Jair Bolsonaro les dijo a los periodistas el domingo por la noche que había “superado las mentiras” de las encuestas y que sentía que ahora tenía una ventaja en la segunda vuelta. Y es que el mandatario de Brasil superó considerablemente las expectativas en las elecciones presidenciales, en las que múltiples sondeos previos habían situado al expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva muy por delante, con la posibilidad incluso de una victoria con mayoría absoluta en primera vuelta, y donde los márgenes se acercaban o superaban los dos dígitos.

Al final, Bolsonaro dio la sorpresa y se quedó apenas a cinco puntos porcentuales de Lula, por los que ambos se enfrentarán en una crucial segunda vuelta el 30 de octubre. El líder del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) estuvo cerca de conseguir la mayoría absoluta el domingo al recibir 48,4% de los votos válidos, mientras que Bolsonaro logró el 43,2%, según la autoridad electoral brasileña. El resto fue repartido entre los otros nueve candidatos.

En una conferencia de prensa en la noche del domingo, Bolsonaro dijo que los resultados “desmoralizaron a los institutos de investigación de una vez por todas”, pero evitó cuestionar la credibilidad de los resultados por medio de las urnas electrónicas.

Hasta el sábado pasado, las principales encuestadoras no podían precisar si habría o no una segunda vuelta en la elección presidencial. Lula fluctuó alrededor del 50% de los votos válidos en la mayoría de los sondeos nacionales a lo largo de la campaña, mientras que Bolsonaro rondaba el 30%.

Citadas por el diario O Globo, las directoras de Ipec y Datafolha, Márcia Cavallari y Luciana Chong, respectivamente, atribuyeron las diferencias en los resultados de sus encuestas electorales del sábado a la posible migración de votos de Ciro Gomes y Simone Tebet a Bolsonaro y a la tensa relación entre encuestadores y votantes conservadores, que puede derivar desde agresiones hasta un sesgo de no respuesta a la cuestionarios, lo cual es difícil de controlar. Además, Datafolha dice que Bolsonaro recibió el voto útil en el último minuto, según consigna Folha de Sao Paulo.

“Los institutos tendrán que irse al diván porque parece que no logran captar este movimiento de la derecha, sobre todo en el sudeste”, indicó a CNN el politólogo Renato Dolci al comentar esta diferencia.

“La investigación no es un pronóstico. Está ahí para evaluar el momento”, destacó el periodista Thomas Traumann. El columnista del diario O Globo, de la revista Veja y del sitio web Poder360 pronostica que el principal desafío de los institutos de investigación para la segunda vuelta será evaluar “de dónde salió este bolsonarismo oculto”.

“Hubo, sí, un voto avergonzado, o un voto que no se cristalizó para el Presidente Bolsonaro, que tal vez surgió del miedo a la victoria de Lula en la primera vuelta”.

Los institutos demoscópicos se equivocaron en las proyecciones, aun considerando el margen de error, sobre todo en relación a los votos por Bolsonaro.

La politóloga Nara Pavão, de la Universidad Federal de Pernambuco (UFPE), indicó a CNN que el contraste se explica por el “voto útil”, concepto que explica la situación en la que el elector vota estratégicamente por un candidato que no necesariamente es su primera opción.

Según la analista, las encuestas divergieron especialmente en relación a los porcentajes de voto de Bolsonaro y el líder del Partido Democrático Laborista, Ciro Gomes. A diferencia del actual jefe del Ejecutivo, Lula recibió menos votos de los que indicaban las proyecciones.

“Algo que llama la atención de todos es la pérdida de votos de Ciro. Es posible que este traspaso de votos, que se esperaba en la segunda vuelta, ya se haya producido en la primera”, dijo.

A juicio del investigador del electorado bolsonarista, Pablo Ortellado, la diferencia entre lo que señalaban las encuestas y los resultados fue muy grande. “Antes se discutía sobre las dos metodologías de encuesta, telefónica y presencial, y existía la idea de que la investigación presencial captaba mejor el fenómeno (de la intención de voto). Pero, al observar los estados y el conteo de los votos presidenciales, ambas (metodologías) se equivocaron”, comentó a BBC.

Ortellado indicó que la “credibilidad de los institutos, que ya fue cuestionada por los bolsonaristas, ahora es cuestionada por el resto de la sociedad. Ciertamente no es una manipulación, pero es una limitación (de los institutos) que debemos entender”.

Por su parte, el politólogo Renato Dolci, en conversación con CNN, sugirió que la divergencia puede deberse a factores metodológicos. Dice que las bases de datos de los institutos son diferentes para el rango de dos a cinco salarios mínimos, lo que impacta las proyecciones.

“Hay un mayor peso en la proporcionalidad de ese rango, que tiende a generar más votos para Lula porque suma más a ese perfil de electorado”, explicó.

Dolci mencionó que el hecho de que el Censo, realizado cada 10 años por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), no haya tenido lugar en 2020, también dificulta la medición de métricas actualizadas por proyecciones. “Es posible que estemos considerando a más personas de las que realmente tenemos en un tramo de ingresos más bajos, más alineados con la izquierda”, dijo el politólogo.

Además, la alta abstención -del 20,9%, similar a la observada en 2018- también pudo haber perjudicado al expresidente.

Dolci indicó que, específicamente en el sudeste, hay aspectos “menos metodológicos” que la investigación no ha venido captando en las últimas elecciones. Él observó que la mayor sorpresa ocurrió en Sao Paulo, donde hubo una inversión en el orden de los candidatos y no sólo inexactitud de los porcentajes.

“En general, las encuestas fueron más correctas en el noreste que en el sureste. Hay una ola conservadora en el sudeste que los institutos no han podido atrapar”, señaló.

Por ejemplo, en Sao Paulo, con el 100% de las encuestas escrutadas, Tarcísio de Freitas (de Republicanos) recibió el 42,32% de los votos, mientras que Fernando Haddad (PT) obtuvo el 35,70%. El actual gobernador, Rodrigo García (PSDB), se quedó con el 18,4%.

La encuesta de Datafolha para el gobierno de Sao Paulo divulgada el sábado pasado, mostró a Haddad al frente, con el 39% de los votos válidos, seguido de Tarcísio, con el 31%, y Rodrigo García, con el 23%. La encuesta tuvo un margen de error de dos puntos porcentuales.