Cuando declaró ante la fiscal Claudia Perivancich, el 17 de noviembre de 2020, en la causa que indaga presuntos crímenes de lesa humanidad ocurridos luego del estallido social del 18-O, el exministro del Interior Gonzalo Blumel adjuntó una serie de documentos sobre cómo se relacionó con las distintas autoridades de la época, en lo referido a consecuencias administrativas y jurídicas de las acciones policiales para el control de las manifestaciones y delitos en la vía pública. Y anexó, para esto, oficios remitidos a la Contraloría, el Instituto de Derechos Humanos (INDH), al Ministerio de Justicia, la PDI y Carabineros.
Fue con esta última institución con la que mantuvo más comunicaciones entre el 18 de octubre de 2019 y julio de 2020, cuando dejó la cartera de Interior. Fue en ese flujo de intercambio de información que Blumel recibió, el 3 de enero del año pasado, un informe reservado de parte del general director de Carabineros de la época, Mario Rozas.
El 29 de noviembre de 2019, tres días después de conocerse que una mujer había sufrido graves lesiones producto del impacto de una bomba lacrimógena en la cabeza, Blumel le pidió explicaciones oficiales a Carabineros para que le informaran cómo habían ocurrido los hechos y qué acciones internas se tomaron para determinar a los responsables del caso. Se trataba de Fabiola Campillai, uno de los casos que más repercusiones tuvo durante el estallido social y que acrecentó las críticas al actuar policial en las manifestaciones.
El general Rozas le contestó, por oficio reservado, 35 días después, entregando, hasta ahora, la única versión institucional de la policía respecto de las lesiones que sufrió Campillai, cuando iba camino a su trabajo.
En el escrito, Rozas detalla que “el día 26 de noviembre de 2019, a las 19.45 horas, la Central de Comunicaciones de Carabineros (Cenco) informó que en la Estación Cinco Pinos de la Red Tren Central, ubicada en la comuna de San Bernardo, se encontraba un número indeterminado de individuos instalando barricadas incendiarias en la línea férrea. Por tal motivo se constituyó en el lugar personal de la 14 y 62 comisarías, dependientes de la Prefectura del Maipo, advirtiendo, que en tal emplazamiento, había una treintena de sujetos encapuchados, quienes se encontraban instalando barricadas incendiarias sobre los rieles de la línea férrea, los cuales, al advertir la presencia de Carabineros, comenzaron a lanzarles objetos contundentes, además de ocupar las calles del sector Cinco Pinos, alterando el normal flujo peatonal y vehicular”.
Además, en el oficio -de número 37.282-, el jefe policial agregó que “en atención al persistente ataque hacia el personal de Carabineros y la urgencia de restablecer la fluidez del servicio ferroviario, personal hizo uso gradual de elementos disuasivos, consistentes en una granada de humo (puro) para, posteriormente, y al mantenerse la actitud hostil de los manifestantes, se hizo uso en forma progresiva y espaciada, de cuatro cartuchos lacrimógenos calibre 37 mm, con el objeto de disuadir a los atacantes”.
A pocos metros estaba Campillai, quien, según un informe del SML, sufrió lesiones que “hubieran resultado mortales de no mediar los socorros médicos oportunos y eficaces”. ¿Por qué le llegó la bomba? Rozas recordó que fue en el contexto del control de esas manifestaciones en la línea férrea que “el personal de Carabineros constituido en el lugar pudo advertir que desde la intersección de calle Fermín Vivaceta con pasaje Ángel Guido, aproximadamente a unos 50 metros de distancia de estos, individuos sacaron del lugar a una persona aparentemente lesionada. Debido al riesgo para la integridad física del personal policial, estos se retiraron del lugar utilizando dos cartuchos lacrimógenos calibre 37 mm”.
El parte y entrega de los policías en terreno
A las 21.00 de esa jornada, Carabineros controló la situación, según consta en el reporte de Rozas a Blumel, y 15 minutos después los policías se enteraron del estado de Campillai. “Personal de Carabineros de la 62 Comisaría de San Bernardo tomó conocimiento de que a las 21.15 horas, aproximadamente, ingresó al servicio de urgencia del Hospital Parroquial de San Bernardo la ciudadana Fabiola Andrea Campillai Rojas, 36 años (…) presentando una lesión en el rostro, siendo atendida por el médico de turno, el cual le diagnosticó ‘traumatismo facial con compromiso ocular bilateral provocado por un objeto contuso indeterminado, de carácter grave, fuera de riesgo vital’, según información proporcionada por el director del referido centro asistencial, Dr. Héctor Cabezas, siendo derivada posteriormente al Hospital Barros Luco”, explicó el general a Interior.
Además, informaron daños a vehículos policiales, mobiliario público y los 10 metros de reja de la línea del tren. Carabineros sostuvo que después de conocer lo que pasó con la mujer herida se hizo un reporte al Departamento de Operaciones Policiales de Carabineros, primero a las 21.50, luego a las 23.21 y finalmente de manera escrita a las 23.52. Antes, se le informó al fiscal de turno de San Bernardo, Christopher Morales.
Blumel pidió a Rozas el listado de los policías que estuvieron esa tarde en lugar. El general entregó nombre y apellido de 27 carabineros, 16 correspondientes la 14º Comisaría de San Bernardo y 11 de la 62º comisaría de la misma comuna. En el primer grupo estaba el nombre del capitán Patricio Maturana, el que finalmente fue formalizado por la Fiscalía Occidente por las lesiones que sufrió Campillai.