En lo que podría ser un giro importante de la política exterior de Estados Unidos sobre la guerra en Gaza, Washington inició las negociaciones para presentar ante el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) una resolución que propone un alto al fuego temporal “tan pronto como sea posible”, además de advertir a Israel de que no invada la zona sur de la Franja de Gaza en la que se encuentra la mayoría de la población desplazada por la embestida militar, se lee en un borrador al que numerosos medios internacionales tuvieron acceso.
La postura significa un cambio relevante en la previa posición de Estados Unidos frente a respuesta israelí al ataque de Hamas, el 7 de octubre de 2023. De hecho, es la primera vez que el país –que ya se había opuesto pública y sistemáticamente a previas peticiones de alto al fuego presentadas en la ONU, posicionándose de forma irrestricta de lado israelí– hace mención explícita del término “alto al fuego”.
De todos modos, la propuesta viene acompañada de varias cláusulas que ambos bandos deben cumplir, como lo son la entrega de todos los rehenes en manos de Hamas, por un lado, y el término del bloqueo que deniega –o, en el mejor de los casos, limita– la entrada de ayuda humanitaria internacional a la Franja de Gaza.
La propuesta estadounidense se cruzó temporalmente con otra petición de cese el fuego de manera inmediata levantada hace más de dos semanas por Argelia, actual miembro árabe del Consejo de Seguridad. Y, tal como ya había anunciado el domingo la embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, este martes, el país norteamericano vetó por tercera vez la petición de un cese total de las hostilidades.
Pese a que trece miembros del Consejo de Seguridad de la ONU votaron a favor del texto redactado por Argelia, con Reino Unido absteniéndose, EE.UU. lo vetó argumentando que se debía incluir la liberación inmediata de los rehenes, tal como propone el nuevo documento.
“Exigir un alto el fuego inmediato e incondicional sin un acuerdo que obligue a Hamás a liberar a los rehenes no traerá consigo una paz duradera. Por el contrario, podría prolongar los enfrentamientos entre Hamás e Israel”, señaló Thomas-Greenfield previo a la votación.
Autoridades gazatíes cifran en al menos 29.000 las personas asesinadas en el enclave producto de la ofensiva terrestre y aérea de Israel, sin distinguir entre civiles y combatientes. Muchas de ellas son mujeres y niños, donde un reciente informe de Global Nutrition Cluster, una asociación de ayuda liderada por UNICEF, reveló que uno de cada seis niños en Gaza padece de malnutrición aguda y que más del 90% de los niños menores de 5 años de Gaza comen dos o menos grupos de alimentos al día, consignó The Associated Press. El embate israelí se dio como respuesta al secuestro de 253 personas en octubre pasado, así como 1.139 víctimas fatales.
La propuesta estadounidense
En el borrador, Washington plantea que el Consejo de Seguridad debe subrayar “su apoyo a un alto el fuego temporal en Gaza tan pronto como sea posible, basado en la fórmula de que todos los rehenes sean liberados”, al mismo tiempo que se levanten “todas las barreras a la provisión de ayuda humanitaria a escala”.
Un detalle importante es que, si bien es posible inferir a quién se hace alusión, no se menciona específicamente ni el papel ni la responsabilidad de Israel en la situación actual, pero el documento sí inicia con una condena a Hamas por lo ocurrido el 7 de octubre pasado al acusarlos de la “toma y asesinato de rehenes, asesinatos y violencia sexual, incluidas violaciones”. Previamente, la misión estadounidense se había quejado de que en resoluciones anteriores del Consejo de Seguridad se había omitido el culpabilizar de manera explícita a Hamas, recordó The Guardian.
Hasta ahora, Washington se había mostrado reacia al concepto “alto al fuego” en cualquier medida de la ONU en el contexto de la guerra entre Israel y Hamas, pero, según Reuters, el texto que entrará en pronta negociación hace eco del lenguaje que el Presidente de EE.UU., Joe Biden, dijo haber utilizado la semana pasada, durante conversaciones con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.
Otro apartado del documento hace alusión a la ofensiva que Israel planea llevar adelante en Rafah, lugar al que han huido gran parte de los desplazados. Estimaciones de Al Jazeera cifran en más de 1,4 millones de los 2,3 millones de palestinos de Gaza los que se han movilizado forzosamente hacia la ciudad que limita con Egipto. Del total, la mitad se hacina en refugios temporales y campamentos de tiendas de campaña, aseguró The New York Times.
Según Israel, Rafah es uno de los bastiones en los que se refugia el brazo militar de Hamas, pero desde Estados Unidos advierten en su propuesta de resolución que una incursión en el lugar “tendría graves consecuencias para la paz y la seguridad regionales”. Y continúa: “El Consejo de Seguridad debería subrayar que una ofensiva terrestre de tal envergadura no debería llevarse a cabo, dadas las circunstancias actuales”.
Sin embargo, la preocupación estadounidense no se limita a la población civil de Gaza, sino que también incluye la estabilidad de la región, donde Egipto, que colinda con Rafah, se ha negado a aceptar que los palestinos huyan a su territorio por temor a que los allegados supongan una amenaza a la seguridad nacional.
Un funcionario estadounidense bajo condición de anonimato dijo al periódico neoyorquino que el uso del término “alto el fuego” en el nuevo proyecto de resolución era una primicia para su nación, y que iba en la misma línea que los esfuerzos de la administración Biden para negociar un acuerdo.
La semana pasada, El Cairo, capital egipcia, fue el escenario de conversaciones entre funcionarios de distintos países, incluidos de Israel y Estados Unidos, donde no se llegó a buen puerto. De hecho, Netanyahu retiró a sus negociadores y señaló que Hamás era culpable del derrumbe en las tratativas, ya que pedían exigencias “ridículas”.
Este lunes, un alto funcionario de la administración estadounidense dijo a Reuters que Estados Unidos “no tiene previsto precipitarse” en la votación del documento, y pretende tomarse un periodo prudente de negociaciones, ya que la aprobación en el Consejo de Seguridad no es sencilla. Esta requiere de al menos nueve votos a favor, y ningún veto de Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Rusia o China. De hecho, el propio país norteamericano ha sido el único miembro del Consejo que en dos ocasiones ha votado en contra de resoluciones que piden un alto el fuego.
La inclusión del término “alto el fuego” en la propuesta de resolución ha sido destacada por expertos, medios y periodistas. Richard Gowan, por ejemplo, director del International Crisis Group para la ONU, escribió en X, antes conocido como Twitter: “Sospecho que Israel se preocupará mucho más por este proyecto de resolución de la (misión de EE.UU. ante la ONU) que por las exigencias más fuertes o ruidosas de otros miembros de la ONU”.
James Bays, redactor diplomático de Al Jazeera que informa desde la sede de la ONU en Nueva York, señaló que el documento muestra un cambio significativo en el lenguaje. “Por primera vez, Estados Unidos propone la palabra alto el fuego. Eso es significativo porque Israel no quería la palabra alto el fuego en ninguna resolución, y ahora es EE.UU. quien la propone”, aseveró.
“El borrador de EE.UU. plantea ahora la idea de un alto el fuego, pero no dice que deba haber uno de inmediato, (...) por lo que esto puede no ser aceptable para los rusos”, añadió, refiriéndose a que tanto Estados Unidos como Rusia tienen poder de veto, en una dinámica que suele mantener paralizada a la instancia cuando los intereses de ambas naciones chocan. “Algo ha cambiado claramente en Washington en las últimas 24 horas. Han decidido ser más duros con Israel”, cerró Bays.
Para el medio The Times of Israel, la decisión estadounidense parece ser “el resultado de la creciente presión de la comunidad internacional para actuar de forma más agresiva para poner fin a los combates”. Pero destacan que “la insistencia de Washington en la resolución de que el alto el fuego sea solo temporal, pone de relieve que sigue respaldando el objetivo general de Israel de desmantelar Hamás”.
Chile y Fuentes ante la CIJ
Por otro lado, este martes, la exsubsecretaria de Relaciones Exteriores de Chile, Ximena Fuentes, expuso ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, para mostrar la posición de Chile ante la situación de Gaza, donde argumentó que “Israel ha demostrado su intención de controlar indefinidamente el territorio palestino ocupado”.
En una exposición de 32 minutos, la exsubsecretaria estableció que el país defendía la idea de la “autodeterminación del pueblo palestino”, recordando que, en 2011, bajo la administración del expresidente Sebastián Piñera, Chile reconoció a Palestina como un Estado libre, independiente y soberano.
“Es nuestra posición que la Corte pueda dar una opinión que pueda ayudar al fortalecimiento de relaciones pacíficas entre Israel y Palestina, al clarificar la aplicación de la ley internacional y las consecuencias legales que derivan de las violaciones de esas reglas”, señaló al respecto.
También postuló que, en virtud de las acciones de Israel, “incluida la explotación de recursos naturales, las políticas de asentamientos, la construcción del muro, la legalización de puestos de avanzada, entre otras, Israel ha demostrado su intención de controlar indefinidamente el territorio palestino ocupado”.
Si bien Fuentes aseguró que el país condenó “desde el día uno” el ataque de Hamas en tierras israelíes, también calificó de “ilegal” la ocupación de territorios palestinos. Chile “inequívocamente condena acciones terroristas”, argumentó en referencia a Hamas, añadiendo que “desde el día uno ha exigido la liberación inmediata de los rehenes”.
La posición, que se convierte en una del Estado chileno, fue celebrada por la Comunidad Palestina de Chile, quien señaló en un comunicado que se honran “en expresar su profundo agradecimiento y reconocimiento” por “la firme y valiente postura presentada ante la CIJ”.
Para la comunidad –la más grande de palestinos fuera de Medio Oriente–, la exposición de Fuentes “refleja no solo un compromiso inquebrantable con los principios del derecho internacional y la justicia, sino también una solidaridad indiscutible con el pueblo palestino y el fin de la ocupación ilegal de sus territorios”.