Caso Panguipulli: el seguimiento del general Yáñez al conflicto que se incuba en el sur del país
El máximo jefe de la institución estaba de vacaciones cuando recibió el aviso: un carabinero mató a un malabarista en la ciudad lacustre. Desde entonces ha monitoreado el tema, comunicándose directamente con el sargento imputado, a quien manifestó apoyo de él y del mando. Además, envió un abogado de la Secretaría General de Carabineros para apoyar la defensa del policía, y participa de reuniones virtuales con su equipo.
El 19 de noviembre del año pasado Carabineros tuvo su primer gran remezón tras los cuestionamientos al actuar policial durante el estallido social: el general director de la institución, Mario Rozas, salió de su cargo luego de que un suboficial disparara en un recinto del Sename, en Talcahuano, hiriendo a dos menores de edad.
Ese mismo día asumió el mando el general Ricardo Yáñez, quien se fijó llevar adelante la reforma de la institución y afianzar los lazos entre los oficiales y suboficiales. Eso, con un alto respaldo interno y también desde La Moneda.
Sus primeros 78 días días transcurrieron en calma en la Dirección General de Carabineros, ajustando protocolos y monitoreando el funcionamiento de la institución. Hasta el viernes 5 de febrero a las 15.30. Ese día, el sargento Juan González disparó a Francisco Martínez (27), malabarista ambulante, quien, según la defensa del policía, lo intentó agredir con tres machetes de manera amenazante.
El general Yáñez había salido hace 12 días de vacaciones. Era un viernes tranquilo en su primer feriado legal, tras un año y medio en labores. Estaba en Santiago cuando recibió el llamado de quien lo subroga, el subdirector de la institución, el general Mauricio Rodríguez.
A los pocos minutos, Yáñez ordenó el traslado a la zona del director nacional (S) de Orden y Seguridad de Carabineros, Marcelo Araya, y pidió que el jefe de la Zona de Los Ríos, general Claudio Valencia, retornara de sus vacaciones. “El caso era prioritario y necesitaba toda la información”, dice un cercano al alto oficial.
El llamado al sargento
Durante esa noche estuvo en permanente comunicación con el general Rodríguez y también intercambió llamados con el subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli. Ya con toda la información en su teléfono, Yáñez, el sábado en la mañana, marcó y pidió comunicarse con el sargento González.
“Tiene todo el apoyo de la institución”, le dijo el general Yáñez por teléfono al oficial, quien ayer fue formalizado por el Ministerio Público por el delito de homicidio simple. Fuentes policiales señalaron que el caso fue revisado por el mando, donde la hipótesis de la legítima defensa se mantiene firme, aunque de todas maneras advierten que serán los tribunales de justicia los que determinen la verdad.
Además, las mismas fuentes consultadas agregaron que en el alto mando están convencidos de que la señal que dio Yáñez es la correcta: apoyar los servicios policiales de los carabineros que están en la calle, pues temen -dicen desde las huestes uniformadas- que parte de la ciudadanía “tome atribuciones que no corresponden contra los uniformados. Al sargento lo atacaron con machetes y pudo haberle costado la vida, y él se defendió. Además, tomó una decisión en cosa de segundos. Hay que estar en la calle y en su pellejo para decidir”.
El apoyo del general director de Carabineros al sargento González no solo se tradujo en un llamado. El domingo viajó desde Santiago hasta la Región de Los Ríos un abogado de la Secretaría General de la policía uniformada, para apoyar la defensa del imputado, que recayó en la Defensoría Penal Pública.
El “respaldo judicial” de la institución al sargento es una acción que no se había visto en otros casos. Sin ir más lejos, cuando el carabinero Sebastián Zamora fue imputado por el presunto homicidio frustrado contra un joven de 16 años, que cayó desde el Puente Pío Nono hacia el río Mapocho, en octubre de 2020, la defensa del policía recayó en una amiga de la familia. La abogada, incluso, criticó el “nulo apoyo” del mando al uniformado investigado por la fiscalía.
Además, Yáñez, ayer lunes tuvo una reunión vía Zoom con el general Rodríguez y otros integrantes de su equipo para continuar monitoreando, no solo el caso, sino que todo lo que vino después, como las manifestaciones violentas ocurridas en Santiago y regiones.
De todas maneras, Carabineros abrió un sumario para indagar la conducta del sargento González en el procedimiento. La acción es parte de los protocolos de la institución, cada vez que un carabinero participa de un operativo donde resulta una persona fallecida o gravemente herida por la acción policial.
¿Estallido en el sur del país?
Las acontecidas vacaciones del general Yáñez terminan el 22 de febrero, aunque sigue monitoreando el caso durante estos días e impartiendo algunas decisiones. La más inmediata: el aumento de la dotación policial en Panguipulli y sus alrededores, ante los hechos de violencia registrados en la comuna. Fuentes institucionales señalaron que se destinó personal de Puerto Montt y Osorno para apoyar los servicios, con 200 policías más para prevenir más eventos violentos.
Otras posibles repercusiones de la muerte del malabarista también son seguidas de cerca por el alto mando, dada las ramificaciones que ya se han visto. En Carabineros atribuyen a esto, principalmente, lo que ocurrió anoche en Santiago y otras regiones del país, donde se registraron violentas protestas, saqueos y ataques a unidades policiales en Providencia, Santiago, Estación Central, Villarrica, Puente Alto y Panguipulli, entre otras comunas.
Esta escalada de violencia podría no terminar ahí. El gobierno y las policías contemplaban una nueva jornada de movilizaciones y protestas, alimentadas además por el suicidio -según informó la fiscalía- de un detenido en una comisaría de Pedro Aguirre Cerda. Por lo mismo, el general Marcelo Araya y el subsecretario Galli seguirán desde la Dirección General de Carabineros, en calle Zenteno, cómo se van desarrollando los eventos.
Pero en específico, los eventos que encendieron las alertas y concentran una preocupación especial son los que se registraron en Villarrica, dado que no es una zona habitual de conflicto. Por lo mismo, detallan que se monitoreará de cerca este fenómeno para lograr destrabar el posible origen de los desmanes. Esto, a la par de la instrucción de reforzar la seguridad en cuarteles policiales y carros blindados, en el escenario de que el conflicto no decante.
Al respecto, el alcalde de Villarrica, Germán Vergara, contó que el ataque incendiario al municipio fue concertado por redes sociales desde el pasado fin de semana. “Le tomamos el peso al llamado, estábamos acuartelados, de lo contrario esto podría haber sido un desastre. Si no nos preparamos, nos quemamos enteros”, advierte Vergara, quien cuenta que “el domingo en la noche solicitó a su jefa de seguridad que convocara a una reunión con todas las autoridades de la comuna para esperar el anunciado ataque al municipio”.
El edil, asimismo, contó que los manifestantes “tenían lienzos llamando a vengar el asesinato de este chico” y que entre los detenidos destacan personas que no residen en la zona. “Por lo que me informa Carabineros, toda esta gente llegó para el eclipse y se quedó en la zona, varios de los detenidos tienen prontuario. Vienen preparados. El principal sospechoso del intento de quema de nuestra municipalidad viene de Viña del Mar”.
Los temores del gobierno también han calado en la ciudadanía, donde se teme se repliquen las protestas que ya dejan cuantiosos daños en edificios públicos de Panguipulli y Villarrica.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.