El suicidio es un tema que hace años preocupa al gobierno japonés. El país asiático, que solía tener la tasa de suicidios más alta en el mundo desarrollado, durante la última década se ha dedicado exitosamente a combatir esta epidemia al disminuir la cantidad de muertes de este tipo en alrededor de un tercio. Sin embargo, durante la pandemia este panorama cambió: según cifras preliminares publicadas por la Agencia Nacional de Policía, 20.919 personas se quitaron la vida en 2020, 750 más que el año anterior, el primer incremento interanual en 11 años.

Este aumento se atribuye principalmente al estrés financiero y emocional producto de la pandemia, que el año pasado afectó mayoritariamente a mujeres y jóvenes. Las cifras muestran que la tasa de suicidio femenino aumentó en un 15%, mientras que la masculina disminuyó. Según una encuesta publicada en diciembre por la emisora pública Nippon Hōsō Kyōkai (NHK), el 26% de las trabajadoras reportaron problemas laborales, en comparación con el 19% de los hombres. Además, el 28% de las mujeres informaron pasar más tiempo en las tareas del hogar durante la pandemia, en comparación con el 19% de los hombres.

A esto se le suma que, hasta noviembre, más de 300 escolares japoneses se quitaron la vida, un 30% más que en 2019.

Personas recorren un centro comercial en Yokohama, cerca de Tokio. Foto: AP

El problema es tal que el primer ministro Yoshihide Suga nombró a principios de mes a Tetsushi Sakamoto como ministro de la Soledad, que como primera tarea deberá enfrentar el aumento en la tasa de suicidios en el país. Con la creación de esta institución, Japón se une a Reino Unido, que desde el año 2018 tiene un ministerio enfocado en esta materia. Además, una serie de países también han barajado la posibilidad de crear un departamento orientado en disminuir sus propias cifras de soledad, como Alemania, Canadá y Australia.

“Espero realizar actividades para prevenir la soledad social, el aislamiento y proteger los lazos entre las personas”, dijo el nuevo ministro japonés, que además tendrá la tarea de combatir la caída de la tasa de natalidad y revitalizar las economías regionales.

Para empezar su gestión, Sakamoto reveló que este mes realizará un foro de emergencia para escuchar las opiniones e historias de quienes ayudan a personas que enfrentan diariamente la soledad y el aislamiento y, de esta manera, discutir medidas de apoyo gubernamentales y de prevención del suicidio. Además, el nuevo ministerio se coordinará con las carteras de Salud y Agricultura para “trabajar en un enfoque integral para organizar una amplia gama de medidas”, dijo.

Japón no es el primero

En 2018, Reino Unido fue pionero en la inauguración de un Ministerio de la Soledad, una institución que está enfocada en combatir los altos índices de desamparo que aquejan a más de nueve millones de británicos -uno de cada siete habitantes- según datos de un estudio publicado por la Comisión de Soledad Jo Cox en 2017. Este fenómeno afecta principalmente a los adultos mayores, pues la mitad de los ancianos de 75 años o más viven solos.

Una persona camina por el centro de la ciudad de Cardiff, en Gales, el 19 de octubre. Foto: Reuters

Desde su creación, la institución gubernamental se ha encargado de encontrar soluciones digitales para conectar a los británicos que se sienten solos, apoyar a miembros de la comunidad LGBTQ que necesitan compañía y de lanzar diferentes campañas en contra de la soledad en redes sociales.

En Europa, la soledad es vista como una verdadera crisis. Según Eurostat, en 2015 el 6% de los adultos en la UE no tenían a nadie a quien pedir ayuda cuando la necesitaban, con un peak de 13% en Italia y Luxemburgo. Los impactos en la salud del aislamiento crónico tienen las mismas implicaciones que fumar 15 cigarrillos al día, de acuerdo con un estudio británico. Además, la soledad está vinculada al aumento de enfermedades de salud mental y al mayor riesgo de tener problemas de salud crónicos como diabetes.

Esto ha generado que diferentes países también hayan barajado la posibilidad de crear sus propios ministerios de la Soledad. En el caso de Alemania, una de cada 10 residentes de Berlín es afectado por este problema, según la prensa local. Además, al menos 300 personas mueren en sus departamentos cada año sin que nadie se dé cuenta. Por otro lado, un estudio de la Universidad del Ruhr en Bochum mostró que uno de cada cinco alemanes mayores de 85 años se siente solo.

Un hombre se ejercita en un parque público en medio de la pandemia, en Berlín. Foto: Reuters

Siguiendo los pasos de Reino Unido, legisladores alemanes han tratado de hacer frente a esta situación mediante la instauración de diferentes medidas, como la creación en 2017 de una línea directa para personas mayores solitarias que pasaban las vacaciones de invierno sin compañía. Además, en 2019, una rama del partido de Angela Merkel propuso la creación de un Comisionado Oficial para la Soledad, que todavía no se concreta.

En el caso de Australia, en 2018 la diputada Fiona Patten propuso la introducción de un ministerio enfocado en combatir esta crisis, que afecta a uno de cada 10 australianos. La propuesta contó con un gran apoyo político, sin embargo, al igual que en Alemania, aún no se concreta de manera oficial.

En Canadá, si bien no existe un Ministerio de la Soledad, la ministra de Personas Mayores, Filomena Tassi, ha creado conciencia pública sobre los impactos de la soledad en los adultos mayores desde su llegada al gobierno en 2019. Tassi se ha enfocado en promover actividades para integrar a la población más longeva a sus comunidades. Según el Centro para la Prevención del Suicidio, las personas mayores de 65 años integran el segmento con la tasa de suicidio más alta del país.