El Consejo Fiscal Autónomo (CFA) presentó este miércoles su informe del primer semestre sobre el ejercicio de sus funciones y atribuciones ante la Comisión Especial Mixta de Presupuestos del Congreso.

En su presentación, que realizó ante la Comisión Mixta Especial de Presupuestos, valoró el importante ajuste fiscal logrado en 2022, con una reducción de 23% real del gasto público respecto a 2021; además del consenso transversal alcanzado en torno a la sostenibilidad fiscal como política de Estado en el marco del Presupuesto de 2022. También volvió a destacar el hecho de que la política fiscal se guíe por una regla dual desde el año pasado y que esta se haya cumplido, acorde a lo sugerido por el Consejo.

Si bien en el logro del superávit fue clave la reducción del gasto público, también lo fue el aumento de ingresos estructurales que estuvieron influidos por aspectos metodológicos y extraordinarios que no necesariamente se repetirán. Ellos son, según el Consejo, el tratamiento de la brecha del PIB y el gran aumento de los ingresos fiscales provenientes del litio.

Sobre este último tema, el organismo valoró que el Ministerio de Hacienda, considerando sus recomendaciones, haya decidido avanzar en una propuesta metodológica a publicarse en el siguiente Informe de Finanzas Públicas, en la que se propondría un ajuste prudencial de los ingresos asociados a su explotación. Hasta ahora, la regla de Balance Estructural (BE) no contempla un ajuste cíclico para estos recursos potencialmente transitorios, y están siendo considerados como ingresos estructurales en su totalidad. Por lo tanto, existe el riesgo de que ingresos transitorios podrían destinarse a financiar gastos permanentes.

En la fórmula que presentará Hacienda, se considerará los ingresos promedio de los últimos 4 a 5 años móviles del litio incluido 2022 y 2023. De esta manera, si el ingreso promedio resulta que son US$3.000 millones y en un año determinado los ingresos alcanzan los US$5.000 millones, lo que se considerará estructural son los US$3.000 millones, y los US$2.000 millones restantes como no estructural (cíclicos), por lo tanto, no se pueden gastar, y esos recursos se deben destinar a ahorro, inyectando recursos al Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES) o bien permitirá emitir menos deuda.

Escenarios de riesgos

El CFA presentó, además, su análisis de sostenibilidad fiscal semestral. Para desarrollar este análisis, el Consejo generó proyecciones de deuda pública tanto para un escenario base como para escenarios alternativos. En ellos, simula la ocurrencia de ciertos eventos de riesgo que afectarían la consolidación fiscal, con el objetivo de dimensionar el impacto sobre las finanzas públicas.

Como resultado, en el caso del escenario base, la deuda bruta se estabilizaría en un nivel menor a 40% del PIB en un plazo de cinco años, sin superar el nivel prudente de deuda planteado por el Ministerio de Hacienda de 45% del PIB. En cambio, en los escenarios alternativos simulados se superaría el nivel prudente de deuda y los gastos por intereses alcanzarían niveles históricamente altos, que en algunos casos superarían el 90% hacia el 2050, restándole espacio a prioridades de política pública.

Entre los escenarios alternativos están: que la trayectoria del Balance Estructural tenga déficits persistentes y elevados, incumpliendo el decreto de política fiscal; que se comprometan gastos permanentes acordes a la recaudación de la reforma tributaria rechazada por la Cámara de Diputados en marzo pasado, sin financiamiento por mayores ingresos permanentes; que las presiones de gasto en pensiones por un reajuste real de los beneficios en el tiempo sean mayores a las esperadas; que se comprometan gastos permanentes por ingresos transitorios por litio; que exista una ralentización del crecimiento tendencial de la economía; y que se active una cláusula de escape ante a una situación exógena y transitoria de gran envergadura, sin que exista un adecuado mecanismo de corrección y de convergencia fiscal.