En las últimas semanas, los casos de Covid-19 asociados a variante delta han ido convirtiéndose en la mayoría de los linajes pesquisados por el Instituto de Salud Pública (ISP). De hecho, según el último reporte, de las 437 muestras positivas analizadas, un 66,67% corresponde a delta; un 27,78% es positiva para variante mu y la identificación de gamma (o P.1) está en torno al 5,6%.
Así, frente a delta, la variante gamma ha ido retrocediendo en su incidencia, luego de predominar por varios meses en el país junto a la variante andina (lambda o C.37).
En relación a esta variante de preocupación, según definió la OMS, Salud ha ido modificando las medidas. Por eso, si bien hace algunos días acortó y estandarizó en 10 días el aislamiento para un caso confirmado y en siete días para los contactos estrechos vacunados -que sube a 10 días para quienes no tengan su vacunación completa-, para los contagios identificados con la variante delta el período de aislamiento podría llegar hasta 14 días.
Eso, pues en la actualización del protocolo de manejo de casos el Minsal reiteró que la cuarentena para un contagio confirmado de Covid-19 será de 10 días. Pero a renglón seguido se puntualiza que si se trata de un caso delta, se aplicará un “testeo con test de antígenos posterior al séptimo día de aislamiento. Es decir, antes de finalizar el confinamiento. Si resultase positivo, se deberá extender el período de aislamiento hasta completar 14 días desde la fecha de inicio de síntomas o toma de muestra en el caso de los asintomáticos”.
A estas medidas adicionales por variante delta, en el caso del transporte la normativa circunscribe que si se detecta un caso en un avión, serán contactos estrechos “los dos asientos alrededor del viajero positivo”. Mientras que, para los traslados en buses, se mantiene que todos los pasajeros quedarán en vigilancia y estarán bajo investigación epidemiológica de la Seremi de Salud que corresponda.
Dentro de este mismo protocolo se determina que para los pacientes inmunocomprometidos que desarrollen la enfermedad -independiente de la variante-, el aislamiento será de 21 días.
Evidencia de la medida
El infectólogo de Clínica U. de los Andes y decano de Medicina de la U. San Sebastián, Carlos Pérez, explica que se ha demostrado que la variante delta es más transmisible y que, a su vez, en los infectados induce una mayor carga viral. “Esta disposición, según entiendo, va en la línea de tener mayor certeza de que el paciente no siga contagiando más allá de los 14 días”, puntualiza.
Sin embargo, Pérez señala que la instrucción es al menos discutible, considerando que una persona contagiada con el virus puede seguir dando positivo en los exámenes hasta varias semanas después.
“En el caso del test PCR, cuando sale positivo varias semanas después tras el contagio, no significa que aún esté contagiando, sino que el material genético del virus sigue presente y se demora en ser eliminado. Y en el caso del test de antígeno, mi impresión es que la modificación va en la dirección de extrapolar que si el resultado de una persona es positivo, significa que aún habría virus ‘viable’. Es un tema al menos discutible, porque primero se debe ver qué tipo de test se está utilizando y si está bien validado. Sin embargo, es un buen resguardo y, en ese sentido, tiendo a estar alineado con la disposición del Minsal”, explica el facultativo.
Aun así, Pérez acota que no es un procedimiento que se utilice ampliamente en el mundo para finalizar el período de aislamiento, sino que lo ve como “una iniciativa local para dar mayor certeza al levantamiento del aislamiento”.
Por otro lado, la infectóloga de la U. de Chile Jeannette Dabanch agrega que “en el caso del test de antígeno, su utilidad máxima es en los primeros cinco días de evolución de la enfermedad. No tengo certeza en qué está basada esta nueva recomendación, pero la evaluación de técnicas de diagnóstico de laboratorio detalla que esta prueba es más útil en los primeros cinco días y en personas con Covid-19 sintomático”.
A su vez, la infectóloga y miembro del Consejo Asesor Covid-19 María Teresa Valenzuela añade que “la variante delta es altamente transmisible y, en mi opinión, es importante que haya un test de salida. Uno puede extrapolar que si es negativo, hay una carga viral baja que da cuenta que la persona ya no es contagiosa. Yo recomendaría PCR o test de antígeno. Lo importante es saber que al momento de salir de aislamiento ya no está contagiando”.
Mientras, el infectólogo Miguel O’Ryan señala que “es una medida precautoria adicional para disminuir al máximo posible la circulación de virus delta en el país que hoy está cercana al 70% de las muestras. Inevitablemente va a llegar a ser la cepa más predominante, y como es tan transmisible, tiene una mayor carga viral y, con ello, mayor posibilidad de transmitir. Esta es una medida de doble seguridad”.