Cecilia Vizcaya es pediatra infectóloga y parte del directorio de la Sociedad Chilena de Infectología. Y desde el Hospital Clínico UC, como jefa del servicio de pediatría, ha visto de cerca los efectos del coronavirus en los niños. En esta entrevista explica los alcances de la enfermedad en los más pequeños y las diferencias de sus cuadros clínicos comparados a los que presentan los adultos. “Los reportes mundiales de brotes provocados por menores son casi inexistentes”, declara, añadiendo que respalda la vuelta a clases en marzo próximo, con los debidos resguardos, desde la Fase 2 del plan Paso a Paso.

En niños y adolescentes las tasas de contagio varían de 1,5 a tres casos por cada 100 mil menores, mientras que en adultos el coronavirus tiene una incidencia de 3,9 a 6,3 casos -varía según el tramo etario- por cada 100 mil personas. Según el Ministerio de Salud, casi 96 mil menores de 18 años se han infectado en el país, mientras que en la población adulta los reportes superan los 767.738. ¿Cómo se explica esa diferencia?

Es una de las cosas que no tenemos tan claras, pero que se ha observado en todos los países. Habitualmente, los menores de 18 años responden distinto al virus y tienen infecciones más leves, frecuentemente asintomáticas. En el caso de los virus más comunes del invierno, los niños son los que más contagian, pero con el Covid-19 en particular se ha visto todo lo contrario: da menos síntomas a los niños, contagian menos y es menos grave. Aunque no está totalmente claro, la edad tiene que ver, ya que aparecen receptores distintos, comorbilidades, enfermedades asociadas, etc. que pueden complicar el comportamiento del virus en los adultos.

¿Por qué ocurre esto?

En primer lugar, porque los niños estuvieron mucho más recluidos que los adultos. Cuando empezó la cuarentena, los niños estuvieron más en las casas, con menos contacto y mejor distanciamiento físico. Otro factor es que, como los niños enferman menos, tosen menos, por lo tanto hay menos secreciones. Respecto de la explicación física, hay un tipo de receptor llamado ACE2 en la enzima convertidora de angiotensina que va aumentando su aparición con la edad. Los niños prácticamente no lo tienen y ese es el sistema por el cual se cree que el virus penetra algunas células respiratorias de forma importante. Como ellos no lo tienen, el Covid se comporta en ellos como una enfermedad menos severa.

El informe del Ministerio de Salud reporta 1.852 menores de 17 años que han sido hospitalizados y, en ese grupo, 940 niños menores de cinco años. Es decir, casos que se complicaron...

Los bebés tienen una relación mucho más cercana con los padres, por lo que tienen mayor probabilidad de adquirir la enfermedad. En general, se hospitaliza más a los niños pequeños por el riesgo de que puedan tener alguna complicación. Inicialmente, no sabíamos cuán severa iba a ser la enfermedad en un recién nacido, por lo que todos aquellos que dieron positivo fueron hospitalizados de manera preventiva durante 48 horas para evitar complicaciones que pudieran derivar en neumonía. En el mundo se hizo lo mismo, porque se suponía que podían tener cuadros más severos, pero con el tiempo se pudo detectar que eso no sucedía y las hospitalizaciones fueron cada vez más indicadas de acuerdo a la situación de cada paciente. Otro aspecto importante es el contacto intradomiciliario: se puede dar que el grupo de niños de mayor edad haya tenido que cuidar a sus padres contagiados, lo que los mantuvo con mayor exposición al virus.

¿Cómo se está dando la enfermedad en los niños más pequeños?

En mi experiencia, me ha tocado ver más pacientes por otras enfermedades que por coronavirus. Hemos tenido más niños por PIMS (Síndrome Inflamatorio Multisistémico) después de exponerse al virus y no con síntomas por el Covid como tal. Pasó que sus padres enfermaron, los niños estaban asintomáticos y a las tres o cuatro semanas después presentaron este cuadro de fiebre. Como digo, hemos visto a más niños por esto que por Covid propiamente tal.

Hasta el sábado, el Minsal registró que han fallecido 78 menores de 18 años producto de Covid-19. ¿De qué depende el agravamiento de la enfermedad?

Fundamentalmente de la inmunidad o de las enfermedades de base de los niños. Hay dos grupos importantes que se han enfermado con más severidad: aquellos que tienen alguna enfermedad base relacionada a sus defensas o cáncer, que hace que no sean capaces de matar al virus, el cual les produce una infección grave que puede ser mortal. Los otros casos que hemos visto son niños que tienen malformaciones de las vías respiratorias o que nacen con daño pulmonar crónico, en quienes la enfermedad tiene consecuencias mucho más serias y fatales. En general, la mortalidad ha sido baja. Cada vida vale oro, pero en el global de estos pacientes, los fallecimientos han sido muy infrecuentes. Incluso en el caso de los niños con PIMS, ha sido extremadamente inhabitual la mortalidad.

En 2009 fallecieron 150 menores por influenza, casi el doble de los que fallecieron en 2020 por la pandemia del coronavirus. ¿Qué análisis se puede hacer?

Se pueden decir varias cosas. Primero, que todavía no hay tanta investigación concluyente sobre el comportamiento del Covid en los niños. También hay que considerar que estuvieron bastante recluidos y, por lo tanto, menos expuestos. Sin embargo, en los niños el coronavirus parece ser menos fatal que el virus de la influenza. Al parecer, eso es así.

En el caso de los niños, considerando el panorama actual de la enfermedad en el país, las tendencias y las medidas sanitarias, ¿qué se podría esperar para las próximas semanas?

Es posible que aumenten un poco los casos, porque los niños van a volver de vacaciones, ya que pueden haber tenido contacto con más personas de las deseadas. Respecto de la vacuna, desgraciadamente se sabe que no está probada en niños todavía, y por ende no se la pueden poner. Por ahora no habrá un efecto sobre ellos, pero sí en los adultos a los que ellos se pueden exponer. Pero hay que esperar aún, porque como los padres de los niños pequeños son jóvenes, todavía no están en la lista de personas que han sido vacunadas. Eso significa que en dicho grupo aún no se sabe si habrá o no algún cambio en la epidemiología con la vacuna.

En ese contexto, ¿es partidaria de la vuelta a clases en marzo?

Sí, pero depende de dónde, cuándo y cómo. Debería evaluarse zona a zona, priorizando los lugares donde no están las condiciones y no al revés. Las comunas que están en Fase 3 ya deberían volver al colegio, incluso en algunas partes con Fase 2, dependiendo del acceso y luego de una estricta evaluación, siempre voluntariamente. El tema del traslado es importantísimo, tener que usar el transporte público es un riesgo no menor.

¿Aun así es mejor retornar a las aulas?

El no ir al colegio implica un riesgo psicológico fundamental para los niños, una disminución en sus capacidades de aprender, un aumento de las brechas frente a los colegios con mejor situación y que pueden dar toda la educación telemática, versus aquellos que no tienen las condiciones. Las mayores hospitalizaciones que tuve este invierno fueron más por causas psiquiátricas que por coronavirus. Si uno lo ve desde ese punto de vista, los niños necesitan volver al colegio. Sobre eso no hay mucha discusión en el mundo, necesitan volver a clases. Además, los niños se enferman menos y contagian poco; los reportes mundiales de brotes provocados por menores son casi inexistentes. La idea es hacer del proceso lo más seguro posible para todos.

Los profesores han dicho que prefieren postergar el retorno a clases

Los profesores tienen riesgo de enfermar más severamente que los niños. Es más frecuente contagiarse entre colegas, por comer o tomar café, que cuidando a un niño o haciéndole clases. Pero hay que educarlos a todos sobre los protocolos, de manera de poder reducir el riesgo de contagio. Esto debe ser muy socializado, para que los profesores realmente lo cumplan. En segundo lugar, deben vacunarse lo antes posible. Aun así, todo esto es un tema difícil y se entienden sus aprensiones.

De hecho, el gremio prefiere retornar cuando las comunas se encuentren en Fase 4 del Plan Paso

Yo sería menos estricta. En Fase 2 es evaluable, muy estrictamente, pero en la Fase 3 ya es suficientemente seguro; lo importante es el manejo ambiental, que es fundamental. Pero hay un tema no menor con los niños que viven muy lejos de sus colegios, ya que subirse al transporte público implica que pueden enfermarse más y exponer a los profesores también. Quizás se puedan poner buses de acercamiento en las comunas, porque es menos probable que se contagien entre ellos. En esa situación podrían ir al colegio de manera segura y permitiría exponerlos menos, así como a los profesores, para adelantar la vuelta a clases.