El adiós de César Barros a la Bolsa de Productos
Tras 15 años como presidente de la entidad, el ex La Polar da un paso al lado. Ya cumplió un ciclo que se entremezcla con las intenciones de la Bolsa Electrónica de asumir un papel más protagónico en su gestión. Su sucesor será justamente su titular, Fernando Cañas. Barros asegura que se va conforme: la bolsa se construyó de la nada, y hoy se va con una institución que incluso permite que las AFP inviertan en facturas.
“Da pena dejarlo. Estuve en esto desde que partió, prácticamente solo y ha sido súper bonito todo lo que se ha hecho con la Bolsa, estoy muy conforme”. César Barros resume así su transitar por la Bolsa de Productos. En 2005, año de su fundación, asumió su presidencia y no se fue nunca más…hasta hoy. Este jueves dejó la institución. “Llevo mucho tiempo en esto, y era el minuto de salir, ahora que la Bolsa ya está consolidada; estaba bueno ya, uno no puede pretender eternizarse”, asegura.
El ex presidente de La Polar asumió formalmente en la bolsa en 2005, sin embargo, comenzó a trabajar en su desarrollo en 1994. Él cuenta que, en ese momento, Tattersall lo llamó para que los ayudara a comprender e intentar modificar una normativa que –señala- “no servía para nada”.
“Era una ley para transar porotos, lentejas y hubo una larga discusión para cambiarla”. La primera modificación se dio bajo la administración de Ricardo Lagos en 2004, donde se logró dar un cariz más financiero; luego, en el primer período de Michelle Bachelet se incorporaron las facturas, y después, bajo el segundo mandato de Sebastián Piñera, se ampliaron los productos que podían participar: todo lo que no fueran bonos, acciones y monedas quedaba bajo la tutela de la Bolsa de Producto.
El miércoles se alcanzó el último gran éxito; algo que –según Barros- venían persiguiendo hace rato: que los Fondos de Pensiones pudieran invertir en facturas. Esta semana, el Banco Central los reconoció como parte del Mercado Secundario Formal Nacional, abriendo esa posibilidad. “Esta situación les permite a las AFP validarse como financistas del mundo real, no de los grandes bancos y empresas. Y no dejar este mercado en mano sólo de los factoring”, enfatiza Barros.
Con todo, revela que llevaba un tiempo analizando su salida, lo que se conjugó con conversaciones con la Bolsa Electrónica que había mostrado interés en entrar más fuerte en su homólogo de Productos. Hoy, la Bolsa Electrónica tiene del orden de 15% de su propiedad. “Ellos querían explorar las posibles sinergias que podían haber. Esta era una conversación que venía hace tiempo, de que la Bolsa Electrónica tomara un rol más activo y por eso estimo que ellos tienen que tomar la batuta de esta nueva etapa”.
Tal es así, que en reemplazo de Barros fue nombrado justamente Fernando Cañas, actual presidente de la Bolsa Electrónica. “Esto es bien significativo. Fernando fue presidente y ejecutivo del Banco de Chile, presidente de CLC, fue ex presidente de Transbank, entonces ha tenido una trayectoria no menor dentro del mundo financiero, muy superior a la mía, y me imagino que eso es una experiencia nueva que va a poder aportar al desarrollo de la Bolsa”, subraya.
La interacción entre bolsas se ha ido dando de manera natural, cuenta Barros, de hecho, ambas operan en la misma parte, en el mismo piso, y fue la Bolsa Electrónica la que le dio a la Bolsa de Productos la plataforma de sistemas para iniciar su operación hace ya más de 15 años.
A juicio de Barros hoy hay múltiples sinergias que podrían darse entre ambas: administrativas, de costos, de personal, pero también como plataforma para que otras instituciones –además de las AFP- puedan operar ahora que son parte del mercado secundario formal, tales como los fondos extranjeros. “Para la Bolsa Electrónica esto es importante, porque no es fuerte en acciones ni en bonos, y acá tiene la posibilidad de entrar en un campo de actividad completamente nuevo”, dice Barros.
Hoy, el ex presidente de La Polar espera que la bolsa continúe con el mismo grado de progreso; “que puedan incorporar a las AFP a la compra y transacción de facturas, junto con ir sumando más productos. El camino está abierto para que eso pueda ir ocurriendo”.
Barros confidencia que le ofrecieron seguir como director o, en su defecto, como asesor. Él optó por salir completamente.
“Fueron muy amables en pedírmelo, pero en definitiva no, preferí seguir con mis actividades”. Hoy, lo que más tiempo le demanda son sus asesorías, además de estar en varios directorios; su pasión, no obstante, sigue por la senda de resolver conflictos. Ya lo vivió con los salmoneros, con La Polar, con la Clínica Las Condes y ahora, con el conflicto entre Colbún y los regantes de María Pinto y Curacaví. “Ya la especialidad de uno es agarrar a personas que están peleadas y en conflicto y poder llevarlas a una conclusión razonable”, concluye.
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