El golpe de Estado protagonizado el miércoles por un grupo de militares de Níger, que mantiene retenido al Presidente del país, Mohamed Bazoum, amenaza con desestabilizar a uno de los últimos aliados de Occidente en la región africana del Sahel, pudiendo dar paso a la consolidación de la presencia de Moscú.
La crisis se desató a primera hora del miércoles, cuando un grupo de miembros de la Guardia Presidencial -encabezada por Oumar Tchaini desde 2011- bloquearon los accesos al Palacio Presidencial en la capital, Niamey, e hicieron un llamado a los integrantes de las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional a sumarse a su levantamiento contra Bazoum.
Posteriormente, un grupo de militares compareció en la madrugada de este jueves en la televisión nacional para anunciar la destitución del presidente nigerino. Una declaración “suscrita” horas después por el Estado Mayor del Ejército, que busca “preservar la integridad del presidente” y “evitar un enfrentamiento mortal (...) que derive en un baño de sangre”.
“Nosotros, las Fuerzas de Defensa y de Seguridad, unidos en el seno del Consejo Nacional de Salvaguarda de la Patria, hemos decidido poner fin al régimen que ustedes conocen”, declaró el coronel mayor Amadou Abdramane, según la agencia France-Presse. “Esto es consecuencia del continuo deterioro de la situación de seguridad y de la mala gobernanza económica y social”, añadió.
Un cambio de régimen en Níger podría suponer un duro golpe para Occidente, especialmente Estados Unidos y Francia, que mantienen fuertes lazos con la nación de África Occidental. Para ambos, Níger es un país estratégico en la lucha contra el terrorismo islamista. Considerado como “uno de los aliados más fiables de Estados Unidos” contra Al Qaeda, el Estado Islámico y Boko Haram, es también una de las últimas naciones del Sahel que no ha profundizado la cooperación con Rusia en detrimento de Occidente, escribió el portal Politico.
La actual situación podría darle a Moscú la oportunidad de intervenir con armas y mercenarios, como lo ha hecho en Mali, según los analistas.
“Níger ahora está en juego”, dijo al diario The Wall Street Journal, Cameron Hudson, ahora asociado senior en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington. “Pasó firmemente del campo occidental a un modelo para el oportunismo ruso”.
El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, dijo que el golpe contra Bazoum era inconstitucional. “En tales casos, siempre tomamos una posición clara”, afirmó en comentarios publicados en el sitio web del ministerio.
Según el diario francés Le Monde, no hay indicios evidentes de la huella de Moscú en el golpe de Níger, que obedece sobre todo a cuestiones internas. Sin embargo, el Grupo Wagner, un grupo de mercenarios rusos dirigido por Yevgeny Prigozhin que opera en África, se atribuyó el golpe el jueves.
“Lo que ha ocurrido es la lucha del pueblo de Níger contra los colonialistas”, dijo Prigozhin en un mensaje de voz publicado en un canal de Telegram de Wagner. “Esto es en realidad ganar la independencia y deshacerse de los colonialistas”.
“Esto demuestra la eficacia de Wagner”, continuó Prigozhin. “Mil combatientes de Wagner son capaces de restablecer el orden y destruir a los terroristas, impidiéndoles dañar a la población civil de los Estados”.
Cientos de personas se congregaron el jueves en Niamey, la capital de Níger, y corearon gritos de apoyo a Wagner mientras ondeaban banderas rusas.
Los pasos de Wagner en países africanos
El Grupo Wagner ha establecido operaciones en varios países africanos, donde muchas de sus operaciones se centran en cuestiones de seguridad. A menudo ha proporcionado servicios de seguridad y asistencia paramilitar y ha lanzado campañas de desinformación para regímenes en dificultades a cambio de concesiones de recursos y apoyo diplomático. Wagner es más activo en la República Centroafricana, Libia, Mali y Sudán, países que mantienen una tenue relación con Occidente, debido a legados coloniales y diferencias políticas.
Sin embargo, en abril pasado se reportó que Wagner extendía la influencia hacia otros países y ahora apuntaba a naciones relativamente estables como Níger y Costa de Marfil en un intento de expandir la influencia rusa en África y abrir un nuevo frente contra Occidente.
En un video publicado en enero, Prigozhin apareció junto a un exconductor de bus de África occidental que había terminado en una cárcel rusa antes de ser reclutado y enviado al frente de batalla en Ucrania. “Creo que será un gran presidente de Costa de Marfil... Discutiré estos planes con él más tarde”, dijo Prigozhin.
Según el centro de estudios Council on Foreign Relations (CFR), los servicios de Wagner varían en función de las necesidades de sus clientes, que incluyen grupos rebeldes y regímenes, y su financiamiento va desde el pago directo a la concesión de recursos. Por ejemplo, están las operaciones de combate, que apoyan a gobiernos africanos en su lucha contra grupos rebeldes, y viceversa. Aproximadamente mil tropas de Wagner entraron en República Centroafricana en 2018 para defender al gobierno del Presidente Faustin-Archange Touadéra de los ataques rebeldes contra la capital, Bangui. A cambio, las filiales de Wagner recibieron derechos de tala sin restricciones y el control de la lucrativa mina de oro de Ndassima.
También Wagner actúa como servicio de seguridad para regímenes vulnerables. El grupo ha operado en Sudán desde 2017, entrenando a tropas sudanesas, custodiando recursos minerales y reprimiendo la disidencia contra el gobierno del entonces Presidente Omar al-Bashir, todo a cambio de exportaciones de oro a Rusia. En muchos casos, el apoyo de Wagner se complementa con asistencia militar oficial rusa, como en Mali, donde las Fuerzas Armadas recibieron aviones de combate y vigilancia de Moscú.
Prigozhin también es propietario de la Agencia de Investigación de Internet (IRA), una “granja de trolls” en línea y la Asociación para la Investigación Libre y la Cooperación Internacional (AFRIC), las cuales están bajo sanciones de EE.UU. y han trabajado junto a Wagner. Anteriormente, la IRA subcontrató el trabajo a personas en Ghana y Nigeria que buscaban inflamar las divisiones políticas en Estados Unidos antes de las elecciones presidenciales de 2016, mientras que AFRIC ha patrocinado “monitoreo electoral falso” en varias naciones africanas, incluidos Mozambique y Zimbabue.
El CFR dice que Wagner al ser empresa militar privada vinculada al Kremlin limita los costos financieros de la intervención rusa y le da a Moscú una negación plausible, lo que le permite ocultar las pérdidas de personal del público ruso mientras utiliza simultáneamente la infraestructura militar del país.
En algunos casos, la participación de Wagner en África ha resultado en presuntas violaciones de derechos humanos y ha exacerbado la inseguridad regional. En Libia, las tropas de Wagner que lucharon junto al Ejército Nacional Libio durante su campaña de Trípoli de 2019 han sido acusadas de cometer ejecuciones extrajudiciales y plantar minas terrestres en zonas civiles. Las tropas de Wagner también operan en las mismas áreas que la misión de mantenimiento de la paz de la ONU en la República Centroafricana, lo que amenaza la capacidad de las Naciones Unidas para proteger a los civiles.
Lucha contra grupos islamistas
Según The Wall Street Journal, el golpe militar en Níger amenaza con desbaratar toda la estrategia de EE.UU. para combatir a los militantes islamistas a medida que se expanden por África Occidental.
Níger ha sido una base de operaciones militares internacionales durante años, ya que los extremistas islámicos han ampliado enormemente su alcance en el Sahel. Entre ellos se encuentra Boko Haram en las vecinas Nigeria y Chad, pero la amenaza más inmediata proviene de la creciente actividad en las zonas fronterizas de Níger con Mali y Burkina Faso del Estado Islámico en el Gran Sahara y la filial de Al Qaeda, Jama’at Nusrat al-Islam wal-Muslimin, conocida como JNIM.
El diario dice que la pieza central del enfoque estadounidense de la seguridad regional ha sido el envío de comandos para entrenar a las fuerzas locales de élite para enfrentarse a Al Qaeda y al Estado Islámico.
De hecho, más de 1.000 militares estadounidenses se encuentran en Níger, indicó la agencia The Associated Press. Y en marzo, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, visitó el país para estrechar lazos y anunciar US$ 150 millones en ayuda directa, calificando al país de “modelo de democracia”.
El gobierno de Níger se había mostrado “bastante abierto en términos de diálogo y compromiso tanto a nivel nacional como con socios internacionales”, dijo a The Associated Press, Paul Melly, miembro consultor del programa sobre África del grupo de expertos Chatham House de Londres. “Así que hay mucho en juego”.
Los socios estadounidenses que luchan contra los extremistas en el Sahel están disminuyendo. En particular, la junta militar de Mali ordenó el mes pasado la retirada de la misión de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, compuesta por 15.000 efectivos, alegando que habían fracasado en su misión. Sin embargo, las fuerzas de Wagner permanecen allí, acusadas por organismos de control de atrocidades contra los derechos humanos.
Estados Unidos declaró a principios de 2021 que había proporcionado a Níger más de US$ 500 millones en ayuda militar y programas de entrenamiento desde 2012, uno de los mayores programas de apoyo de este tipo en el África subsahariana. La Unión Europea lanzó a principios de este año una misión de entrenamiento militar de US$ 30 millones en Níger.