Este jueves 11 de marzo se cumple un año desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el Covid-19 se estaba propagando sin control por todo el mundo, clasificándolo como “pandemia”.
Actualmente, con varias vacunas aprobadas e implementadas y los planes de inmunización avanzando en la mayor parte del mundo, la pandemia sigue golpeando con fuerza.
Estos han sido algunos de los hitos del último año.
La primera ola en Europa
El primer caso de coronavirus en Europa fue detectado el 25 de enero de 2020 en Francia. El paciente, que murió el 15 de febrero de ese año, era un hombre de 80 años procedente de la provincia china de Hubei, en cuya capital, Wuhan, se originó la transmisión del virus en diciembre de 2019.
El 14 de febrero falleció en París un turista chino, y se creyó que era la primera muerte por Covid-19 fuera de Asia. Sin embargo, después descubrieron que un hombre muerto el 13 de febrero en Valencia, España, se había contagiado de coronavirus en Nepal.
Aunque en un principio los casos se mantuvieron relativamente bajos en el continente, el 21 de febrero de 2020 se informó un gran brote en Italia, que estaba afectando principalmente al norte. Los casos empezaron a aumentar considerablemente, y el 13 de marzo la OMS declaró a Europa el nuevo epicentro del virus.
Para el 17 de marzo de 2020, todos los países de Europa habían registrado al menos un caso de coronavirus, y los contagios siguieron disparándose.
Al 27 de abril de 2020 se habían registrado 2.878.196 contagios de Covid-19 y 198.668 decesos en todo el mundo, de los cuales 1.359.380 casos y 124.525 muertes ocurrieron en Europa. Italia y España eran, en ese minuto, los epicentros de la pandemia en Europa. Mientras que el primero contabilizó el mayor número de muertes, el segundo registró el mayor número de casos.
El impacto de los confinamientos
Las largas y estrictas cuarentenas impuestas por los gobiernos de todo el mundo para frenar la propagación del virus en sus territorios no solo tuvieron graves consecuencias para la economía, sino que, además, significaron un impacto en la vida social y la salud mental de las personas.
Fuera de las graves consecuencias del sedentarismo para la salud física a causa del encierro, la salud mental de las personas en todo el mundo se deterioró. Un estudio dirigido por la Universidad de Glasgow, que se realizó entre el 13 de marzo y el 11 de mayo de 2020, examinó los efectos del Covid-19 y el confinamiento durante el apogeo de la pandemia. Tras entrevistar a cerca de tres mil adultos británicos, los autores encontraron que los pensamientos suicidas subieron de un 8% al 10% y fueron más altos entre los adultos de 18-29 años, aumentando del 12,5% al 14%.
Además, uno de cada cuatro encuestados experimentó al menos niveles moderados de síntomas depresivos. Los peores resultados de salud mental durante la fase inicial del confinamiento en Reino Unido fueron informados por jóvenes, mujeres, personas de entornos más desfavorecidos socialmente y aquellos con enfermedades de salud mental preexistentes.
En cuanto a la economía, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que la pérdida acumulada para el PIB mundial entre 2020 y 2021 debido a la crisis derivada de la pandemia podría ser de alrededor de US$ 9 billones, más que las economías de Japón y Alemania juntas.
América Latina: epicentro de la pandemia
La región registró su primer caso el 26 de febrero. Un mes más tarde, cuando Italia superaba los 60 mil contagios y 6.000 muertes, el país latinoamericano más golpeado era Brasil, con sólo 25 fallecidos.
Ese mes, varios gobiernos latinoamericanos empezaron a aplicar medidas de distanciamiento social y a restringir la movilidad de sus ciudadanos para mantener el virus bajo control en sus territorios.
Sin embargo, tres meses más tarde, cuando los países europeos ya estaban levantando sus restricciones y entrando a la “nueva normalidad”, América Latina se convertía en el nuevo epicentro de la pandemia, superando los casos de Estados Unidos y Europa.
Entre los factores que pueden haber influido en que esto ocurriera se encuentran las cuarentenas mal sincronizadas en la región, los contagios importados, las fallas en los distintos sistemas de salud, mensajes poco claros por parte de algunos gobiernos y una economía precaria.
Casi un año después, Brasil sigue estando entre los más afectados de la región. Con 1.972 fallecidos en 24 horas, el país superó a Estados Unidos en muertes diarias por coronavirus el martes, y este miércoles lo volvió a hacer, sobrepasando por segundo día consecutivo su récord de fallecimientos diarios, con 2.349. Además, los expertos han advertido que los hospitales están nuevamente al borde del colapso.
El inicio de la vacunación
Mientras muchas vacunas se encontraban en ensayos clínicos, el 2 de diciembre de 2020, Reino Unido se convirtió en el primer país del mundo en aprobar la vacuna contra el coronavirus de Pfizer/BioNTech, allanando el camino para la inmunización masiva en el resto del mundo.
Las primeras 800 mil dosis en el país fueron utilizadas para vacunar prioritariamente al personal sanitario, las personas mayores y los residentes de asilos de ancianos.
Esta fue la vacuna que más rápido pasó de ser un concepto a una realidad. El laboratorio la desarrolló en solo 10 meses, cuando normalmente se demoran 10 años.
Desde entonces, se han aprobado más alternativas y la carrera mundial por la vacuna ha hecho que todos los países se apuren en obtener las dosis necesarias para inmunizar a su población. Según un conteo del sitio Our World in Data, se han administrado 319,56 millones de dosis en todo el mundo.
La amenaza de las nuevas variantes
Aunque la cepa descubierta en China ha sido la predominante, en los últimos meses se han identificado nuevas variantes en Reino Unido, Sudáfrica y Brasil que amenazan con disparar nuevamente los casos a nivel mundial.
No sólo se cree que pueden transmitirse más fácilmente que la original, sino que, además, se teme que las vacunas actuales no sean efectivas para estos tipos de Covid-19. Sin embargo, estudios respaldan la eficacia de vacunas de Pfizer y Sinovac contra nueva variante “P1” del coronavirus, que surgió en la localidad brasileña de Manaos.
El debate por el cierre de fronteras
Una de las medidas tomadas por los gobiernos para prevenir y frenar los contagios en sus territorios fue el cierre de fronteras, que en algunos países se aplicó en los primeros meses de la pandemia. Sin embargo, la ejecución no ha estado exenta de polémicas, ya que muchas veces no existe coordinación entre los distintos países.
La ministra de Turismo de España, Reyes Maroto, anunció que hay planes para implementar un sistema de pasaporte de vacunas para mediados de mayo, mientras que Grecia informó sobre la reapertura a los turistas a partir de esa fecha, y Chipre dijo que daría la bienvenida a los británicos completamente vacunados a partir del 1 de mayo.
Sin embargo, América Latina está lejos de esas medidas. En Argentina, las autoridades están evaluando la posibilidad de adoptar medidas más estrictas en las fronteras, además de desalentar los viajes a zonas donde estén circulando las nuevas variantes de coronavirus. Según el diario Clarín, Uruguay, Chile y Paraguay, entre otros países, están en la mira.