Los casquillos y vidrios quebrados, así como la carta dirigida puntualmente hacia la estrella del fútbol argentino, Lionel Messi, se transformaron en la prueba de la intencionalidad y premeditación de un ataque que, según las propias autoridades transandinas, se enmarca en un combate contra el narcotráfico que van perdiendo.
Así quedó demostrado durante el mediodía, cuando el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, afirmó, respondiendo al intendente de Rosario, que en dicha ciudad “ganaron los narcos”, a propósito de las balas disparadas contra la mampara de un supermercado Único, propiedad del suegro del capitán de la Selección de Fútbol de Argentina.
La situación escaló a tal punto, que la noticia fue replicada en medios de todo el mundo, e incluso el Presidente de Argentina, Alberto Fernández, debió salir al paso a dar declaraciones sobre el tema en particular y sobre la seguridad en general.
Fue durante un acto en Salta donde el mandatario admitió que como gobierno están “haciendo mucho”, pero que “evidentemente algo más habrá que hacer, porque en Rosario el problema de la violencia y el crimen organizado es muy serio”. Cifras oficiales detallan que la ciudad –la tercera más poblada de Argentina– tiene la tasa de homicidios más alta del país, al registrarse 22 asesinatos por cada 100 mil habitantes, número que contrasta con la de Buenos Aires, donde la proporción es ocho veces menor.
El ataque, perpetrado a las 2.50 am del jueves, quedó registrado por las cámaras de seguridad del lugar. En él se ve a dos sujetos llegar en motocicleta, donde uno se bajó y realizó al menos 12 disparos. Los autores aún no han sido identificados por las autoridades, explicó el fiscal de Rosario, Federico Rébola, quien está a cargo de la investigación, agregando que “es muy preliminar para confirmar” motivos o la identidad.
Sin embargo, el ataque ha dado pie a la revisión general sobre la seguridad y la violencia en el país vecino, especialmente la ligada al narcotráfico, luego de que el ministro Fernández asegurara que “si yo le digo que hace 20 años están en esta situación es que han ganado, pero hay que revertirlo”. Su declaración sacó ronchas de forma automática en la oposición, donde la posible precandidata presidencial Patricia Bullrich incluso pidió su renuncia a través de redes sociales. “Renuncie ya. El país no necesita comentaristas, necesita ministros que le ganen al narcotráfico”, escribió en Twitter.
Opiniones divididas
¿Cómo se han desarrollado la violencia y el narcotráfico en Argentina? El escritor y periodista José Ángel di Mauro, director del medio argentino Parlamentario, se mostró de acuerdo con Bullrich, exministra de Seguridad durante el gobierno del expresidente Mauricio Macri. Mientras que Julio Burdman, politólogo y profesor de la Universidad de Buenos Aires, ve el problema de la violencia como uno más sectorizado y no tan general, pero coincidiendo ambos en que Rosario es una de las ciudades más afectadas por el problema.
En palabras de Di Mauro, los dichos del ministro de Seguridad son “una barbaridad de quien se ha acostumbrado a lo largo de sus muchos años en la función pública de decir cosas como mínimo ‘disruptivas’, como señalar que la pobreza en la Argentina era menor que en Alemania, o esta misma semana, que las tasas de homicidio aquí eran casi iguales que en Europa”, criticó el periodista.
“El ministro ha dicho algo que como mínimo lo hace acreedor a un pedido de renuncia. La verdad es que esta administración ha hecho muy poco por resolver la situación gravísima que hay en la provincia de Santa Fe en general y en Rosario en particular, dejándole casi toda la responsabilidad a la policía provincial, que no alcanza para enfrentar semejante problema”, agregó.
También criticó el rol del mandatario de Argentina en temas de seguridad. “El propio Presidente Alberto Fernández, que en su discurso al Congreso del miércoles habló prácticamente nada sobre inseguridad y la única referencia al narcotráfico fue para pegarle a la Corte Suprema, nos da una muestra cabal de lo que es el gobierno nacional en materia de seguridad: ‘Algo más habrá que hacer’, fue su reflexión tras las novedades de hoy. Nada más, señor juez…”, cerró el director de Parlamentario.
Para Julio Burdman, por otro lado, el problema del narcotráfico está centrado en Rosario y tiene dos aristas fundamentales. “En primer lugar, es un lugar donde se desarrolló un mercado de consumo interno, con bandas peleando por el control del mercado en una ciudad que experimentó un auge económico, pues está en el centro de la actividad agropecuaria”, dijo a este medio.
En segundo lugar, continuó el politólogo, está la problemática situación donde la ciudad “maneja muchos puertos de exportación. Están los puertos del río Paraná, que conectan luego con el río de La Plata y con el mar. Rosario está en medio del tráfico de droga que viene, probablemente, de Brasil o de Bolivia, y que sigue su camino desde los Andes para luego salir por mar hacia Europa”, detalló. Hipótesis que, según Burdman, “se manejan hace muchos años, y eso también podría contribuir al problema de enfrentamiento de bandas criminales en Rosario”.
Donde disienten más es al extrapolarlo hacia todo el país. Según José Ángel di Mauro, “la inseguridad es creciente y se hace poco por revertir la situación. Si algo hay que reconocerle a la gestión de Mauricio Macri es que hubo un cambio positivo en materia de seguridad, sobre todo con el narcotráfico”.
Para Di Mauro, el problema también se centra en la manera en que el gobierno de Fernández ha tratado el tema penitenciario. “Se ha autorizado a los presos a tener celulares, y de allí los pesos pesados manejan bandas delictivas, como sucede en Rosario”. Pero, más grave aún, según el periodista, es la desactivación del servicio de inteligencia en las cárceles, lo que estuvo “entre las primeras medidas del gobierno nacional de Alberto Fernández, argumentando que había sido utilizado por la gestión de Cambiemos para espiar a los exfuncionarios kirchneristas presos. Ahora nadie controla lo que pasa dentro de las cárceles y con quiénes hablan los presos”, cerró.
En la vereda contraria, Julio Burdman argumentó que “la inseguridad argentina es muy heterogénea, es un país que en términos comparativos tiene números de inseguridad bajos en América Latina”, dijo a La Tercera. “Estamos en cinco asesinatos anuales sobre 100 mil personas, que es uno de los números más bajos de la región”, agregó. “Uruguay tiene 12, mientras que Estados Unidos tiene cinco”.
Sin embargo, el politólogo hizo la diferenciación de que ese cinco sobre 100 mil debería ser diseccionado, porque son áreas las conflictivas. “Por un lado, hay problemas de delincuencia vinculados a robos, sobre todo en la zona metropolitana de Buenos Aires, donde hay mucho delito, como el arrebato con violencia, algunos secuestros exprés, etc., muy asociados a la marginalidad y a la pobreza”.
Y luego está la situación de Rosario. “Es un problema específico vinculado al narcotráfico. Si bien también hay focos de narcotráfico en la zona de Buenos Aires, en Córdoba y en las grandes ciudades urbanas, todo esto convive con un interior muy tranquilo, donde hay vastas zonas argentinas donde no pasa absolutamente nada. Por eso, el promedio nacional es mucho más bajo que la situación de Buenos Aires o de Rosario”, detalló Burdman.