Tras un breve período de reducción de los casos Covid-19, a partir del 11 de mayo la Región Metropolitana comenzó a registrar, nuevamente, variaciones al alza. Desde Salud ya han reconocido que el aumento ha estado impulsado, principalmente, por el efecto del desconfinamiento en algunas comunas. Y el ejemplo es claro en el primer bloque de municipios que avanzaron a Transición, como Alhué, Independencia, Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea y Providencia, que registran un alza del 61% en sus casos activos.
Y mientras se elevan los casos, la red asistencial ya empieza a dar cuenta de esta alza en el primer filtro de atención: las urgencias. Acorde a los datos de atenciones publicados por el Departamento de Estadísticas e Información en Salud (DEIS), si en la semana del 3 al 9 de mayo se atendieron 16.373 casos sospechosos de Covid-19 en el sistema público, a la semana siguiente la cantidad de consultas se elevó a 17.567.
De hecho, y durante su exposición en la Comisión de Salud en la Cámara de Diputados por el Pase de Movilidad, el ministro de Salud, Enrique Paris, aseveró que “varias regiones de Chile van a la baja. El tema es que la Región Metropolitana (por su cantidad de habitantes) aún es muy preponderante e influye en las cifras”.
Efecto “celebraciones” y jóvenes no vacunados
El último miércoles, el Hospital del Salvador acusó la variación de los contagios con un fuerte aumento de los pacientes que se agolparon solicitando atención en su unidad de urgencia.
Además, el director de la Urgencia de Clínica Indisa, Leonardo Ristori, señaló que esta tendencia, principalmente en las últimas dos semanas, también se ha reflejado en el prestador privado. “Hemos notado un aumento, tanto el lunes como el día martes tuvimos esperas largas, hasta de cuatro horas, tanto en la urgencia respiratoria como no respiratoria. Como nosotros tratamos de mantener separados los espacios por el Covid-19, reubicamos a algunos pacientes incluso en el sector de consultas”, relata.
Las razones, explica Ristori, estarían asociadas al aumento de movilidad en la capital. “Si tomamos en cuenta los 14 días de incubación y nos vamos hacia atrás, quedaríamos en la fecha del Día de la Madre, con los primeros desconfinamientos. Para las próximas dos semanas, la verdad es que la situación se ve complicada. Yo creo que vamos a mantener esta sensación de dificultad asistencial que hemos constatado en estos últimos cuatro o cinco días, pero esperamos que no se extienda más allá de dos semanas. Esperamos que no más que eso”, proyecta.
El académico de la Usach Claudio Castillo agregó que “estamos viendo un efecto rebote a partir de la flexibilización de una serie de medidas. En el caso de Santiago, lo estamos viendo con mayor fuerza por este desconfinamiento apresurado, y es donde se hace más evidente el rebrote en términos de hospitalizaciones, principalmente en menores de 39 años”. Sobre posibles detonantes, coincide en la teoría de Ristori: “Yo creo que hay un efecto de actividades y reuniones sociales producto del Día de la Madre, pero también de la comunicación del riesgo. Las personas vacunadas con las dos dosis, estando asintomáticas, de igual forma pueden contagiar el virus, y la evidencia está demostrando que no se pueden relajar las medidas al interior, como el uso de mascarilla”.
En la red pública, el director del Hospital El Carmen de Maipú, Juan Kehr, señala que en particular la urgencia, durante los últimos cuatro días, “ha estado altamente demandada, en el orden de 100 pacientes hospitalizados, de los cuales 40 de ellos son pacientes Covid-19. Esta situación de alta demanda no la habíamos visto en las últimas semanas”.
Kehr asegura que actualmente cuentan con una ocupación del 92%, con camas aún disponibles y ventiladores mecánicos dispuestos en la urgencia si es que así se requiere.
Más al oriente de la capital, una situación similar se registra en la Clínica Universidad de los Andes. El jefe de la unidad de Urgencia, Carlos Rivera, relata que “en las últimas semanas hemos visto un aumento de 25% de consulta general, por todo tipo de patologías, y de un 50% por Covid”.
Y una marcada diferencia con la primera ola es el rango de edad de los pacientes, además de los cuadros de mayor o menor gravedad que presentan. “La mayoría de los pacientes Covid, si bien no son críticos, sí han requerido tratamiento. La mayoría de ellos son más jóvenes que en la primera ola, no han recibido la vacuna, han sido contacto estrecho o tienen comorbilidades (obesidad, diabéticos, con patología pulmonar crónica u oncológicos). Eso sí, también ha habido personas sanas y llama la atención el desconocimiento total de las condiciones de riesgo”, revela.
Rivera, aprovechando que es el turno de la población que hoy está enfermando por el virus, hace un llamado a vacunarse “para lograr reducir las cifras, que se facilite el poder acudir a los vacunatorios y siempre mantener las medidas de protección, notificar precozmente al tener síntomas y avisar a los contactos estrechos. De lo contrario, no se podrá controlar la pandemia a corto plazo, que es lo que todos esperamos”.
En la Red UC Christus la demanda ha sido un poco más equilibrada entre pacientes Covid-19 y de otras patologías según da cuenta el jefe de Red de Urgencia, Pablo Aguilera. “La demanda por ambos tipos de paciente (Covid y no Covid) ha hecho que los sistemas de salud estén bastante estresados. Y en la Red UC Christus esto no ha sido excepción. En los últimos cinco días ha aumentado la consulta, pero por sobre todo la patología no Covid. Se ha generado un estrés mayor en todas partes. Hemos intentado funcionar a todo motor, dar cobertura, pero los tiempos de espera se han elevado, hemos tenido pacientes hospitalizados en urgencia por varias horas. Más que nunca hay que hacer el llamado a que si bien se han liberado ciertas cosas, desde el punto de vista sanitario esto no ha pasado y los sistemas sanitarios están colapsados, demasiado al límite para tener un funcionamiento habitual”, remata.