Economistas afirman que guerra en Ucrania no cambia ruta de alza de tasas del Banco Central, pero puede acelerar inicio de bajas para fines de este año
Los expertos mantienen su visión de que la tasa de interés debería llegar a un nivel entre 7,5% a 8,5% en junio para luego iniciar una pausa para volver a calibrar la política monetaria. Algunos afirman que subir más allá de ese nivel podría generar una mayor desaceleración e incluso una recesión en 2023. Por ello, llaman a no sobrerreaccionar antes nuevos índices inflacionarios altos de corto plazo.
La economía chilena atraviesa un complejo cuadro macroeconómico. La desaceleración de la actividad ya comenzó y se espera que se acreciente a contar del primer mes del segundo trimestre. Hoy las expectativas para el año se ubican más cerca del 2,5% y no se descarta que pueda ser incluso en torno a 2%. Por otro lado, las presiones inflacionarias no darán tregua. Al alto registro de 1,2% que anotó el IPC de enero, ahora se espera que en febrero fluctué entre 0,6% y 1% superando el 8% en doce meses.
Este escenario inflacionario puede incluso ser aún mayor dado los primeros efectos que la guerra entre Rusia y Ucrania puede provocar en productos como el petróleo y su impacto en el precio de las bencinas y en el pan, por el alza en el trigo. Y si bien los economistas esperan que esto se pueda ver reflejado en los registros de marzo, abril y mayo, recomiendan al Banco Central no alterar la trayectoria prevista para la tasa de interés previo a que explotara este conflicto.
Esto porque en el escenario base es esperable que existan registros inflacionarios de corto plazo elevados, lo que podría llevar a una sobrerreacción lo que, a su vez, llevaría a un “frenazo” o una recesión en la economía hacia 2023, considerando las débiles perspectivas que ya hay para la actividad, lo que se suma los efectos en la economía global, y por ende en la chilena, del conflicto en Europa oriental.
Con todos estos ingredientes sobre la mesa, los expertos mantienen su visión de que la tasa de interés debería llegar a un nivel de entre 7,5% a 8,5% en junio, superando la trayectoria que el BC fijó en el último Informe de Política Monetaria de diciembre y tal como lo delineó la presidenta del BC, Rosanna Costa, en una entrevista con Pulso. No obstante, luego de llegar a ese nivel recomiendan realizar una pausa por varios meses para esperar cómo evolucionan los precios y la actividad.
En ese sentido, los expertos coinciden en que, en la próxima reunión de fines de marzo, el ente rector deberá subir de manera agresiva la tasa de interés entre 150 a 200 puntos base llevándola a un rango entre 7% y 7,5%.
“Dado el marcado desanclaje de expectativas a dos años plazo que recoge el mercado, prevemos una acción más agresiva del Banco Central en su próxima reunión de política monetaria a fin de mes. A pesar de que en lo último las mayores perspectivas de inflación responden a factores de oferta, el que a dos años plazo las expectativas estén tan desalineadas de la meta de 3% incomodaría de sobremanera al Banco Central”, sostiene el economista jefe de BCI, Sergio Lehmann.
Ricardo Consiglio, economista jefe de Zurich AGF argumenta que “considerando que la naturaleza del shock sobre la inflación viene por el lado de la oferta, estimamos que el BC mantendría por ahora su trayectoria de política monetaria”. Sin embargo, añade que “cambios en las expectativas de inflación podrían acelerar el proceso o bien tener tasas más altas en el corto plazo. Bajo este escenario, la incertidumbre respecto de la duración y mayores complicaciones que podría traer el conflicto son aún desconocidas, por lo que deberá ser cuidadoso en las futuras decisiones de política ya que en caso contrario podrían generarse efectos económicos no deseados”.
Mientras que Patricio Rojas, economista de Rojas y Asociados enfatiza que “el BC tenía un proceso de alza de tasas contemplado antes que estallara la crisis en Ucrania, por lo que reaccionar a las señales adicionales que pueda generar en la inflación las alzas en el precio del petróleo o de los granos no es recomendable”. Para Rojas, el BC tiene que terminar su proceso de alza se tasas y luego darse un tiempo para ver sus efectos. “El alza de tasas se demora tres o cuatro trimestres en tener efectos y no porque vamos a tener una inflación mayor por el shock que estamos en el petróleo o los granos, el BC tiene que responder subiendo tasas”.
Para el economista, el ente rector tiene que calibrar bien su dosis de política monetaria, porque si sube mucho más allá la tasa puede generar una desaceleración más pronunciada en 2023, lo que podría llevar a una situación de bajo crecimiento o recesión en 2023.
Carolina Grünwald, economista jefa de Banchile acota que “en nuestro escenario base actual tenemos que la TPM registraría un aumento de 150 puntos base en marzo y otro 125 punto en mayo llegando a 8,25%, superando el límite superior del último corredor de TPM”.
Un giro a la baja más rápido
Hasta ahí el escenario está delineado. Sin embargo, hacia la segunda parte del año las mayores complicaciones podrían aparecer con mayor nitidez, principalmente por una desaceleración más pronunciada lo que podría generar un giro en la política monetaria anticipando el inicio de bajas en la tasa de interés.
En Santander sostienen que “en el corto plazo, el conflicto ha incrementado los precios internacionales de los combustibles y los granos lo cual pondrá presión adicional a la inflación tanto en Chile como en el mundo.”. Sin embargo, a mediano plazo, subrayan que “está la posibilidad de una desaceleración global aguda, debido a la incertidumbre y las tensiones financieras, y el aumento del precio del petróleo. Las tensiones financieras, así como una desaceleración global incidirían en la actividad de nuestro país, introduciendo un importante sesgo a la baja a las estimaciones de crecimiento para este año”.
Más explícito es lo que señala el economista de EuroAmerica, Felipe Alarcón, quien en su escenario base espera un alza de 150 puntos base en marzo para luego llegar en junio a 8%”. Pero asevera que debido a los efectos en la actividad que puede generar la crisis en Ucrania, es probable que el inicio de bajas de tasas comience antes. “Nosotros teníamos contemplado que la reducción de la tasa de interés comenzara a fines de año de manera pausada, pero ahora podría ser antes y de manera abrupta”.
Esa misma visión es la que tiene Lehmann, quien acota que “hacia los últimos meses del año el BC debería comenzar a bajar rápidamente la tasa de interés, atendiendo a la desaceleración de la economía y bajas en inflación previstas para ese entonces”.
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