En medio de la feroz interna que atraviesa el oficialismo y en la misma jornada en que se dio a conocer el índice de la inflación de marzo -de un 6,7%, el peor dato en 20 años, según la prensa local-, la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández, reapareció ayer con un discurso con duras críticas contra el gobierno de Alberto Fernández, mientras miles de manifestantes marcharon hasta la casa de gobierno para reclamar puestos de trabajo y mayor asistencia del Estado en planes sociales y alimentos, cuando la inflación anual se proyecta en torno a 60%.
En la sesión de apertura de la decimocuarta sesión plenaria de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana (EuroLat), que se desarrolló en el Centro Cultural Kirchner (CCK), en Buenos Aires, la vicepresidenta argentina dejó ayer varias frases relacionadas con la actualidad de la gestión del gobierno nacional, según destacó la prensa local.
Así, en medio de una interna caliente en el oficialista Frente de Todos, casi sin diálogo con Alberto Fernández, Cristina lanzó una frase que alimenta la tensión entre las partes. Apuntó el diario Ámbito Financiero: “Hablamos de poder cuando alguien adopta una decisión, la toma y esa decisión es respetada por el conjunto de la sociedad”, aseguró de cara a un auditorio que la interrumpió en reiteradas ocasiones para aplaudirla, y continuó: “Que te pongan la banda y te den el bastón, créanme, no significa que tengas el poder, sólo un poquito de eso. Y lo digo por experiencia. Y ni te cuento si además no se hacen las cosas que hay que hacer, dejémoslo ahí”.
La frase, que adquiere un significado especial en medio de la interna política en el Frente de Todos, fue celebrada por el nutrido grupo de militantes que estuvieron en el CCK. Pero no estuvo dirigida a Alberto Fernández, aseguró el portal Infobae. O al menos no estuvo dirigida únicamente a él, sino también a la influencia que ejercen en los gobiernos mercados, monopolios y “el poder financiero internacional”, señaló el medio transandino.
“Si bien no se trató de una referencia directa a Alberto Fernández, la crítica bien puede ser adjudicada al jefe de Estado, con el que mantiene una relación política”, señaló Ámbito Financiero. Y es que la exmandataria criticó la influencia de los mercados y “el poder financiero internacional” sobre los gobiernos, especialmente en el marco de la pandemia, agregó.
La vicepresidenta también apuntó contra las “desigualdades del mercado” acentuadas por la pandemia y cuestionó la “falta de acción de la política”. “Las desigualdades son a causa de decisiones políticas o falta de decisiones políticas”, polemizó, para agregar que las problemáticas que se visibilizaron aún más por el Covid-19 “aportan a un debate sobre la desigualdad y está muy claro que en un mundo cada vez más desigual, la pandemia lo ha acentuado”.
En la misma jornada que Cristina K dio su discurso, miles de manifestantes ocuparon la histórica Plaza de Mayo con banderas que demandaban “trabajo genuino”, “ayuda a comedores” y “aumento de los planes sociales”, en una jornada de protestas en todo el país, que tuvo su epicentro en la capital argentina.
“Yo la veo muy mal la cosa, la economía se le está yendo de las manos a este gobierno”, opinó Mario Almada, un albañil de 60 años que trabaja en una cooperativa social y cuya mayor preocupación es que “la plata no alcanza para comprar la comida”. Almada es beneficiario de un plan social por el que cobra unos 16.000 pesos al mes (136 dólares al tipo de cambio oficial), pero en su humilde barrio de Florencio Varela, en la periferia sur de Buenos Aires, “la plata se va como agua”, según comentó a AFP.
“Esto se está empezando a parecer poquito a poco a la época de (Raúl) Alfonsín” en los años 1980, afirmó, al citar un período de turbulencia económica que desembocó en una crisis con hiperinflación. “En esa época los precios de la mañana ya no eran los de la tarde. Ahora aumentan cada cuatro o cinco días. La soga cada vez es más corta y nos está ahorcando”, explicó.
En febrero, el gobierno aumentó 50% la ayuda que reciben unos 2,4 millones de beneficiarios para la compra de alimentos, llevándola a unos 6.000 pesos (50 dólares) mensuales por persona. El gobierno renovó esta semana un plan de acuerdo de precios para productos básicos, que existe desde 2013, y creó un fondo de estabilización del precio interno de la harina de trigo.
Pero para Lucas, de 35 años, trabajador del sector de la gastronomía y beneficiario de un subsidio estatal, “los planes no alcanzan. Que me digan quién puede vivir con eso”, reclamó.
Huelga de transportistas de granos
A la par de las manifestaciones, los transportistas de granos locales anunciaron que seguirán adelante con una huelga comercial que pone en riesgo las exportaciones de Argentina, un proveedor mundial clave de alimentos, luego de la fallida reunión que mantuvieron el miércoles con productores agropecuarios.
La protesta de la Federación de Transportistas Argentinos (Fetra), que comenzó el lunes en reclamo de una actualización en los precios de los fletes, ocurre en momentos en que los agricultores están recolectando la soja y el maíz, los dos principales cultivos del país, destacó Reuters.
Cerca del 85% del transporte de granos interno de Argentina se produce mediante camiones, lo que amenaza las tareas de embarque en los puertos de exportación, donde las reservas de granos se acabarían de no solucionarse el conflicto antes del lunes, según la cámara de exportadores Ciara-CEC.
“Tras más de tres horas de reunión, con un cuarto intermedio de por medio, se levantó la Mesa de Negociación Participativa por falta de acuerdo entre las cámaras y entidades involucradas que discuten la tarifa de carga”, señaló el Ministerio de Transporte, que oficia de mediador entre las partes.
Fetra señaló que continuará con la protesta hasta que se resuelva su reclamo, ligado principalmente al alza que registró este año su principal insumo, el combustible. “Las entidades del agro (...) ofrecieron un aumento que no cubre los costos de la actividad”, dijo Fetra. Su vocero, Edgardo Aniceto, agregó que no se coordinaron por el momento nuevas reuniones para destrabar el conflicto.
Fetra reclama un aumento en las tarifas de transporte de granos -que habían sido actualizadas a inicios de febrero, en un acuerdo entre transportistas, el gobierno y productores agrícolas- debido al alza que sufrió el diésel en las últimas semanas.