Estados Unidos reabrirá su embajada en Ucrania en breve, dijo su máximo diplomático el lunes, tras visitar Kiev junto al secretario de Defensa estadounidense, donde prometieron más ayuda militar, mientras Rusia advirtió contra armar a su enemigo y las batallas se intensificaban en el este.

Tanto el secretario de Estado, Antony Blinken, como el de Defensa, Lloyd Austin, dijeron que el hecho de haber podido viajar a la capital ucraniana era una prueba de la tenacidad para obligar a Moscú a abandonar el asalto a Kiev el mes pasado.

“Lo que han hecho ustedes al rechazar a los rusos en la batalla de Kiev es extraordinario e inspirador, francamente, para el resto del mundo”, dijo Austin al Presidente Volodymyr Zelensky en una reunión celebrada durante la noche, tras un viaje en tren desde Polonia. “Estamos aquí para apoyarlo en todo lo posible”.

Blinken alabó el éxito de Ucrania “al hacer retroceder esta horrible agresión rusa” y dijo en una reunión informativa de vuelta en Polonia que “en cuanto a los objetivos bélicos de Rusia, ésta ya ha fracasado y Ucrania ya ha triunfado”.

Por su parte, Austin afirmó que “queremos ver a Rusia debilitada hasta el punto de que no pueda hacer el tipo de cosas que ha hecho al invadir Ucrania”.

El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo a última hora del lunes que la crisis finalizará con un acuerdo, pero su contenido dependerá de la situación militar, y criticó a Kiev por solo imitar las negociaciones.

Más temprano, el embajador de Rusia en Washington dijo que Moscú mandó una nota diplomática exigiendo el cese de los envíos de armas de Estados Unidos a Ucrania.

En los dos meses de guerra han muerto o resultado heridos miles de personas, se han reducido a escombros pueblos y ciudades y más de cinco millones de personas han huido al extranjero, mientras se prolonga el mayor ataque a un Estado europeo desde 1945. Sin embargo, las fuerzas rusas se vieron obligadas a retirarse de las afueras de Kiev ante la dura resistencia ucraniana y aún no han capturado ninguna ciudad importante.

Funcionarios estadounidenses dijeron que Austin y Blinken prometieron nueva ayuda por valor de US$ 713 millones para Ucrania y otros países de la región. Los US$ 322 millones más de apoyo militar para Ucrania elevarían el total de aportes de seguridad de Estados Unidos desde la invasión a unos US$ 3.700 millones, dijo un funcionario.

El Presidente ruso, Vladimir Putin, atacó el lunes a Occidente, diciendo que no logró dividir a la sociedad rusa y lo acusó de incitar a Kiev a planear ataques contra periodistas rusos, en comentarios desestimados por el servicio de seguridad de Ucrania.

Mientras tanto, Moscú intentaba interrumpir el suministro de armas a Ucrania por parte de sus aliados bombardeando su infraestructura ferroviaria, dijo el mando militar ucraniano en un post de Facebook el lunes.

El Ministerio de Defensa de Rusia dijo más tarde que sus misiles destruyeron seis instalaciones para cargar los ferrocarriles que se usan para entregar armas extranjeras a las fuerzas ucranianas en la región oriental de Donbás.

Cinco estaciones de trenes fueron atacadas el lunes en el oeste y el centro de Ucrania y una persona murió, dijo la televisión ucraniana citando a la empresa estatal de ferrocarriles.

Dos personas resultaron heridas en el bombardeo de una aldea en la región rusa de Belgorod, fronteriza con Ucrania, dijo el gobernador regional el lunes por la noche.

Reuters no pudo verificar de forma independiente los informes de ataques a la infraestructura ferroviaria.

Rusia ha negado de manera sistemática su intención de derrocar al gobierno de Ucrania. Los países occidentales dicen que ese era su objetivo desde el principio, pero que fracasó ante la resistencia ucraniana.

Putin ha dicho que inició una “operación militar especial” el 24 de febrero porque Estados Unidos estaba usando a Ucrania para amenazar a Rusia, y para proteger a los rusoparlantes en Ucrania. Kiev y sus aliados rechazan las afirmaciones como pretextos para una invasión.

La normalidad vuelve a Kiev

Hace unas semanas, Kiev era una ciudad en primera línea de fuego bajo toque de queda y bombardeos, con decenas de miles de tropas rusas concentradas en su periferia norte y los residentes refugiándose de la artillería en sus estaciones de metro.

Hoy, las tropas rusas más cercanas están a cientos de kilómetros, la vida normal está volviendo a la capital, los líderes occidentales la han estado visitando y los países están reabriendo sus embajadas.

Blinken dijo que los diplomáticos estadounidenses volverán primero a la ciudad occidental de Lviv y deberían estar de vuelta en Kiev en unas semanas. La Casa Blanca anunció que el presidente Joe Biden nombró a Bridget Brink, actual embajadora en Eslovaquia, como nueva enviada a Kiev. El puesto ha estado vacante durante casi tres años.

Pero lejos de la capital, la guerra continúa en el este y el sur de Ucrania, donde Rusia lanzó la semana pasada una ofensiva masiva.

Las fuerzas rusas continuaron el lunes atacando la gran planta siderúrgica Azovstal en Mariupol, donde los combatientes se refugiaron en una ciudad devastada por un asedio y bombardeos, dijo el asesor presidencial ucraniano Oleksiy Arestovych.

Moscú dijo que estaba abriendo un corredor humanitario para dejar salir a los civiles de la planta, pero Kiev dijo que no se había llegado a ningún acuerdo y pidió ayuda a las Naciones Unidas para arribar a uno como “iniciador y garante”.

El Ministerio de Defensa de Rusia dijo que Ucrania había socavado los esfuerzos de evacuación y que nadie había salido de la acería a través de los corredores humanitarios el lunes.

El embajador adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitry Polyanskiy, dijo a los periodistas que un alto el fuego no era una buena opción y solo permitiría que las fuerzas ucranianas se reagruparan, aunque no fuera su decisión.

El Estado Mayor de Ucrania también informó sobre el bombardeo ruso de su segunda ciudad más grande, Kharkiv, en el noreste, así como de pueblos y aldeas en el sur, pero dijo que los ataques a tres asentamientos fueron repelidos.

Rusia estaba investigando la causa de un gran incendio que estalló en las primeras horas de la mañana en una instalación de almacenamiento de petróleo en la ciudad de Bryansk, 54 km al noreste de la frontera con Ucrania.

Ninguno de los bandos vinculó públicamente el incendio con la guerra.

Hablando en Moscú a los principales fiscales de Rusia, Putin acusó a Occidente de incitar a Ucrania a planear ataques contra periodistas rusos, y que uno de esos intentos fue frustrado por el Servicio Federal de Seguridad (FSB).

El FSB dijo que había arrestado a un grupo que planeaba matar al presentador de programas de televisión Vladimir Solovyev, una de las voces más destacadas en apoyo de la invasión, a instancias del Servicio de Seguridad del Estado de Ucrania (SBU).

El SBU desestimó las acusaciones como fantasías inventadas por Moscú.