Solo han pasado tres meses desde que Alberto Fujimori, de 85 años, saliera de su prisión por un fallo del Tribunal Constitucional que permitió su indulto, y pareciera que el bajo perfil no es una opción para el expresidente peruano. Esta semana, en una entrevista rápida, el exmandatario apareció hablando sobre el fujimorismo, sobre Fuerza Popular y su posición sobre el gobierno de Dina Boluarte.
Sus declaraciones fueron vistas como “una vocería” de Fuerza Popular, en un momento en que el expresidente no milita en el partido, y se le veía “retirado” del ruedo político. Luego de permanecer unas horas en el área de emergencias en una clínica, aseguró estar “concentrado en su salud”.
Pero de ahí, consultado por alguna posibilidad de adelantar las elecciones peruanas, indicó: “No se justifica. El gobierno de la presidenta Dina Boluarte va a continuar hasta el 2026. Por lo menos Fuerza Popular y el fujimorismo así lo han acordado”. Del mismo modo, no descartó que su hija Keiko vuelva a postularse a las presidenciales.
“Todavía es prematuro tomar decisiones, pero, en su momento, lo haremos. El fujimorismo va a estar presente todavía, hay público, pues”, aseguró el expresidente respecto a las próximas elecciones presidenciales en 2026, dejando claro que, aún recién liberado, Alberto Fujimori tiene voz y voto en el destino de su sector político.
En la breve entrevista, Fujimori también tuvo la ocasión de referirse a su propio indulto, polémico por tratarse de crímenes de lesa humanidad, y en el que incluso la Corte Interamericana de Derechos Humanos había ordenado no conceder. Según él, su indultó “está totalmente justificado, y el Tribunal Constitucional ha sustentado debidamente en todos los aspectos”.
Respecto al contexto en que se dieron las declaraciones de Fujimori, el sociólogo Fernando Tuesta, de la Pontificia Universidad Católica del Perú, comentó a La Tercera: “Estas declaraciones de Alberto Fujimori indudablemente fueron planeadas. Como se ve en la noticia, él fue a un centro comercial caminando, y la gente lo reconoció, y un periodista lo abordó. Obviamente dijo cosas importantes, pero lo primero es colocar como hipótesis dos alternativas: esto fue planeado por él solo, o en coordinación con Keiko. Me atrevo a decir que fue por él solo, pero no necesariamente avalado”.
“Lo que dijo fue básicamente dos cosas: él aparece como una suerte de vocero. Trata de diferenciar dos ámbitos: Fuerza Popular y el fujimorismo, porque él no pertenece al partido. Para él, el fujimorismo incluye en sí a Fuerza Popular. Lo siguiente es que de manera pública dice que ambos espacios apoyan al gobierno hasta el fin de su mandato. Y eso que Keiko había estado en la oposición por el adelanto de las elecciones. Pero ahora él se convierte en vocero, y eso es lo que él quiere, direccionar el fujimorismo”, señala Tuesta.
En entrevista con La Tercera, el director de la consultora GFP, Jeffrey Radzinsky, se refirió a la insistencia del expresidente en hacer titulares. “La reaparición de Fujimori en realidad ha sido una larga historia, una larga novela. Tendría que remontarse a varios hitos anteriores. En cualquier caso, creo importante destacar que tiene mucha menos repercusión mediática que la que tenía hace algunos años, cuando fue indultado por Pedro Pablo Kuczynski. En ese tiempo había mucha más atención mediática que la que ha habido en la reciente liberación”, apuntó el analista.
Según ambos analistas, la Presidenta Dina Boluarte se beneficia con este apoyo de Fujimori, más allá de sus condenas por crímenes de lesa humanidad. “Boluarte es una presidenta sumamente débil e impopular. De hecho, tenemos que remontarnos al peor momento de Alejandro Toledo, hace 20 años, para ver a un presidente peruano con menos de 10% de aprobación”, recuerda Radzinsky.
En ese sentido, la presidenta no tendría mucho rango de acción, porque su gobierno sería fuertemente dependiente del Congreso. “En ese marco de subordinación al Legislativo, uno de los grupos más fuertes es el fujimorismo. Lo que ha hecho Alberto Fujimori es verbalizar, poner expresamente algo que estaba tácito, implícito, que es el soporte que tiene Boluarte con las principales bancadas”, señala el consultor.
Según Radzinsky, el vínculo de Boluarte con Fujimori se estrechó con dos hitos: “Hubo un decreto legislativo, promulgado el año pasado, que favoreció a Kenji Fujimori en un caso, donde fue condenado a 4 años de prisión, pero cuya condena fue suspendida, no terminó en la cárcel, precisamente porque esta norma cambió para ese tipo de delitos. Y segundo, yo diría que había una cercanía muy grande entre Boluarte y Fujimori, y precisamente el año pasado el indulto ocurrió y ella lo defendió”.
En tanto, Fernando Tuesta indicó: “Respecto a Dina, bueno, se sabe que es dependiente absoluta del Congreso. Y todo apoyo que sirva para el 2026 es un apoyo que ella necesita y requiere. Seguramente no se va a pronunciar, como no se pronuncia por muchas cosas. Esta es parte de una de las noticias, no siendo la más importante. Es una noticia que transita más en las elites y en los medios”.
La que podría estar mirando con recelo esta entrevista sería Keiko Fujimori, la diputada y excandidata presidencial de Fuerza Popular. “Keiko siempre trató, con Fuerza Popular, de tener una identidad política que trascendiese a su padre. Pero su padre, con estas declaraciones, lo que hace es arrojarse la vocería del partido, y de su propia hija. Él se arroga esta vocería, a pesar de decir que estaba fuera de política hace años. Evidentemente no es así, y creo que lo que destaca eso es que el activo más relevante en Fuerza Popular es el apellido Fujimori”, indica Radzinsky.
Según el consultor, a pesar de la pérdida de relevancia, el fujimorismo sigue siendo uno de los grandes espacios del sistema político peruano: “Yo creo que el fujimorismo siempre tiene una opción, porque objetivamente los datos muestran que las ultimas tres elecciones, llegaron a segunda vuelta. Eso quiere decir que tienes opción, y más en un sistema tan atomizado como el peruano. Si quedaste segundo tres veces es que, vamos, estás entre los de arriba”.
Fernando Tuesta, en tanto, retoma otra parte de las declaraciones de Fujimori, más relacionada con Vladimiro, su colaborador también condenado por la Masacre de Pativilca. “Como sabemos, estuvo emparentado con él durante diez años, en todo el gobierno de los 90. Ante la pregunta, él dice que cometió errores, no delitos, por lo que él purga cárcel, y por lo que Fujimori estuvo en la cárcel. Y nada más señala que ‘se mareó un poco con el dinero’. Esto es bajar y ser extremadamente benevolente con el que ha sido el hombre fuerte del gobierno de Fujimori”, indica el sociólogo.