Daniel Núñez (PC): “A nadie en el gobierno le gusta tener que entenderse con SQM, todos sabemos su historial de corrupción”
"Si SQM quiere imponer una negociación desventajosa para el interés nacional y que la empresa nacional del litio sufra perjuicios relevantes, nosotros somos partidarios de desechar esa negociación y esperar hasta el 2030", remarca el senador comunista.
“Lo correcto, lo ideal sería que SQM estuviera fuera de todo este juego”, decía hace tres meses atrás en una entrevista al periódico El Ciudadano, el senador comunista Daniel Núñez.
Su exigencia era compartida por gran parte del oficialismo que estaba a la espera de que el Presidente Gabriel Boric zanjara la Estrategia Nacional del Litio, que finalmente fue anunciada el miércoles de la semana pasada.
Si bien el ala izquierda de la alianza gubernamental celebró el anuncio del Mandatario -pues fijaba como principio que toda asociación o empresa para explotar litio debe tener un control del Estado-, también hubo resignación en que la presencia de SQM debería respetarse, al menos, hasta el año 2030.
¿Quedaron conformes con el anuncio del Presidente?
Lo primero, quiero apoyar con convicción absoluta el anuncio que ha hecho el Presidente con la creación de la Empresa Nacional del Litio. Es muy importante insistir en por qué tiene que haber una empresa del Estado. Necesitamos capturar la renta minera, la riqueza que se genera por el litio para que vaya en beneficio del país. Esa es una actitud patriótica. Y, en segundo lugar, para poder generar una política de industrialización, es decir, incorporar valor agregado y aproximarnos a la producción de artículos más sofisticados. Por ejemplo, hoy Chile está produciendo menos cobre refinado de lo que producía en el año 90. Eso es porque los privados buscan la mayor ganancia posible en el menor plazo posible. Y eso deriva en que no haya refinación de cobre.
El hecho de que esta asociación transitoria para administrar el salar de Atacama contemple la participación de privados, ¿es una concesión de parte de ustedes? Tengo entendido que ustedes siempre promovieron una empresa estatal. ¿O no?
Lo principal para nosotros es la creación de la Empresa Nacional del Litio y eso tiene que hacerse por ley. Por lo tanto, asumimos que mientras esa ley no salga del Congreso, hay que avanzar. No podemos quedarnos paralizados. Por eso, nos pareció apropiado que, en una transición, que no sabemos cuánto va a durar, se promoviera que las empresas del Estado participarán. Y en este caso Codelco o Enami en otros salares. Y en el caso del salar de Atacama, es una condición sine qua non. No tenemos posibilidades de avanzar, si no buscamos un entendimiento con Albemarle o Soquimich (SQM). Pero, ojo, es un entendimiento sobre la base de los intereses públicos, del interés nacional. Y si no hay condiciones, bueno, no habrá negociación y habrá que esperar hasta el 2030 para entrar de lleno al salar. Tampoco hay que desechar esa opción.
¿Abrirse a privados era una concesión de ustedes?
Es que no hay contradicción con 100% estatal. Nosotros consideramos que mientras el Estado tenga el control perfectamente puede asociarse y entenderse con privados. De hecho, para industrializar el litio en Chile y para avanzar en la creación de productos más sofisticados, es condición sine qua non entenderse con privados. Nunca en nuestro mundo estuvo decir que, desde que se extrae el litio hasta que se genera el último producto, todo lo hace el Estado. Siempre hay espacio para los privados, pero sobre la base del control del Estado, porque vela por el interés nacional.
¿Para ustedes era una línea roja, que no se podía traspasar, que el control del salar de Atacama no quedara en manos privadas?
Es que yo no quiero entrar a especular cómo va a ser la negociación que va a tener el Estado con las dos empresas en el salar de Atacama.
Pero le pregunto por lo que se evaluó antes del anuncio. ¿Era aceptable que el Estado tuviera una participación minoritaria en esta asociación transitoria por el salar?
Yo no conozco esos debates. Me quedo con el anuncio del Presidente de la República, que señaló esta fórmula en la cual se iba a explorar el acuerdo con privados, ya sea Soquimich o Albemarle, y el Estado iba a participar en forma mayoritaria. Yo me quedo con esa versión, no voy a ir más allá.
Fue tema de conversación en el comité político y otros encuentros que tuvo el Presidente, la semana pasada. Supongo que había que buscar alternativas para negociar con privados y persuadirlos para que acepten cambiar los contratos...
No tengo información de esas reuniones. Solo tengo un principio, que el Estado sea el actor, que tenga el control de las dos asociaciones que se puedan hacer con las dos empresas que operan en el salar de Atacama. Buscar una negociación. Si estas empresas no ceden en su postura y tienen una actitud negativa y le ofrecen una mala negociación al Estado de Chile, el Estado debe desechar la negociación y habrá que esperar hasta el año 2030.
Ustedes antes del anuncio pedían que SQM no fuera parte de esta asociación. ¿Cedieron en ese punto?
Yo creo que a nadie en el gobierno le gusta tener que negociar y entenderse con SQM. Yo parto de esa base, porque además todos sabemos el historial de corrupción al cual está asociado esa empresa. Desde ese punto de vista, no es una empresa que genere confianza. Menos aún que en su propiedad esté Julio Ponce Lerou. Pero todos entendemos que esperar hasta el 2030 hace que esta política llegue tarde en relación a la necesidad de explotar e industrializar litio en el salar de Atacama. Desde ese punto de vista, es un dato de la realidad. Pero yo quiero volver a insistir, la posibilidad de que el Estado llega a un acuerdo, depende que sea una negociación conveniente y jamás vamos a permitir que SQM intente hacer maniobras como las que les conocemos que han tenido vicios de irregularidades o que intenten imponerle al Estado algo que perjudique el interés nacional. Si SQM quiere imponer algo que perjudique el interés nacional, simplemente hay que desecharla.
¿Por lo tanto, encapsularon el reclamo que había contra SQM?
Vuelvo a insistir. Si SQM quiere imponer una negociación desventajosa para el interés nacional y que la empresa nacional del litio sufra perjuicios relevantes, nosotros somos partidarios de desechar esa negociación y esperar hasta el 2030.
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