender a las familias y las pymes, que el gobierno ha tenido sin el apoyo necesario. Y, en segundo lugar, levantar un conjunto de planteamientos para que el gobierno rectifique la forma de enfrentar esta crisis y así no seguir agudizando un conflicto social y político que hoy día existe. Nosotros creemos que la democracia hay que cuidarla y el gobierno tiene que entender que tiene que enmendar para evitar una crisis mayor. ¿Cuál era el riesgo desde el punto de la vista de la oposición? Es que fuéramos ingenuos. No era llegar y sentarse con el gobierno, porque todas esas experiencias en lo único en que han terminado es en que ellos terminan imponiendo. Ahora ha habido un proceso de diálogo, hay minutas, hay algo mucho más consistente. Pero, sobre todo, ahora la oposición está levantando su punto de vista. Y a partir de eso vamos a ver qué sale.

No se trata de patear la mesa entonces...

Pero es que todavía no hay diálogo real con el Ejecutivo. Hoy la conversación es al interior de la oposición y con sectores sociales diferenciados respecto del tema. El gobierno nos propone una minuta bastante pobre primero, una un poco más detallada después. Pero ahora la oposición tiene que armar su contrapropuesta, la que debe estar centrada en cuatro puntos: protección a las familias, pymes, el tema sanitario y el tributario. Nosotros no hemos estado nunca en eso de patear la mesa, porque tenemos una responsabilidad, pero la verdad es que tampoco estamos para salir a defender a Piñera.

La presidenta del Senado ha tenido que salir a contrarrestar críticas del PC y el FA que han dicho que esto es un “salvataje” al Mandatario. ¿Cree que hay algo de eso?

Depende de quién lo plantea, porque de repente ese tipo de afirmaciones vienen a hablarles a personas que quieren derrocar a Piñera. Nosotros no estamos por el derrocamiento del gobierno elegido democráticamente. Este gobierno ha cometido todos los errores del caso y hay mecanismos democráticos para procesar estas cosas. Entonces, lo que está planteando la oposición con este diálogo es que su responsabilidad es con las familias, las pymes, el país.

¿A quiénes se refiere, quiénes quieren derrocar a Piñera?

Lo he oído al nivel de la calle. Mucha gente cree que llegó el momento de sacarse de encima a Piñera, como si eso solucionara la situación de Chile. Además, estamos en medio de un proceso constituyente y con elecciones presidenciales en muy pocos meses más. La democracia hay que cuidarla hoy y mañana. Es decir, si el próximo gobierno comete muchos errores y al segundo año empiezan unos con una estrategia de derrocamiento, la verdad es que la democracia va a estar muy debilitada.

¿Qué tan alto es el costo para la centroizquierda?

Depende de cómo termine todo este proceso. Si esto termina en que el gobierno impone todos sus puntos de vista, claro, la oposición va a ser muy castigada por la ciudadanía. Si el gobierno no se abre a un mejoramiento sustantivo para las familias y las pymes, también va a ser castigado. Y si, además, después de las elecciones el gobierno considera que puede seguir en su orientación en materia previsional, en materia de Carabineros, donde no ha hecho nada en cuatro años de gobierno, salvo echar a todos los generales, o en materia de vivienda, va a ser aún más castigado. El gobierno tiene que aclarar qué piensa hacer en los 10 meses que le quedan. Y nuestra responsabilidad es exigirle soluciones.

¿Qué piensa de quienes se han restado de las conversaciones? La senadora Provoste deslizaba que están con la calculadora electoral, ¿lo comparte?

Probablemente ellos tienen desconfianza del diálogo, porque este es un gobierno que no cumple. Buena parte de apoyo a las familias se avanzó en el acuerdo económico del año pasado y fueron modificados vía reglamentaria. En fin, no es confiable la manera con que el gobierno enfrenta las conversaciones con la oposición. Y nosotros también tenemos desconfianza. Yo soy bastante escéptico de este acuerdo. Esto no es fácil. Pero la oposición está haciendo un proceso de unidad y eso podría favorecer mucho el destino de esto. O sea, acá ya no es llegar y que dos o tres de los nuestros caigan y posibiliten una oferta muy parcial y limitada, como pudo habernos ocurrido en otras ocasiones.

La próxima semana es distrital, o sea no se legisla, y luego vienen las elecciones. Entonces, ¿qué implicancia política podría tener llegar a acuerdo antes o después?

No me cabe duda de que el gobierno quiere darnos el abrazo del oso antes de las elecciones. Aparecer con un sentido de acuerdo nacional y todo eso, porque la verdad es que todos sus errores respecto del tercer retiro le han generado un desgaste político y electoral fuerte, pero yo creo que eso ya no se logró. Es difícil que este acuerdo se dé antes de la elección. A lo más, vamos a tener un par de discusiones antes, pero el proceso tiene su ritmo.

¿Cómo vio la propuesta del gobierno y qué aspectos y con qué alcance propone mejorarla?

En cada uno de los puntos importantes la verdad es que aún no empieza el debate. En el tema de apoyo a las familias la verdad es que están insistiendo en lo que hay y presentando como gran cosa subir de un 90 a un 100% del Registro Social de Hogares. Nosotros lo hemos revisado y harta gente que está en ese último 10% es de altos ingresos. A nosotros lo que nos importa es llegar al 90% y aumentar los recursos y periodo de tiempo. En el tema sanitario lo que ahí dicen es muy confuso. Esto del apoyo a la atención primaria, bueno, pero si ellos están dirigiendo el país. O sea, ¿va a haber o no un plan de trazabilidad en todas las comunas de Chile o no? Son cosas de ese tipo las que quisiéramos ver. En el tema pyme, prácticamente no hay nada. Esto de los mil millones es insuficiente. En materia tributaria plantean el tema de las exenciones. Y le quiero recordar que eso fue algo que nosotros como oposición planteamos en el acuerdo económico de 2020.

¿Es el momento, en medio de una crisis, de estudiar cambios impositivos? Expertos como Andrea Repetto y José De Gregorio han dicho que no.

Es que depende de cuáles cambios tributarios. Nosotros hemos insistido en el tema de las exenciones y en el tema de la evasión estamos viendo un proyecto que ha concitado un cierto apoyo, por lo menos, de los técnicos. Nada de eso es cambio de estructura tributaria. Respecto de otros temas como royalty, impuesto a los más ricos, ahí depende de cuánto se avance. Todos los análisis tributarios dicen que los más ricos en general en el mundo y en particular en Chile pagan muy pocos impuestos. El problema es encontrar una fórmula adecuada. Pero el gobierno no quiere que esos cambios ocurran y no ayuda... y así es muy difícil, porque las facultades las tiene el Ejecutivo.

¿Es partidario de ver eso a más largo plazo?

Nosotros estamos por avanzar en esas discusiones desde ya, porque tienen que ver con cosas fundamentales. Pero es muy difícil que eso se acuerde ahora, podemos ver un tema de procedimiento, en algo se puede avanzar.

Usted participó del acuerdo económico que el año pasado permitió la entrega de ayudas y se elevó a más de US$ 12 mil millones. Sin embargo, eso no fue suficiente. ¿Faltó mayor audacia de la oposición en ese momento para avanzar en un pacto de más largo aliento?

Las cosas fueron como fueron. Eso fue en julio del año pasado. El famoso acuerdo del Fondo Covid. Nosotros ahí tuvimos muchas discusiones, sobre muchos temas, y mucha insatisfacción sobre el resultado final. Nos pareció insuficiente el apoyo a las familias. Y después de mucho discutir se transó una cifra que nos pareció. Sobre las pymes, de hecho, en ese acuerdo no había definición respecto de las pymes y nosotros lo hicimos ver. Y luego vino el tema tributario, una de las leyes para concretar ese acuerdo fue bajarles los impuestos a determinados sectores. Tampoco estuvimos de acuerdo. Y toda la oposición presentó indicaciones en la comisión mixta..., el gobierno no estuvo ni siquiera dispuesto a conversarlo. Ahí el gobierno fue muy inflexible y lo aprobamos porque algo había que hacer, pero fue muy insatisfactorio. Ahora se necesitan más recursos, sin duda, porque hay cuestiones que no hicimos del todo bien.

El ministro de la Segpres, Juan José Ossa, planteaba esta mañana que este acuerdo de mínimos comunes debería, además, implicar un compromiso de no avanzar en mociones inadmisibles en el Congreso. ¿Es parte de las conversaciones?

Eso no está dentro de lo que se ha conversado. No ha sido tema. Son formas de presión del gobierno que siempre ha usado, a veces con más finura, otras veces más torpemente, pero son presiones sobre la oposición. Ese tema se va a resolver con la nueva Constitución, y si es que el gobierno tiene respuestas adecuadas a los problemas.

Perfilamiento de Provoste

Toda esta negociación ha terminado perfilando a Yasna Provoste (DC) en momentos en que los candidatos de la Unidad Constituyente no han logrado despegar en las encuestas. ¿Ve viable un cambio de jugadores como planteaba el senador Quintana?

Encuentro legítimo que un candidato opine sobre candidatos de su propio partido y tiene que ver eso en el PPD, pero que empiece a plantearlo en esos términos no me pareció lo mejor. En todo caso, la verdad es que eso lo va a decidir la DC si es que quiere hacer un cambio o no, es una cuestión que tiene que ver los distintos sectores a través de los procesos que corresponda.

Más allá de lo que decida la DC, si la senadora Provoste sigue creciendo en las encuestas, ¿ve margen para que Ximena Rincón, la candidata del PS, Paula Narváez, u otros de la UC puedan hacer un gesto?

Eso va a depender de cómo se den las cosas, pero el PS tiene una decisión clara, tiene una candidata, se acordó por todos, está en campaña y va a seguir en campaña para las primarias. Hay una estrategia elaborada para las primarias, se hizo una propuesta tributaria para enfrentar la coyuntura, hay muchos procesos que están en marcha. Ahora, si surgen nuevos datos de realidad probablemente puede haber cambios, pero esto de decir que hay que hacer un cambio antes de las elecciones de ahora la verdad es que no es una buena idea.

Algunos dicen que esto se va a ver justamente después del 15 y 16...

Eso hay que verlo. No estoy para especular eso, además hay que verlo en términos de lo que ocurre en la realidad y las decisiones que tomen los partidos, en este caso la DC.