Las fuerzas israelíes allanaron el jueves un campamento de refugiados en la Cisjordania ocupada, desencadenando un tiroteo en el que murieron dos palestinos y 15 resultaron heridos, mientras Israel atacaba lo que dijo eran redes militantes después de una serie de ataques mortales.
En un incidente separado, un palestino apuñaló a un hombre israelí de 28 años en un bus en Cisjordania antes de ser asesinado por un transeúnte, explicó el Ejército israelí. Según el servicio de emergencias Magen David Adom, la persona agredida fue atendida y trasladada a un hospital.
Los videos que circulaban en redes sociales mostraron humo en el centro del campo de Jenín, mientras que de fondo se podían escuchar disparos. Otros parecían mostrar a soldados israelíes y pistoleros palestinos moviéndose por sus estrechas calles.
La redada se produjo dos días después de que un palestino de una aldea próxima a Jenín disparó y mató a cinco personas en el centro de Israel, dentro de una serie de ataques que en los últimos días han causado un total de 11 muertes.
Sanad Abu Atiyeh, un adolescente de 17 años, y Yazid al-Saadi, de 23, perdieron la vida en la redada, dijo el Ministerio de Salud palestino, que reportó también que Nidal Jaafara, de 30 años, murió por disparos cerca de la ciudad cisjordana de Belén, en una aparente referencia al apuñalamiento.
El Ejército israelí señaló que las tropas fueron atacadas después de ingresar a Jenín para arrestar a tres sospechosos vinculados al ataque del martes. Dijo que un soldado resultó herido y fue evacuado a un hospital para recibir tratamiento. El Ejército manifestó que arrestó a un total de 31 sospechosos en recientes redadas en Cisjordania destinadas a prevenir más ataques.
La oficina del primer ministro Naftali Bennett anunció más tarde el jueves que gastaría alrededor de US$ 56 millones en fondos de emergencia para más oficiales y equipos de policía.
“Una policía fuerte es igual a un Israel fuerte”, dijo Bennett en un comunicado. “Estamos operando por todos los medios y en todos los frentes para restaurar la seguridad y una sensación de seguridad para el pueblo de Israel”.
El campo de refugiados de Jenín fue el escenario de una de las batallas más sangrientas de la segunda intifada, o revuelta, palestina. En abril de 2002, las fuerzas israelíes se enfrentaron a insurgentes palestinos en el campo durante tres semanas. De acuerdo con Naciones Unidas, murieron 23 soldados israelíes y al menos 52 palestinos, entre los que había civiles.
En los últimos años, la Autoridad Palestina -que administra partes de la Cisjordania ocupada y se coordina con Israel en asuntos de seguridad- parece tener poco control sobre Jenín. Las fuerzas israelíes que operan dentro y alrededor de la ciudad y el campo de refugiados suelen ser atacadas.
El grupo insurgente Yihad Islámica anunció una “movilización general” de sus combatientes tras el allanamiento del jueves.
En el incidente del martes, un palestino de 27 años de la localidad cisjordana de Yabad, cerca de Jenín, mató a cinco personas en un ataque metódico. El domingo en la noche, una balacera perpetrada por dos simpatizantes del grupo extremista Estado Islámico en Hadera, en el centro del país, se cobró la vida de dos policías. La semana pasada, un atentado con atropello y apuñalamiento en la ciudad sureña de Beersheba -cuyo autor estaba inspirado también por la milicia radical- mató a cuatro personas. Los dos ataques reclamados por el EI fueron obra de ciudadanos árabes de Israel.
El Presidente Joe Biden habló con el primer ministro israelí, Naftali Bennett, el miércoles para expresar sus condolencias y dijo que Estados Unidos “se mantiene firme y resueltamente con Israel frente a esta amenaza terrorista y todas las amenazas”, según la Casa Blanca.
La reciente ola de violencia ha vuelto a llevar a primera plana la cuestión palestina en un momento en el que Israel se centra en forjar alianzas con países árabes contra Irán. Israelíes y palestinos no mantienen conversaciones de paz serias desde hace más de una década y el primer ministro israelí, Naftali Bennett, se opone a la creación de un Estado palestino.
Líderes israelíes, jordanos y palestinos han celebrado reuniones en las últimas semanas, e Israel anunció una serie de gestos de buena voluntad en un esfuerzo por mantener la calma antes de la celebración del mes sagrado del islam, el ramadán, que comienza este fin de semana.
Esperan evitar que se repita la situación del año pasado, cuando los choques en Jerusalén derivaron en una guerra de 11 días en Gaza, pero los recientes ataques han avivado las tensiones. Tras una reunión del Gabinete de Seguridad el miércoles en la noche, Israel decidió seguir adelante con sus planes para aliviar las restricciones a los palestinos en la Cisjordania ocupada y en la Franja de Gaza.
Israel capturó el este de Jerusalén, Cisjordania y Gaza -territorios que los palestinos quieren para su futuro Estado- en la Guerra de los Seis Días de 1967. Israel se anexionó Jerusalén Este, un movimiento no reconocido por la comunidad internacional. En Cisjordania, está construyendo y ampliando constantemente los asentamientos judíos, considerados ilegales por gran parte del mundo.
Israel se retiró de Gaza en 2005 y el grupo insurgente palestino Hamas tomó el poder allí dos años después. Desde entonces, las fuerzas israelíes y Hamas han librado cuatro guerras, e Israel y Egipto impusieron un bloqueo sobre el territorio, en el que viven más de dos millones de palestinos.