El Banco Central irrumpió con fuerza en el debate público. Primero, entregando su opinión técnica sobre los efectos de los retiros de los fondos de pensiones y en especial sobre el cuarto proyecto. Luego el alza de 75 puntos base de la tasa de interés llevándola a 1,5% fue comentario obligado de economistas e incluso de las redes sociales. Y ahora lo volverá a estar luego que el presidente del ente rector, Mario Marcel, anunciara que se estudia la posibilidad de que el BC emita un “peso digital”.

El lugar para dar a conocer la noticia fue el seminario “Innovación en la industria financiera: un impulso a la reactivación e inclusión financiera”, evento organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Ministerio de Hacienda de Chile.

En dicha instancia, Marcel dijo que se conformó un grupo de trabajo “de alto nivel” dentro de la institución, con la tarea de generar una estrategia de mediano plazo sobre medios de pago digitales en el país.

Dicho grupo está liderado por el Consejero Alberto Naudon, y considerará dentro del concepto de medios de pago digitales, los pagos minoristas, los medios de pago mayoristas, los medios de pago transfronterizos, los medios de pago digitales privados y criptoactivos. Además, la moneda digital del Banco Central y las infraestructuras que soportan los diversos medios de pago, internos y externos. “Las propuestas que se elaboren tendrán como norte asegurar la finalidad, eficiencia, rapidez, seguridad y estabilidad de los pagos, basado en la perspectiva de los usuarios”, precisó Marcel.

Según explicó Marcel, entre las materias de análisis del grupo, están los objetivos, requerimientos y regulaciones “para el desarrollo de una moneda digital emitida por el Banco Central”, las cuales podrá ser emitida de manera similar a los billetes y monedas, y que podría ser usada para que las personas puedan pagar en comercios y/o entre ellas o, alternativamente, para que las instituciones financieras puedan liquidar pagos entre pares.

Actualmente los principales Bancos Centrales del mundo están haciendo estudios para ver la factibilidad de emitir monedas digitales. Canadá, Estados Unidos e Inglaterra están en esa lista. La experiencia que se está siguiendo más de cerca en Chile es la de Suecia, que está a la vanguardia gracias a un plan piloto que ya ha proporcionado importantes directrices y la investigación de su parlamento para definir en el futuro próximo si el banco central puede o no emitir “e-krona”, la corona digital.

El análisis que se hace es que, si bien hoy en día el dinero ya en su mayoría es digital, porque está presente en las transferencias bancarias, el pago con tarjetas de débito y crédito, el problema surge porque las monedas digitales no pasan por el sistema bancario, y por ende, no están regulados. Por ejemplo: qué pasaría si una persona decide retirar de su cuenta todos sus fondos y lo traspasa a bitcoin o Diem, cuál sería el impacto en los bancos. Eso es lo que evalúa el Central.

Además, dentro del estudio que hace el Central, está presente los temas de ciberseguridad y de lavado de dinero. Por ello, la disyuntiva de los bancos centrales es si se ingresa al mercado regulándolo o bien compiten con un instrumento propio que haga lo mismo que una moneda digital. Así se puede lograr el control y regular de manera más fácil el sistema.

El factor Facebook

En 2019, Facebook lanzó al mercado la moneda digital libra, la cual llegó para revolucionar el mercado de pagos. Al poco andar hubo críticas sobre el funcionamiento de esta moneda y por ello, la red social cambio su nombre a Diem, masificando su uso. Esta masificación es uno de los puntos que preocupa a las instituciones monetarias, incluido el Banco Central chileno. Esto porque hasta que apareció en esta red social, las monedas digitales eran de nicho, sin embargo, estando asociado a Facebook se expandió lo que podría impactar en la banca.

01 DE SEPTIEMBRE DE 2021/VALPARAISO Vista de los invitados del Banco Central, durante la sesión especial del Senado, en donde el Banco Central entrega su Informe de Política Monetaria. FOTO: LEONARDO RUBILAR CHANDIA/AGENCIAUNO

Marcel puntualizó que el desarrollo de las monedas digitales de bancos centrales (CBDC, por su sigla en inglés) enfrenta “una serie de desafíos mayores a los de la emisión de dinero físico o fiduciarios en materias como la provisión de crédito en la economía, la estabilidad financiera y la privacidad de la información de las transacciones financieras de las personas, razón por la cual unos conjuntos de bancos centrales están aún desarrollando sus modalidades operativas, regulaciones y pruebas de concepto, empresa a la que ahora se agrega el Banco Central de Chile”.

El grupo de trabajo entregará un documento de política (“White Paper”) con un marco de acción y objetivos estratégicos, líneas de acción y resultados esperados, el que se hará público en el primer trimestre de 2022.

En su exposición, el presidente del instituto emisor destacó también el trabajo que la entidad ha venido desarrollando para fortalecer el sistema de pagos minoristas en el país, como la próxima publicación de una normativa para cámaras de compensación de pagos de bajo valor que permitan desarrollar un sistema integrado de pagos minoristas instantáneos en el país, y la elaboración de una agenda sobre medios de pago digitales, incluyendo los objetivos y requerimientos para la mencionada emisión de un peso digital por parte del Banco Central de Chile.

Propuesta normativa

La propuesta normativa —cuya versión final se publicará en las próximas semanas— busca adaptarse y dar flexibilidad a los desarrollos e innovaciones en los medios de pago de bajo valor. Según explicó Marcel, en su formulación regulatoria, considera un espacio para que las entidades que ofrecen instrumentos de este tipo al público puedan compensar y liquidar las posiciones inter financieras que se originan en el uso de dichos instrumentos.

Asimismo, se dijo que el desarrollo de cámaras de compensación de bajo valor permitirá la interoperabilidad de diversas plataformas que ofrecen servicios de pago al público. Esto significa que una persona podrá originar un pago desde el medio y plataforma de su preferencia (tarjetas de débito, crédito, tarjeta de prepago, pago móvil, transferencia bancaria) para que éste sea recibido por su destinatario, independientemente de la plataforma con que éste último opere.