Un gobierno que defienda la Convención Constitucional. Esa postura asumirá el Presidente electo Gabriel Boric en la relación que, a partir del 11 de marzo, entablará con el organismo encargado de proponer una nueva Carta Magna. En su caso, liderar desde La Moneda la última fase del proceso constituyente será el broche de oro de un tema en el cual el futuro Mandatario se ha jugado su capital político.
Para nadie es un misterio que el 15 de noviembre de 2019 Boric forjó su liderazgo político al asumir los costos de no respetar la decisión institucional de su partido -Convergencia Social- y firmar a título personal el Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución. Desde ese momento, el diputado y futuro mandatario ha sido enfático en su respaldo y apoyo, desde el Congreso o desde su tribuna como candidato presidencial, el trabajo que está realizando la Convención Constitucional.
A diferencia de José Antonio Kast, para Boric los vínculos con la Convención son amplios y van desde un gran número de convencionales, hasta la actual mesa directiva. El Frente Amplio (FA) controla el sector mayoritario del organismo. La influencia asciende si se suman los convencionales del Partido Comunista (PC) y a los del Partido Socialista (PS), con lo cual se elevan a 43 los escaños en control, de un total de 155.
De hecho, convencionales del sector reconocen que la relación con Boric es bastante cercana y fluida. Al momento de identificar a los actores principales, el primer nombre que salta es el del vicepresidente Jaime Bassa. La cercanía entre ambos no es novedad.
El abogado constitucionalista lo dejó ver, de manera explícita, cuando, por ejemplo, la noche del 21 de noviembre, al cierre de la primera vuelta, tuiteó lo siguiente: “Estos resultados nos invitan a avanzar juntos en el camino del Apruebo y la nueva Constitución. Debemos convocar a todos los sectores democráticos para construir en colaboración, con humildad y sin exclusiones. Desde ya me pongo a tu disposición, Gabriel Boric. Seguimos”. Bassa incluso se sumó al trabajo en terreno, los fines de semana, haciendo puerta a puerta por el candidato.
Respeto a la autonomía
En el entorno de Boric repiten que una de las definiciones que ya existen es que, junto con defender el proceso constituyente, el futuro gobierno del pacto Apruebo Dignidad va a respetar la autonomía de la Convención.
Las pistas más evidentes de ello están en el programa de gobierno. Conocedores de ese proceso aseguran que, durante su elaboración, se optó por dejar de manera explícita que, en determinadas propuestas, se tendrá especial respeto por lo que defina la Convención en el texto que presente al país para ser plebiscitado.
Así se puede apreciar en el capítulo sobre “agua y escasez hídrica”, donde se pueden leer frases como “nuestro programa quiere establecer condiciones que materialicen el agua como bien nacional de uso público, bien común o bien colectivo, según lo establezca la Convención Constitucional”.
El respeto a la autonomía es visto en su equipo como una contraposición a la postura que ha tomado La Moneda. Desde el FA dicen que el Presidente Sebastián Piñera ha comentado, de manera innecesaria, el trabajo de la Convención. Para ejemplificarlo recuerdan cuando el Mandatario criticó el reglamento y la supuesta no incorporación del derecho a la libertad de enseñanza en los contenidos a discutir en el debate de fondo de la nueva Carta Magna.
Todo este enfoque fue confirmado por el propio Boric en el discurso que dio luego de su triunfo. “Sépanlo, vamos a defender el proceso constituyente al que tanto nos costó llegar. Por primera vez en nuestra historia estamos escribiendo una Constitución de forma democrática, paritaria, con participación de los pueblos originarios. Cuidemos entre todos este proceso para tener una Carta Magna que sea de encuentro y no de división”, aseguró Boric ante un mar de gente que se reunió en el centro de Santiago para celebrarlo.
Boric y la posible apuesta por Alvez
Entre los convencionales ya estaba instalada la idea de que la conformación de una nueva mesa estaría determinada por cuál de los dos candidatos lograba consagrarse hoy como el nuevo Presidente de Chile. Con este resultado todo apunta a que no será necesaria una mesa especialmente dura en términos políticos.
Esa era la opción que se manejaba en el caso de que Kast llegara a La Moneda, sobre todo porque algunos sectores resienten falta de habilidad política de la actual presidenta Elisa Loncón. Muchos de sus pares, si bien valoran y reconocen el aporte simbólico y la exposición mundial que ha logrado, coinciden que en las pugnas políticas más rudas su desempeño ha sido deficiente.
Con Boric como Presidente la presión sobre este asunto baja, pero suma un nuevo ingrediente. Los convencionales de derecha, pese a que son minoría, van a exigir que la nueva mesa pueda dar garantías de autonomía frente al futuro gobierno. De hecho, en otros sectores del organismo, como por ejemplo el PC o el PS, es probable que traten de buscar figuras fuera del FA. Por su parte, los frenteamplistas podrían inclinarse por Amaya Álvez (50, Revolución Democrática) como candidata.
Los tres nudos principales
El gobierno del actual diputado magallánico, dicen algunos convencionales, tendrá tres nudos principales que abordar. El primero es el tema de los plazos. Pese a que el cronograma fija que la Convención dura hasta abril y ya hay acuerdo en prorrogarlo hasta julio, hay dudas sobre si se logrará cumplir la labor en los meses que restan.
En el caso de requerirse más tiempo de los posibles 12 meses, Boric podría enviar un mensaje al Congreso para tramitar una reforma constitucional que extienda una vez más la duración del proceso constituyente. Sin embargo, casi todos dan por descontada esta opción, ya que la correlación de fuerzas del futuro Congreso no permitiría aprobarla. Por eso, todos los esfuerzos irán orientados a cumplir el plazo, incluso si eso significa sacrificar semanas territoriales.
El segundo nudo es similar y se enmarca en el plebiscito dirimente. Esta opción quedó aprobada en el reglamento del organismo, pero necesita de una reforma constitucional que lo haga factible. Boric podría jugársela por apoyar esto en el Congreso, pero se topará con una barrera, tanto en la Cámara como en el Senado, que estará empatado entre oficialismo y oposición.
El último aspecto relevante, afirman en la Convención, será el trabajo de transición constitucional. De aprobarse la propuesta de nueva Constitución, todo el ordenamiento jurídico deberá ajustarse a las nuevas normas constitucionales. Esto implica una amplia red de leyes que eventualmente deberán reformarse. Este desafío recaerá principalmente en quien asuma la Secretaría General de la Presidencia.
Frente a estas materias, el entorno del presidente electo confía en que este llevará adelante una activa y transversal agenda legislativa para realizar las adecuaciones normativas necesarias. En este punto, los convencionales del FA aseguran que no será un problema, ya que cuentan con buenos “cuadros técnicos” para realizar estas gestiones.
Dos veces por el Apruebo
Boric hizo campaña activa por el Apruebo y, lo más probable, es que mantenga su apoyo en el plebiscito de salida que le tocará acompañar desde La Moneda. Por eso para los convencionales de izquierda es un alivio que sea el diputado frenteamplista quien tenga que dar cierre a la última fase del proceso constituyente.
La convencional del FA Constanza Schönhaut -compañera de militancia de Boric en CS- considera que en este punto radica la relevancia de que haya sido el parlamentario magallánico quien lograra imponerse en el balotaje. “Con Gabriel tenemos la tranquilidad del pleno respeto a la autonomía y a los resultados del trabajo de la Convención. Él fue uno de los impulsores del acuerdo del 15 de noviembre, demostrando su profundo compromiso con la democracia y con un proceso constituyente que pudiera encauzar las demandas de la ciudadanía movilizada a lo largo de Chile. Tenemos el desafío de entregar una Constitución que sea coherente con ello y no cabe duda que Gabriel será uno de los grandes defensores de este proceso”, dice Schönhaut.
Desde la vereda contraria, la convencional independiente cercana al Partido Republicano, Ruth Hurtado, asegura que, pese a que su candidato perdió, estas elecciones presidenciales demostraron que la Convención debe empezar cuanto antes a “moderar” su actuar. Eso, dice Hurtado, debe traducirse en un “respeto irrestricto” a las reglas del juego estipuladas en la Constitución aún vigente y dejar de lado “los gustitos de la izquierda”, como indultar a imputados por delitos vinculados al estallido social o tratar de modificar los quórums de votación.
Dicho eso, la constituyente considera que durante todos estos meses la izquierda de la Convención ha dibujado lo que podría ser la futura presidencia del FA. “A mí lo que me preocupa es que esta tensión, este desorden, esta actitud de saltarse las normas constantemente vaya a ser una especie de anticipación de lo que podría ser el gobierno de Gabriel Boric, donde sus fuerzas no están alineadas, están tensionadas dentro de la Convención con el FA por un lado, al PC por el otro, tratando de ser protagonistas. Eso, en definitiva, lo que muestra es la poca gobernabilidad que va a entregarle al país”, comenta Hurtado a La Tercera.
Hasta antes de las votaciones de esta segunda vuelta, en el comando de Boric evitaban referirse a las primeras acciones que tomarían frente a la Convención una vez electos. La mayoría de sus representantes repetían que antes de pensar en eso había que ganar.
Con los resultados en la mano, ahora se echarán a andar las ideas más concretas. Una de ellas sería realizar cambios en la secretaría ejecutiva, que hoy lidera el abogado Matías Cox. La señal que se quiere dar, adelantan algunos cercanos a Boric, es que -a diferencia de lo que han criticado al gobierno de Piñera- la nueva administración no pondrá obstáculos al trabajo de los constituyentes.