En el año del centenario del Partido Comunista de China, el régimen de Xi Jinping envió un mensaje claro de que la estabilidad interna es primordial, particularmente en Hong Kong. En el último día de las “dos sesiones” de este año, la Asamblea Popular Nacional (APN) aprobó este jueves la mayor reorganización del sistema electoral desde que la excolonia británica retornó a dominio chino en 1997. Según sus críticos, la iniciativa reduce aún más la representación democrática en las instituciones de la ciudad al introducir un mecanismo para examinar la lealtad de los políticos a Beijing.
Haciendo caso omiso de las advertencias de las capitales occidentales, los legisladores chinos reunidos en el Gran Salón del Pueblo en Beijing estallaron en un aplauso sostenido cuando se visualizó en las pantallas la aprobación, por 2.895 votos a favor y cero en contra, con una abstención, del “proyecto de decisión sobre la mejora del sistema electoral” en Hong Kong, que garantizará a partir de ahora que solo los “patriotas” puedan gobernar la ciudad.
Tras la votación del jueves, se espera que la comisión permanente de la APN se encargue de redactar un proyecto de ley que será aprobado formalmente por el Parlamento chino antes de ser impuesto en Hong Kong. El texto no se ha publicado, pero la agencia de noticias estatal china Xinhua confirmó poco después de la votación que, bajo el nuevo sistema electoral, los miembros de la APN y la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, el principal órgano asesor político del país, formarán parte del Comité Electoral que seleccionará a los líderes de la ciudad el próximo año.
Xinhua explicó que aumentaría el papel del “Comité Electoral” de Hong Kong, un órgano subordinado a Beijing que ya nombra directamente a la mitad de los diputados del Consejo Legislativo (Legco) de la excolonia británica. Este mecanismo ha permitido al gobierno chino asegurarse mayorías favorables para el Legco desde la retrocesión del territorio en 1997, destaca el diario hongkonés South China Morning Post.
El Comité Electoral, que se ampliará de los actuales 1.200 miembros a 1.500, tendrá la capacidad para seleccionar a los candidatos que podrán presentarse al proceso democrático de las elecciones, según la agencia oficial. Estos 300 leales a Beijing se convertirán en un quinto sector del comité. Los otros cuatro grupos (empresarial, profesional, social y político) seguirán teniendo 300 miembros cada uno.
El Consejo Legislativo también se ampliará de 70 escaños a 90, y será elegido a través del comité, distritos electorales funcionales y mediante elecciones directas. Xinhua no precisó si el Comité Electoral podrá ahora nombrar a más de la mitad de los diputados de Hong Kong.
Se establecerá, asimismo, un comité de investigación para revisar a los posibles candidatos para el comité y el Legco, excluyendo efectivamente a los candidatos de la oposición que no se consideren suficientemente “patrióticos”, precisó el South China Morning Post. Para implementar la decisión, el Comité Permanente de la APN también enmendará el Anexo I y el Anexo II de la ley básica de Hong Kong, la mini-constitución de la ciudad.
El término patriotismo significa “amar a la actual República Popular China dirigida por el Partido Comunista chino”, dijo el martes Song Ru’an, comisionado adjunto del Ministerio de Relaciones Exteriores chino en Hong Kong. “Los patriotas deben respetar al Partido Comunista Chino”, añadió. “Examinaremos si los candidatos cumplen estos criterios”. La jefa del Ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, odiada por la oposición, prometió su “apoyo incondicional” y expresó su “sincera gratitud”. La reestructuración tiene como objetivo que la ciudad “vuelva al camino correcto”, agregó.
Al mismo tiempo, se espera que se eliminen 117 escaños en el Comité Electoral elegido por los concejales de distrito de la ciudad, dominado por la oposición después de las elecciones de 2019, lo que diluirá aún más la influencia de la oposición.
Los funcionarios chinos han insistido en que las medidas son necesarias para establecer un “sistema electoral democrático con características de Hong Kong” y para garantizar que se mantenga la seguridad nacional, pero los críticos han advertido que limitará el espacio para la oposición en la ciudad y hará retroceder años de esfuerzos para liberalizar el sistema. En el momento de la devolución a China, Beijing había garantizado a Hong Kong hasta 2047 cierta autonomía y libertades desconocidas en el país.
“En lugar de una ‘reforma’, la propuesta de Beijing está purgando todas las voces a favor de la democracia y disidentes dentro de Hong Kong. El nuevo conjunto de reglas electorales, apodado la resolución ‘Patriota que gobierna Hong Kong’, garantiza el control de Beijing sobre las futuras elecciones de Hong Kong”, comentó a La Tercera Maggie Shum, investigadora asociada de la Escuela Keough de Asuntos Globales de la Universidad de Notre Dame y nativa de Hong Kong.
Las medidas, según Reuters, forman parte de los esfuerzos de Beijing para consolidar su control cada vez más autoritario sobre el centro financiero mundial tras la imposición de una ley de seguridad nacional en junio, considerada por los críticos como una herramienta para aplastar la disidencia. Beijing está respondiendo a las protestas prodemocracia de 2019 en Hong Kong, que consideró una amenaza para la seguridad nacional de China. Desde entonces, la mayoría de los políticos y activistas democráticos de alto perfil han sido enviados a la cárcel o se han autoexiliado.
Antes de la votación de la APN sobre las medidas electorales, Reino Unido dijo que los cambios propuestos serían otro ataque a los derechos y libertades de la excolonia británica. Estados Unidos y otros países también criticaron a Beijing por acusar a 47 políticos y activistas de la oposición en Hong Kong de subversión en virtud de la ley de seguridad nacional.
En julio pasado, Jean-Pierre Cabestan, sinólogo de la Universidad Bautista de Hong Kong, dijo a La Tercera que “las libertades y los derechos están en riesgo” en la ciudad, advirtiendo que el resultado “dependerá de todos nosotros, la comunidad internacional y la presión externa”. “Si no hay un rechazo desde las democracias, este es el final de Hong Kong”, vaticinó. “La ley de seguridad nacional y ahora los cambios electorales están allanando el camino de Hong Kong hacia un gobierno autoritario”, agregó Shum.
Cuando se le preguntó qué hará el gobierno central para garantizar la implementación constante de los principios de “un país, dos sistemas” en Hong Kong, el primer ministro chino, Li Keqiang, dijo que “continuaremos implementando un país, dos sistemas de manera precisa y exhaustivamente”. Li aseguró que la resolución de la APN sobre la excolonia británica es clara al para garantizar que “los patriotas gobiernen Hong Kong”.